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| Foto: Archivo particular

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De 'El quinto elemento' a 'Mi amor'

Maïwenn, la actriz que interpretó a Diva Plavalaguna en el clásico de ciencia ficción, dirige 'Mi amor', una película alabada por la crítica que se estrenó hace unos días en Colombia.

4 de octubre de 2016

A los 16 años Maïwenn Le Besco quedó embarazada de su esposo, el director Luc Besson. Para entonces ella ya había actuado en varias películas y era una estrella adolescente en Francia. Él se había casado una vez (lo haría otras tres) y se había divorciado de la estrella de una de sus producciones más famosas, Nikita. También había sido catalogado ya, en la edición 448 de La revue du cinema, como uno de los referentes más importantes del Cinéma du look, un movimiento del cine francés de los años 80, bautizado así por privilegiar la estética y el estilo sobre la narrativa. Más tarde a Besson lo llamarían el “director francés más holliwoodense”.

Era 1991. Ella tenía 15 años y él tenía 32. Se casaron, tuvieron a Shanna e hicieron películas juntos. Maïwenn dice que Léon: The Professional (1994), el debut cinematográfico de Natalie Portman junto a Jean Reno y Gary Oldman, está inspirado en su relación amorosa, que en Francia incomodó mientras duró.

Y luego Besson dio por fin con la película que lo consagraría definitivamente: El quinto elemento (1997), que había empezado a escribir a los 16 años, cuando era un ávido lector de cómics. Solo 22 años después la película vio la luz. Besson contrató a Gary Oldman, que había participado en Léon, para el papel del malo, Zorg. Bruce Willis interpretó al taxista que salva el mundo, Korben Dallas. Y Milla Jovovich, quien obtuvo el papel entre 200 candidatas, fue Leeloo, el quinto elemento en cuerpo humano. Besson creó una lengua ficticia de 400 palabras para Leeloo. Y en esa lengua, durante el rodaje, él y Jovovich intercambiaron cartas. Así se enamoraron.

Besson se separó de Maïwenn, quien en la película interpretó a Diva Plavalaguna, una cantante lírica extraterrestre, extremadamente alta, que guarda en su estómago las piedras de los cuatro elementos tradicionales, necesarios para prevenir la destrucción del universo. Fue, sin duda, uno de los personajes más recordados de la cinta y uno de los papeles más importantes de su carrera.

Después de su ruptura con Besson, y de un periodo de actuaciones esporádicas, Maïwenn retomó en forma su carrera como actriz y se lanzó a crear sus propias producciones. Retrató los demonios internos de la relación difícil con su madre, quien la introdujo al mundo del entretenimiento a muy temprana edad, en un aclamado espectáculo llamado Le Pois Chiche; y también en su primer cortometraje, I‘m an actrice (2004); y en su primer largometraje semi autobiográfico, Pardonnez-moi (2006).

En 2011 estrenó Polisse, un drama sobre unos policías que trabajan en la unidad de protección infantil de París. A pesar de las críticas divididas, la película ganó el Premio del Jurado en el Festival de Cannes de ese año.

Con Polisse Maïwenn trabajó en el estilo realista que caracterizó su primera película. Y con el ánimo de encontrar la verdad en cada escena, mezcló el guion que ella misma y la actriz y guionista Emmanuelle Bercot habían escrito juntas con una técnica para ella ajena en sus primeros años de carrera, la improvisación. "Yo había vivido con Luc Besson, y él es alguien muy estructurado en el proceso de hacer una película, y muy metódico en la escritura del guion. Además siente cierto desprecio por los actores. Al trabajar con otras personas vi que había todo tipo de maneras de hacer películas", dijo en una entrevista.

“Ella sigue sus instintos, y les permite que la llevan a la verdad", dijo Alain Attal, productor de Polisse. “Cuando cree que tiene algo real frente a la cámara, va a por ello, incluso si la cinematografía no es tan bonita o el movimiento de la cámara no es tan poético. La estética es menos importante que la búsqueda de la verdad”.

Su último largometraje, que se estrenó en Colombia hace unos días, fue seleccionado para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2015, y Emmanuelle Bercot, la protagonista, se llevó el premio a Mejor Actriz.

La película se titula Mi amor (Mon roi, 2015), y es una historia de amor y desamor, o de cómo un amor nace y se enferma progresiva y sutilmente.

A pesar de que el tópico se ha llevado al cine miles de veces, sorprenden la sencillez, la agudeza y el realismo con los que lo hace Maïwenn. La película empieza in media res y termina de la misma manera, como si la cámara de hecho captara fragmentos de una vida, que son además recuerdos de la protagonista. El relato se cuenta, entonces, en retrospectiva a través del acto mismo del recuerdo. Y con pequeños saltos intermedios, esos recuerdos se van hilando en crescendo y van revelando los elementos que conducen a una situación extrema. Frecuente, pero extrema. Cuando lo peor de los dos aflora.

Esta película, protagonizada por Bercot y Vincent Cassel, no muestra los momentos grandilocuentes de una relación amorosa y evita así caer en clichés románticos. Retrata, más bien, la experiencia de un enamoramiento desbocado a través del detalle, de lo cotidiano, para luego hacer aparecer con maestría, y tácitamente, las dinámicas perversas que pueden hacer que una relación se acabe: el desequilibrio progresivo, el juego de fuerzas, la lucha por tener el poder sobre el otro, el egoísmo. La tesis es clara: todo eso, en dosis excesivas, transforma el amor en su antítesis, en destrucción o en codependencia despojada de aquel sustrato bello que le dio vida, en un primer momento, a los motivos más verdaderos por los que los enamorados permanecen juntos.