Letras
“Las reglas del fuego”: la paleontología y la arqueología de un conflicto vivo
Lisandro Duque comparte con Arcadia una reflexión y un resumen de su novela. Esta sigue los pasos de un guerrillero colombiano exiliado en Cuba desde los años sesenta que decide regresar al país a finales de los años ochenta, cuando el mundo parece otro.
Una reflexión
Hoy en día, a los 76 años de edad, ya empieza a preocuparme que debo sacar este libro rápido, no tanto por el riesgo de morirme sin darlo a conocer, aunque también, sino por el temor de que cuando por fin lo haga público, los lectores más interesados, los de mi generación, ya no existan.
Por supuesto que también creo que debieran leerlo aquellos que, cuando ocurrió todo lo que aquí se cuenta -la historia de los grupos insurgentes entre 1960 y 1989-, no habían nacido todavía.
Y creo importante que, sobre todo éstos últimos, conozcan los hechos aquí narrados, pues bastante se encuentra en ellos la explicación de cuanto hoy ocurre, tal vez no solo en Colombia. Pero además, porque las mutaciones que la tecnología le deparan al homo-sapiens de ahora, agregadas a las que ya han tenido lugar en los últimos 15 años, hacen que la lectura de Las Reglas del Fuego signifique algo así como una inmersión paleontológica y arqueológica sobre lo ocurrido en la segunda mitad del siglo XX.
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Un resumen
Las reglas del fuego cuenta la historia de Pablo Antonio Ospina González, un guerrillero colombiano exiliado en Cuba desde 1975.
Desde 1988, Ospina decide regresar a Colombia a enrolarse de nuevo en la insurgencia, pero es algo tarde ya para ese proyecto. Las circunstancias políticas, tanto en su país como en el mundo se han modificado demasiado. Aún así, no desiste de su propósito y acomete cuanta gestión le es posible para lograrlo.
Una casualidad permite que Pablo Antonio y su compañera, la cubana Mayra Agüero de los Santos, se encuentren con su amigo de infancia en Colombia, Carlos Arturo Fernández Ossa, en un evento que transcurre en el Hotel Habana Libre. Los tres salen rumbo a la casa de la pareja, para “ponerse al día” en sus vidas, tras 25 años sin verse. En el transcurso de ese viaje, se reconstruye la existencia del ex-guerrillero, del país y del mundo, a lo largo de los 40 años que ambos amigos tienen de conocerse, desde su adolescencia en Palomino, un pueblo de la cordillera central vallecaucana.
En ese recorrido memorioso, la novela reconstruye hitos de la historia de la segunda mitad del siglo XX relacionados con las vidas de los tres personajes y que, concatenados en una relación causa-efecto bastante compleja, determinaron el alzamiento de Pablo Antonio en 1965 e influirán en sus tentativas -¿fallidas, acertadas?- de retornar al país 15 años después: la violencia liberal-conservadora, el surgimiento de las guerrillas (FARC, EPL, ELN, M-19, ADO, RICARDO FRANCO, con semblanzas de sus respectivos fundadores), la cultura sesentera, setentera y ochentera, el desvío de aviones a Cuba, el triunfo y el ocaso de la revolución sandinista, el narcotráfico (el zoológico de la hacienda Nápoles, los trastornos en las costumbres), el Palacio de Justicia, Armero, Chernóbil, Afganistán, Perestroika, la caída del muro de Berlín, etc.
¿Regresará Pablo Antonio a Colombia?
El libro se lanzó en en Centro de Memoria Paz y Reconciliación este mes. Puede ver el Facebook Live del evento (desde el minuto 20).