William H. McRaven, un miembro del grupo élite de la marina de Estados Unidos, el mismo grupo que dio de baja a Bin Laden y capturó a Sadam Hussein. | Foto: Semana

Bienestar

Lecciones para la vida de un Navy Seal

William H. McRaven, un miembro del grupo élite de la marina de Estados Unidos, el mismo grupo que dio de baja a Bin Laden y capturó a Sadam Hussein, escribió un libro sobre los 10 consejos más relevantes que aprendió en su entrenamiento y que son fundamentales para tener éxito. El primero, curiosamente, es tender la cama. Aquí le explicamos por qué.

22 de febrero de 2019

Los Navy Seals son un grupo élite de la Marina de los Estados Unidos que tiene las misiones más difíciles contra terroristas, dictadores y criminales en zonas peligrosas del mundo. Osama Ben Laden y Sadam Hussein cayeron gracias a ellos. Son verdaderos superhéroes y para ser parte de este exclusivo club hay que pasar por un entrenamiento que muchos consideran inhumano. William McRaven, hizo parte de ellos, y por su labor allí la Universidad de Texas lo invitó para dar el discurso de graduación del 21 de mayo de 2014. El veterano preparó un texto con las diez lecciones que le había dejado el entrenamiento como hombre rana, un apodo con el que se les conoce. Luego de leerlo, el público lo ovacionó y con el tiempo, mucha gente lo detuvo en la calle para decirle que algunas de esas lecciones les habían cambiado la vida. Fue en ese momento en que decidió escribir un libro con esas enseñanzas bajo el título Tiende tu cama y otros pequeños hábitos que cambiarán tu vida y el mundo. SEMANA recoge algunas de ellas.

  • No podrás lograrlo solo: Desde el comienzo del entrenamiento, McRaven entendió que el trabajo en equipo es crucial para triunfar, pero para eso hay que aliarse con las personas adecuadas, o como él lo dice “encontrar a alguien que te ayude a remar” para así lograr superar las tareas difíciles. Eso lo experimentó en una de las pruebas cuando debió remar en una balsa de goma con un grupo de Marines en medio de un fuerte oleaje. El cansancio pronto se apoderó del grupo. A veces unos remaban más que los otros, a veces unos debían darles más raciones de comida a los compañeros más débiles. Esa pequeña balsa de goma nos hizo darnos cuenta de que ninguno podía completar el entrenamiento sin ayuda, que ningún Seal podría sobrevivir la batalla por sí solo y que en tu vida necesitas a gente que te apoye en los momentos difíciles”.

  • El fracaso fortalece: uno de los entrenamientos Seal consiste en nadar en medio del oleaje intenso. McRaven y su compañero de nado, sin embargo, llegaban siempre de últimos en estas pruebas, y ese fracaso les ocasionó un duro castigo: una hora más de calistenia antes de hacer el entrenamiento. El castigo no tenía otra intención que agotarlos. Pero con el tiempo McRaven notó que los ejercicios antes del entrenamiento fortalecían sus músculos y lo hacía rendir más a la hora de nadar. Eso le ayudó a ganar posiciones hasta convertirse en el primero en llegar en este tipo de competencias. Desde ese momento cree que el fracaso sirve para fortalecer la mente y el espíritu. Aunque hubiera podido retirarse del grupo prefirió demostrar que podía ser mejor. Nadie es inmune a los errores”, dice. “Los verdaderos líderes aprenden de sus fracasos, y utilizan esas lecciones para motivarse a sí mismos”.

  • Nunca te des por vencido: Durante el primer entrenamiento Seal, a los Marines les enseñan una campana de bronce que está a la vista de todos los reclutas. Solo la pueden tocar cuando sientan que no pueden o no desean continuar con el entrenamiento. “Toquen la campana y podrán evitarse todo este castigo”, les dijo el instructor, y agregó enseguida: “si se rinden se arrepentirán de ello por el resto de sus vidas. Rendirse jamás facilita nada”. Algunos tocaron la campana durante el entrenamiento Seal. Hoy McRaven siente que ese fue el más grande aprendizaje que recibió en toda su carrera como militar. Nunca te rindas. No suena particularmente profundo, pero la vida constantemente te pone en situaciones en las que doblegarse parece mil veces más fácil que seguir adelante”. McRaven piensa que aquellos que tocan la campana tendrán vidas largas y difíciles. Pero si, por el contrario, un individuo se niega a renunciar a sus sueños y se mantiene fuerte y tenaz frente a la adversidad, “la vida se convertirá en aquello que  decida”.