MUJERES

Las operarias del Túnel del Toyo

Manuela de 23 años y Alejandra de 25 son son las únicas operadoras, entre 200 empleados, de una máquina perforadora de hasta 60 toneladas utilizada en la construcción del Túnel del Toyo.

20 de octubre de 2019
Alejandra y Manuela nacieron en el municipio de Frontino, Antioquia, y son las únicas mujeres operarias de la máquina Jumbo en la obra del Túnel del Toyo. | Foto: Diego Zuluaga

En enero de 2018 comenzó la construcción del Túnel del Toyo, una obra de 9,84 kilómetros: será el más largo de América Latina. Para realizarla se necesitan potentes máquinas, como retroexcavadoras, tractores y perforadoras Jumbo. Precisamente, la operación de estas últimas está a cargo de 200 profesionales: 198 hombres y dos mujeres.

Una de ellas es Alejandra Pérez, de 25 años. A sus 10 ya conducía los carros de Coriolano Pérez, su padre. Empezó con un Daihatsu y después con un Nissan Samurai. Ahora maneja la gigantesca perforadora Jumbo que parece una gran pistola robotizada.

Su relación con la Jumbo empezó en el túnel. Antes de eso no había escuchado nada de la máquina ni de su operación. Algunos amigos le decían: “usted qué va a hacer por allá, eso es peligroso para una mujer”. Pero Alejandra asegura que siempre ha estado con hombres y “no me da miedo estar a la par”.

Al contrario de Alejandra, para Manuela Medina trabajar con tantos hombres sí fue un problema porque le molestaban los piropos que recibía. Pero decidió hacerle frente dejando que su trabajo hablara por ella. Y dio resultado: se acabaron los comentarios y ahora considera a esos hombres como parte de su familia.

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Ella tiene 23 años y también opera la Jumbo, una máquina de hasta 60 toneladas. Estudió tecnología en mecatrónica y en enero de 2018 empezó a trabajar en la construcción del túnel. Ambas coinciden en que se sienten fuertes e imponentes cuando están operando la máquina. No es para menos: está compuesta por martillos perforadores montados sobre brazos de accionamiento hidráulico que trituran las montañas por el frente. Tiene un alto nivel de precisión, pues su sistema operativo es computarizado y ellas lo controlan desde un tablero digital.

También aseguran que su trabajo es el mejor del mundo. De hecho, cuando termine la obra seguirán formándose en el manejo de otras máquinas de construcción como el elevador y la pala rezagadora.