ANIMALES

Cundinamarca tiene nueva área de conservación de aves

El área conocida como paraíso de aves de Tabor y Magdalena, ubicada entre los municipios de Beltrán, San Juan de Rioseco, Pulí, Jerusalén y Guataquí, recibió la designación de Área Importante para la Conservación de Aves (AICA), por parte del instituto Alexander von Humboldt.

3 de junio de 2020
Diferentes especies de aves se encuentran en esta Área Importante para la Conservación de las Aves. Foto: CAR

Un reconocido espacio del departamento de Cundinamarca, en el que se posan y habitan diferentes especies, fue reconocido como Área Importante para la Conservación de Aves (AICA), luego de cumplir con todos los criterios establecidos por BirdLife Internacional.

Se trata del área conocida como paraíso de aves de Tabor y Magdalena, ubicada entre los municipios de Beltrán, San Juan de Rioseco, Pulí, Jerusalén y Guataquí, la cual recibió el reconocimiento por parte del instituto Alexander von Humboldt, luego de una extensa evaluación que evidenció el cumplimiento de todos los criterios definidos para tal fin, entre los que destaca la presencia de especies amenazadas, endémicas o congregaciones. El principal objetivo es crear una red nacional de áreas para la conservación de aves en Colombia.

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Esta designación se logró gracias a la postulación que realizó la CAR Cundinamarca ante el instituto Alexander von Humboldt en el año 2015, entidad que junto con la organización Calidris, tiene a cargo la coordinación en Colombia de la iniciativa global liderada por BirdLife Internacional.

Foto: El El AICA cuenta con especies endémicas y también con otras que tienen algún grado de amenaza. Foto: CAR

Desde el principio fue claro que el área contaba con el potencial para ser designada bajo esta figura; sin embargo, fue necesaria la recolección de información adicional que permitiera demostrar el cumplimiento de los criterios establecidos y demostrar que dicho terreno cuenta con los requisitos para ser AICA, en especial que cumple con el Criterio A21, al contar con la presencia de especies endémicas o de rango restringido para Colombia”, comentó Hernando García Martínez, director general del Instituto Alexander von Humboldt.

El AICA Paraíso de Aves del Tabor y Magdalena, tiene un área de 80.656 hectáreas, cuenta con dos especies endémicas de aves: el atrapamoscas apical (Myiarchus apicalis) y la eufonia del Magdalena (Euphonia concinna), asociadas a los ecosistemas de bosque seco del valle del Magdalena. Adicionalmente, en el área se ha registrado una población importante (más de 3.000 individuos) de águila cuaresmera (Buteo platypterus) que utiliza la zona cómo sitio de paso en su migración desde y hacia Norte América.

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Al respecto, Rafael Robles, director (e) de la gestión de Ordenamiento Ambiental y Territorial de la CAR, dijo que este sitio se convierte en un área especial para que estas aves puedan descansar, alimentarse y luego retomar su marcha hacia donde se dirijan. Este reconocimiento se constituye en una estrategia complementaria para la conservación de la biodiversidad, lo que se constituye en una muy buena noticia no solo para el departamento, sino para el país. 

Diversas especies de aves se encuentran en este espacio de conservación. Foto: CAR

Las AICA fueron reconocidas en la legislación colombiana mediante el Decreto 2372, en el Artículo 28 como distinciones internacionales. En este decreto se define que: “los sitios Ramsar, reservas de biósfera, AICAS y Patrimonio de la Humanidad, entre otras, no son categorías de manejo de áreas protegidas, sino estrategias complementarias para la conservación de la diversidad biológica. Las autoridades encargadas de la designación de áreas protegidas deberán priorizar estos sitios atendiendo a la importancia internacional reconocida con la distinción, con el fin de adelantar acciones de conservación que podrán incluir su designación bajo alguna de las categorías de manejo previstas en el presente decreto”.

Lo anterior lo que indica es que esta zona tendrá prioridad para implementar estrategias de conservación que protejan no solo las especies de aves de la zona, sino las de otros grupos y los ecosistemas de bosque seco allí presentes.


El paraíso de aves tiene un área superior a 80.660 hectáreas. Foto: CAR

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