VIDA SANA
Cómo influye el ejercicio en la productividad
La actividad física es buena para la salud física y mental pero un nuevo estudio revela que también lo es para el bienestar económico de la empresa.
Mucho se ha dicho que el ejercicio es bueno para la salud general de la persona. No solo evita enfermedades como el sobrepeso y la obesidad sino también la diabetes, los infartos, derrames y hasta algunos tipos de cáncer. Pero por si acaso esto no es motivación suficiente para que sus empleados se ejerciten, un estudio reciente hecho por el centro de pensamiento RAND encontró que podría además aumentar la productividad de los trabajadores e impulsar el crecimiento de la empresa.
Hay que aclarar que ejercicio no es lo mismo a hacer las pausas activas que recomiendan todos. El ejercicio del que habla el estudio es el que sugiere la Organización Mundial de la Salud: por lo menos 30 minutos diarios, cinco veces a la semana. Esta dosis de ejercicio, según algunos estudios científicos disminuye en 40% la probabilidad de sufrir depresión. El estudio de RAND, hecho con trabajadores de siete países, encontró que aquellos que hacían más ejercicio, que podría ir de 150 minutos de actividad moderada o 75 de actividad vigorosa a la semana tenían mejor salud mental en promedio.
Este bienestar se tradujo en mejoras para la empresa. Según el trabajo, entre 3 y 4,5 días se pierden debido al sedentarismo de los trabajadores, lo que equivale a entre 1,3% y 3% del tiempo laborable en un año. El estudio miraba dos categorías: el presentismo, que consiste en ir a trabajar, pero ser mas improductivo por causa de una enfermedad, y el ausentismo cuando toman tiempo por enfermedades. Gran parte de ese tiempo perdido se da por el presentismo.
Esto tiene repercusiones más alla de las empresas pues hacer ejercicio le evitaría un gran costo en tratar enfermedades al sistema de salud. El estudio concluye que si se cumplieran los objetivos de la Organización mundial de la Salud (OMS) en cuanto a ejercicio, el PIB global podría subir entre 0,17% o 0,24% en 2050. Además, tendría un beneficio individual. Según otros estudios, el trabajador que se ejercita regularmente tiende a ganar entre 5% y 10% más. Otros estudios muestran que hacer ejercicio elimina el estrés, y la fuente de este casi siempre es el trabajo. Aunque hay otras maneras de aliviar el estrés como por ejemplo, dar prioridad a lo urgente y ser organizado, el ejercicio ayuda a ser más productivo porque esta actividad hace que el cuerpo segregue endorfinas que reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Cuando los empleados tienen menos estrés son más aptos para lidiar con problemas y salir con soluciones creativas. También es más concentrado y con mejor capacidad para pensar. Los expertos dicen que un cuerpo que está entrenado tiene una mente que esta más calmada, concentrada y enfocada. Todo esto lleva a mejor desempeño en el trabajo y a que resulten nuevas ofertas de trabajo.
También mejora la capacidad mental, más que el café, dicen algunos, porque al ejercitarse el cerebro recibe más sangre, lo que en consecuencia lo hace más alerta y enfocado. Esto ayuda a estar mejor equipado para proyectos y situaciones difíciles.
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La gran pregunta es cómo incentivar a los trabajadores a hacer ejercicio. Es cierto que las pausas activas ayudan, pero no son suficientes. Algunas empresas han optado por subsidiar las membresías a gimnasios mientras otras han llevado los gimnasios a sus sedes. Otro estudio de RAND mostró que en algunas empresas europeas les dieron a los empleados un Apple watch que se pagaba en cuotas mensuales, pero solo a aquellos que estuvieran dispuestos a dar su información pues los pagos dependían de cuanto ejercicio hicieran. La táctica se conoce como aversión a la pérdida y es que, ante el panorama de pagar más, la gente se ve avocada a hacer el ejercicio. Lo interesante es que si hacían el ejercicio indicado por la OMS el reloj les terminaba costando solo un diez por ciento del precio de venta. Quienes se sometieron a esto hicieron 30% más ejercicio que antes.
Otra estrategia que parece ser eficaz es recordar a los trabajadores las muchas opciones que tienen ellos de hacer ejercicio dentro del trabajo: subir escaleras en lugar de tomar el ascensor, dar vuelta por el sector después del almuerzo o caminar al trabajo.
Si la falta de tiempo es una constante excusa, hay que promover entrenamientos de alta intensidad por intervalos, que consiste en hacer una serie de ejercicios muy intensos pero cortos, con los que el ritmo del corazón sube lo suficiente. La ventaja es que se pueden hacer en cualquier parte y con la ayuda de una aplicación.
Los directivos deben entender que el ejericico y el trabajo van de la mano y pasar el mensaje a todos los empleados. Promover la cultura de hacer ejercicio, más alla de las pausas para evitar el sedentarismo que también son improtantes, es tratar de cumplir con el mínimo de 30 minutos diarios cada semana.
El ejercicio da energía y una capacidad aumentada para lograr los objetivos en la empresa.