ANÁLISIS

Hidroituango: una costosa lección de ética

Estamos viviendo una historia donde la manipulación de términos y condiciones, la falta de transparencia en la adjudicación y ejecución y la ausencia de competencia técnica, han sido la receta para una de las más grandes fallas de ingeniería de la historia humana. Análisis de Orlando Arroyo Amell, profesor del programa Ingeniería Civil de la Universidad de la Sabana.

13 de febrero de 2019
| Foto: EPM

La reciente tragedia ambiental del Río Cauca, causada por el proyecto Hidroituango es la más reciente consecuencia de un proyecto que ha sido ejecutado sin las más mínimas directrices éticas de ingeniería.

Estamos viviendo una historia donde la manipulación de términos y condiciones, la falta de transparencia en la adjudicación y ejecución y la ausencia de competencia técnica, han sido la receta para una de las más grandes fallas de ingeniería de la historia humana.

Las actividades realizadas en días recientes que impactaron el Río Cauca debieron realizarse en una época en la cual los niveles del Río fuesen más altos. Esta medida fue realizada por la falta de planeación, ignorando conceptos técnicos emitidos por expertos externos al proyecto.

La reciente apertura de las compuertas no puede hacernos olvidar que ésta y todas las acciones que se han tomando desde el día en que comenzó la emergencia debieron ser completamente innecesarias; más aún, pudieron evitarse si los encargados de tomar las decisiones hubieran tomado en cuenta el código de ética de la ingeniería.

Los ingenieros debemos tener siempre presente que nuestra principal responsabilidad es con el bien común. Nuestras obligaciones con los clientes nunca pueden estar por encima de esta y no podemos comprometer esta importante responsabilidad. La búsqueda del bien común significa cuidar y respetar el ambiente, así como el legado cultural, histórico y arqueológico de la humanidad.

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Lo anterior sin olvidarnos de nuestra responsabilidad primaria de proteger la salud y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.

La forma como se ha gestionado Hidroituango muestra que se han ignorado completamente estos principios. Comenzando porque debido a la emergencia que se inició por una mala ejecución, las poblaciones cercanas se encuentran en constante riesgo, con su población viviendo en la zozobra ante una potencial tragedia.

A esto sumemos todos los sobre costos que ha ocasionado la obra, que bien pudieron invertirse en mejorar el bienestar de generaciones actuales. Más aún, el reciente daño al río Cauca, que afectó todas las poblaciones que tradicionalmente han dependido de éste para su sustento, es muestra de la falta de responsabilidad cultural y ambiental en el desarrollo de la obra.

Por estas razones, Hidroituango debe ser recordado como el ejemplo por antonomasia de las consecuencias de ejecutar una obra ignorando la ética de ingenieros. Por proyectos ejecutados de la forma que se ejecutó Hidroituango, es que la humanidad se encuentra afrontando enormes dificultades para asegurar su sostenibilidad.

Hidroituango es un proyecto cuyas consecuencias negativas son una costosa lección pagada por Colombia para las próximas generaciones de ingenieros: el desarrollo de la infraestructura de un país debe estar guiado por el ejercicio ético de la profesión.

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