Literatura

Margaret Atwood lanza 'Los testamentos', la secuela de 'El cuento de la criada'

La escritora canadiense presentó este martes en Londres la secuela del aclamado libro 'El cuento de la criada' ('The Handmaid's Tale', 1985), una distopía misógina que se convirtió en un manifiesto feminista en la era del #MeToo.

Clara WRIGHT / AFP
10 de septiembre de 2019
La autora canadiense Margaret Atwood da una conferencia de prensa luego del lanzamiento de su nuevo libro 'The Testaments', una continuación de la novela de 1985 'The Handmaid's Tale'. Londres, el 10 de septiembre de 2019. Tolga AKMEN / AFP

Para muchos lectores, la obra de la escritora canadiense Margaret Atwood es "una advertencia" sobre la violencia ejercida contra las mujeres. "Atwood me hizo más consciente de la política que me rodea, ahora me fijo más en la actualidad... para asegurarme de que no ocurra lo peor", dijo la joven Melisa Kumas, de 27 años, a AFP durante el lanzamiento de Los testamentos, la secuela del aclamado libro El cuento de la criada (The Handmaid‘s Tale, 1985), una distopía misógina que se convirtió en un manifiesto feminista en la era del #MeToo.

La escritora tardó casi 35 años en imaginar esta secuela, inspirada por las preguntas de sus lectores. Acontecimientos como el refuerzo de los controles a raíz de la multiplicación de atentados terroristas alimentaron su reflexión.

"Tal vez no lo recuerden, pero hubo una vez un mundo sin seguridad en los aeropuertos (...) Nos hemos vuelto más temerosos", afirmó Atwood, señalando asimismo el impacto de la crisis financiera de 2008 o la victoria de Donald Trump en 2016.

Este segundo tomo, que salió a la venta el martes en inglés –la versión española estará en las librerías de España el jueves–, promete un enorme éxito: fue seleccionado para el Booker Prize 2019, la prestigiosa recompensa literaria británica, y su adaptación a la televisión ya está en curso.

Tía Lydia al desnudo

En 1985, Atwood imaginó un Estados Unidos convertido en "República de Gilead", un país totalitario teocrático cuyos dirigentes violan, en ceremonias religiosas con la ayuda de sus esposas, a las mujeres capaces de procrear, las "criadas", para quedarse con sus bebés.

En este oscuro mundo, una mujer, June, intenta sobrevivir. En el primer tomo, es ella quien le hace descubrir al lector, en un monólogo angustiante, esta dictadura misógina en que se le impone el papel de reproductora y se le quita el de madre.

June tiene dos hijas pero la primera vive con una familia y a la segunda, recién nacida, la envía con su marido a Canadá para que se salve.

Los testamentos cuenta su historia, 15 años después: en Gilead está Agnes, "preciosa flor" educada en la culpabilidad entre cursos de bordado y matrimonios forzados; y en Canadá, Daisy, una adolescente que pronto lamentará tener una vida demasiado ordinaria.

Pero es sobre todo la voz de una tercera narradora la que mantiene al lector en vilo: la tía Lydia, jefa maquiavélica de las "tías", ese grupo de mujeres encargadas de esclavizar a sus compatriotas fértiles.

En este libro el lector descubre su pasado de mujer libre y las etapas de su transformación en un monstruo, construido por el instinto de supervivencia ante los hombres tiránicos, pero también por ansias de poder. Por eso logra hacerse bastante poderosa, para hacer temblar a quienes la dominan.

Manifiesto feminista

El cuento de la criada, que fue un gran éxito tras su publicación en 1985, se convirtió en un verdadero manifiesto feminista de los tiempos modernos tras su adaptación en serie televisiva en 2017, que le permitió llegar a un nuevo público.

En Estados Unidos, Argentina, Irlanda, Polonia y Hungría las "criadas", vestidas con capas rojas y grandes tocados blancos, se convirtieron en un símbolo inmediatamente reconocible en combates feministas como la defensa del derecho al aborto.

Activistas a favor de la legalización del aborto disfrazados de personajes de la novela distópica El cuento de la criada muestran pañuelos verdes mientras actúan fuera del Congreso Nacional en Buenos Aires, Argentina, el 25 de julio de 2018. EITAN ABRAMOVICH / AFP

"La ola empezó en Texas, como una táctica de protesta –recordó Atwood–. Si vistes de ‘criada‘ para protestar no estás haciendo un alboroto, estás ahí, modestamente. No te pueden echar por tu forma de vestir (...) porque estás completamente cubierta".

Sobre el tema del aborto, al final, comentó que "solo las mujeres deberían poder votar sobre temas así".