EDICIÓN 600
¿Cómo va la digitalización en la educación?
El cierre de las aulas significó para la educación una oportunidad para avanzar hacia lo digital.
Una parte de las instituciones de educación ya venía haciendo esfuerzos importantes en materia de transformación digital, sobre todo las universidades. Pero con la llegada de la pandemia, de una semana para otra los jardines infantiles, colegios, institutos de formación técnica y universidades tuvieron que volcarse 100% hacia la virtualidad.
Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, explicó que quedó en evidencia que la digitalización se ha acelerado con la crisis del coronavirus y que se confirmó que la educación no es ajena a dicha transformación y que, por el contrario, todas las nuevas herramientas que se han implementado complementan los procesos de aprendizaje.
“Esta integración trae como consecuencia diversas alternativas para la acción educativa, como vías educativas flexibles, democráticas y de acceso universal”, agregó.
Por supuesto, esta no es una tarea fácil. En el caso del Rosario se han invertido en infraestructura tecnológica más de $65.000 millones en los últimos años. Y tan solo en el marco de la contingencia se destinaron $2.000 millones adicionales.
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Así las cosas, para las instituciones que tenían un camino recorrido fue menos traumático reaccionar ante las medidas de aislamiento social impuestas para bajar la velocidad de contagio y que se mantienen hoy en día.
No obstante, aunque no se puede desconocer el avance que se ha dado en digitalización, no todos los colegios y universidades contaban con la capacidad ni con el músculo financiero para hacer los cambios necesarios de la noche a la mañana.
Por esto, en muchos casos la acción de momento simplemente consistió en impartir las clases de manera remota por plataformas como Zoom, sin tener en cuenta otro tipo de desafíos que tiene la educación virtual.
Andrea Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación, dijo en diálogo con Dinero que la pandemia obligó a todo el sector educativo a acelerar sus procesos de transformación digital y un número importante de colegios y universidades tuvieron un buen margen de adaptación en medio de la inesperada contingencia, en parte gracias a que ya contaban con algunos programas digitales. Aún así, en Colombia todavía existe una brecha importante. Sobre todo entre la educación pública y privada.
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Esta falencia fue tan evidente, que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) puso en marcha un plan de apadrinamiento, donde las universidades con mayor desarrollo en temas de transformación digital intercambiaron sus experiencias con aquellas instituciones de educación superior que no habían hecho la tarea y, por tanto, tuvieron dificultades para brindar continuidad en sus procesos pedagógicos.
La nueva realidad demostró que sus herramientas digitales se quedaban cortas a la hora de atender las necesidades de sus estudiantes y docentes.
Este programa solidario se centró en temas como: actividades de aprendizaje y pedagogía activa, socialización de aulas virtuales, protocolos y rutas de aprendizaje, principios pedagógicos y didáctica en entornos virtuales.
“Se han vinculado 126 universidades provenientes de todo territorio nacional. Entre ellas, 30 ‘apadrinan’ y las 96 restantes reciben acompañamiento y fortalecimiento de sus capacidades de aprendizaje y enseñanza virtual. Adicionalmente, más de 20 universidades, de manera abierta y gratuita, han dispuesto recursos de aprendizaje para alumnos y maestros que están siendo sistematizados por el MEN”, informó el Ministerio.
Escobar explica que "cuando llega la pandemia se revelan dos cosas: en primer lugar, que no todos los hogares colombianos están conectados. La penetración está por el orden de 40% en el sector urbano y de 16% en el rural. Y en segundo lugar, que el número de dispositivos por casa es reducido”.
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Por otro lado, para la directora de la Fundación Empresarios por la Educación, dicha transformación no solo se debe ver en términos de conectividad, pues no se trata simplemente de implementar unas clases de manera remota, ya que es fundamental prestar una especial atención a la planeación curricular, el método, la pedagogía y el contenido.
“El país venía en un ejercicio de conectar las escuelas y de entender cuál era el rol de la tecnología, se había avanzado en temas complementarios de recursos, pero no hay una estrategia real de cómo se imparten clases de manera virtual”, explicó.
La experta en educación aclara que, aunque la conectividad es fundamental, este no es el fin último y que no se puede pensar que el ideal en términos de transformación digital es que todos los procesos educativos sean 100% virtuales.
De hecho, recordó que la Ley General de Educación, salvo algunas excepciones, exige que la educación en etapa escolar sea totalmente presencial. Esto, porque en dicho nivel de educación es fundamental para el proceso de formación la socialización con pares y el acompañamiento de los docentes.
En cuanto a la educación superior, si bien existen programas completamente vituales, una parte importante de la vida universitaria se basa en la experiencia, el relacionamiento social y las actividades prácticas en los distintos escenarios que fácilitan los espacios universitarios.
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No obstante, si algo deja claro la coyuntura, es que, aunque el internet y la conectividad no son la solución para todo, sí potencian y complementan de manera importante la experiencia en el aprendizaje.
Por esto, a pesar de las evidentes carencias y dificultades en materia de digitalización que atraviesa una parte importante del sector educativo en Colombia, la llegada de la pandemia deja valiosas enseñanzas y pone sobre la mesa la importancia de no dar tregua en la tarea. Indudablemente, se demostró que hoy, más que nunca, la tecnología y la transformación digital en la educación son sinónimo de democratización, inclusión, equidad y calidad.
“En la pandemia se entendió que la educación trasciende los muros y que la tecnología permite que el espacio de aprendizaje no termine nunca”, concluyó Escobar.