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| Foto: Alejandro Acosta

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Las fuerzas internas

En medio de vientos externos desfavorables, habrá que aumentar la potencia de los pistones domésticos. La vivienda y la infraestructura serán determinantes. La dinámica de la demanda interna se mantendrá, pero a menor ritmo.

29 de noviembre de 2014

Durante 2014 se confirmó que los vientos de cola que impulsaron la economía en los últimos años se acabaron. Hacia el segundo semestre los indicadores mostraban que la demanda externa estaba más débil de lo esperado y que el crecimiento de los socios comerciales de Colombia se desaceleraba. A esto se sumó la caída en los precios del petróleo y la de otros commodities que también exporta el país.

Según los pronósticos, para el próximo año la incertidumbre en el frente externo se mantendrá. Si bien la recuperación de Estados Unidos es importante, pues es el principal socio comercial, los países socios de la región seguirán creciendo a tasas menores que sus promedios de años recientes, la zona euro mantendrá un muy bajo dinamismo y China tendrá una leve desaceleración.

Ante un contexto externo menos favorable, habrá que echar mano de las fuerzas internas para mantener el ritmo de crecimiento. Esto es consumo e inversión en sus componentes público y privado.
En cuanto a la inversión, las expectativas están centradas en edificaciones y obras civiles. Esto quiere decir que en 2015, la vivienda y la infraestructura (la que tiene que ver con inversión pública, no 4G) serán los motores del crecimiento.

El gobierno ha hecho una gran apuesta para que la vivienda (ver nota) se convierta en el sector líder del crecimiento.

En  materia de obras civiles la expectativa está puesta en el programa que viene ejecutando el Invías por 3,6 billones de pesos. Este sector creció 17,6 por ciento en el primer semestre del año.
Cabe anotar que el impacto del paquete de obras de cuarta generación se sentirá más hacia 2016. Todavía hay muchos temas gruesos por resolver en materia de financiación para este programa. (Ver nota)

Frente a la inversión privada, algunos temen que pueda afectarse por la reforma tributaria que se tramita en el Congreso, basada en una carga muy fuerte sobre las empresas.

El consumo de los hogares, que crece a tasas del 5 por ciento, se podría desacelerar hacia el segundo semestre de 2015. Por el lado del crédito hay tranquilidad, pues este ha reaccionado a la política de tasas de interés del Banco de la República, evitando el sobreendeudamiento de los hogares. La cartera ha venido aumentando alrededor del 12 por ciento.

Se espera que el descenso en la tasa de desempleo –está en 8,4 por ciento, el nivel más bajo en 14 años- ayude a mantener la dinámica del consumo de los hogares, aunque hay que anotar que la devaluación del peso puede tener un impacto en sectores del comercio que venían siendo muy dinámicos.

Por ejemplo, la venta de carros que en 2014 llegará a la cifra récord de 324.000 unidades, podría afectarse el próximo año. El precio del dólar encarecerá el valor de los vehículos importados, que ganan terreno a pasos acelerados: tienen el 67 por ciento del mercado.

El gobierno espera que el próximo año el sector comercio tenga una buena dinámica y registre una variación del 5,4 por ciento. Para el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, la reforma tributaria podría generar mucho ruido en el comercio y afectar su desempeño. Su pronóstico es de un crecimiento del 5 por ciento, menos del 7 por ciento con el que terminaría 2014.

Hay expectativas positivas en el sector de las telecomunicaciones. El próximo año se espera consolidar la tecnología 4G (internet móvil de alta velocidad) que a partir de este año comenzaron a ofrecer todos los operadores. El gobierno realizará una segunda subasta de espectro radioeléctrico, con frecuencias de mayor alcance. Así mismo, realizará subastas de bandas de frecuencia para atender el mayor tráfico de datos a través de las redes Wi-Fi en comercio, almacenes y restaurantes.
Como siempre en economía, lo importante será mantener la confianza. Según la última encuesta de Fedesarrollo los indicadores de confianza empresarial, tanto para la industria como para el comercio, se deterioran un poco.Pero siguen estando por encima de hace un año.