RELACIONES EXTERIORES
¡Ojo Colombia!
La Zona de defensa estratégica decretada por Maduro en relación con Guyana es algo que aquí no debería pasar inadvertido. Por Alfonso López Caballero.
En estos días, sin que se le haya dado mayor trascendencia en Colombia, el presidente de Venezuela creó por decreto la llamada Zona de defensa estratégica del Atlántico, pretendiendo extender su jurisdicción marítima en una forma que prácticamente cierra el acceso al mar a la República de Guyana. Es un asunto que debemos seguir con mucho interés porque tanto Guyana como Colombia tienen diferendos limítrofes con Venezuela.
En Venezuela, a diferencia de Colombia, hay una inmensa sensibilidad en la opinión pública en torno a temas limítrofes. Desde niños, en los cursos de historia patria se les enseña que sus vecinos, Colombia y en otra época el Reino Unido (cuando Guyana era una colonia suya), han tomado ventaja y los han despojado de parte de su territorio. Por ello muchas figuras públicas venezolanas han hecho sus carreras al amparo del anticolombianismo. Entre otros el propio Rafael Caldera, quien saltó a la fama y se hizo conocer a nivel nacional cuando cuestionó el Tratado Santos-Lopez Contreras de 1941, que fijaba de manera definitiva la frontera terrestre.
En el caso de Colombia, mientras solo unos pocos iniciados en la Cancillería y uno que otro internacionalista conocen el Tratado Pombo-Michelena de 1831, todo bachiller venezolano sabe en qué consiste. Dicho tratado, negociado por don Lino de Pombo en nombre de Colombia, fijaba la frontera de tal suerte que la mitad de La Guajira correspondía a Venezuela al igual que parte de Arauca y del Vichada, incluyendo la margen del río Orinoco. Fue ratificado por el Congreso de Colombia, en tanto que el de Venezuela se negó a hacerlo. Posteriormente, para fijar la frontera terrestre, ambos países recurrieron en 1891 al arbitraje de la reina María Cristina de España y al de la Confederación Helvética en 1922, con lo cual las fronteras quedaron como están hoy. En Venezuela los libros de historia de bachillerato enseñan que La Guajira debía haber sido venezolana , así como parte de Arauca y parte del Vichada.
En cuanto a Guyana, el problema se remonta a 1891. Venezuela protestó por la presencia de colonos ingleses en la llamada Guyana Esequiba, pero siendo un país pobre y subdesarrollado no pudo hacer nada frente al imperio más poderoso del mundo en ese momento. Entonces apeló a Estados Unidos invocando la Doctrina Monroe, y este país presionó a Londres para aceptar un arbitramento. El panel se compuso de cinco jueces sin participación de Venezuela: dos ingleses, dos norteamericanos y un ruso, y fijó la frontera como está hoy, muy cerca de las aspiraciones británicas. En Venezuela se cree que el ruso tomó partido por las pretensiones inglesas e indujo a los estadounidenses a decidir a favor del interés británico. Hasta hoy Venezuela ha cuestionado ese fallo. Periódicamente ha presentado reclamos ante la comunidad internacional y por ley todos los mapas oficiales de Venezuela incorporan el 65 % de la República de Guyana con la indicación “territorio en reclamación”.
El asunto con Guyana se complicó aún más hace un mes cuando la multinacional Exxon encontró un importante yacimiento de petróleo en las costas de Guyana, frente a la llamada por Venezuela “zona en reclamación”. Por ese motivo, Maduro creó su Zona de defensa estratégica, delimitada de tal suerte que el mar territorial se mide no a partir de la actual frontera entre las dos naciones, sino a partir del extremo de la “zona en reclamación”. En consecuencia, el yacimiento petrolero pasa, de acuerdo con el decreto venezolano, a pertenecer a Venezuela. Por otro lado, la fórmula que utiliza el decreto para definir la “zona de defensa estratégica” es prolongar la frontera terrestre sobre las áreas marinas, que es el mismo criterio que aplica Venezuela en el caso del diferendo con Colombia en el golfo, en tanto que esta sostiene que el límite marino debe ser determinado por la llamada línea media.
Cierto es que Guyana es un país exótico y lejano del que muy rara vez se oye hablar en Colombia. Pero la situación actual con Venezuela, con quien el país tiene un diferendo limítrofe, es algo que debe inducir a nuestra Cancillería a seguir con mucho cuidado e interés todos los desarrollos de este asunto.