Poesía
“Traducir y amar son cosa parecida”
Durante el Festival Internacional de Poesía de Pereira, Arcadia comenzó una serie de artículos que buscan adentrarse en el mundo de la traducción de poesía. En éste, la poeta, profesora y traductora española, Aurora Luque, explica su visión de él.
Luque es filóloga clásica, traduce poetas como Safo, Catulo, los eróticos griegos y Anne Carson. Es conocida por sus propias y eruditas poesías. En 2019 recibió el Premio Loewe por el poemario “Gavieras”.
¿Cómo describiría usted su oficio de traductora?
Aurora Luque: No puedo llamar “mi oficio” a la traducción. Traduzco por placer a poetas con los que, o con las que, me apetece dialogar. Traduzco poesía porque antes y ante todo amo la poesía.
Traducir y amar son cosa parecida. Lo dijo Andrés Neuman en El viajero del siglo: “entender a una persona y trasladar un texto, volver a decir un poema en una lengua distinta y ponerle palabras a lo que sentía el otro. Ambas misiones se presentaban tan felices como incompletas: siempre quedaban dudas, palabras por cambiar, matices incomprendidos”.
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Al pasar los textos de grandes pensadores de la Antigua Grecia -Heráclito, Parménides, Platón, Aristóteles-, del griego al español, muchos traductores prefieren dejar palabras como “logos” o “anima” porque no encuentran en el español un término que abarque la plenitud sus significados. ¿Qué es lo más difícil de traducir de un idioma al otro?
AL: La filosofía necesita un tipo de precisión y exactitud distinto al que necesita la poesía. Mientras que la filosofía aspira a un lenguaje supranacional, a una comunidad universal de términos y por ello los términos griegos son inteligibles para pensadores y pensadoras de cualquier país, la poesía tiene como meta funcionar como poesía también en la lengua materna, íntima, del destinatario.
El griego es una lengua sintética, concentrada, y su poesía antigua la muestra en pleno fervor inventivo, en veriginosa fiebre creadora.
Especialmente en poesía, el ritmo y los sonidos de las palabras son tan importantes como su significado. ¿Cómo se traduce un poema?
AL: Sigo un único principio: procurar que el poema de hace dos mil años, que traduzco, siga siéndolo para los lectores dos milenios después. Primero la poesía, luego la arqueología.
Ejerciendo como traductora, ¿qué ha aprendido sobre el castellano? ¿Cómo describiría el idioma?
AL: El castellano es una lengua lenta, sabrosa, reposada. Tiene una arquitectura admirable, unos adjetivos prodigiosos. No es nerviosa como el inglés. Me seducen cada vez más sus infinitas músicas.
A continuación, uno de sus poemas:
Carpe noctem por Aurora Luque
Carpe noctem, amor. Coge el brusco deseo
ciego como adivino,
los racimos del pubis y las constelaciones,
el romper y romper
de besos con dibujos de olas y espirales.
Miles de arterias fluyen
mecidas como algas. Carpe mare.
Seducción de la luz,
de los sexos abiertos como tersas actinias,
de la espuma en las ingles y las olas
y el vello en las orillas, salpicado de sed
Desear es llevar
el destino del mar dentro del cuerpo.