FAUNA
EN VIDEO: Águila crestada vuelve a aparecer en Quindío tras 15 años de ausencia
La rapaz, catalogada como una especie en peligro de extinción, fue encontrada herida por varios habitantes del municipio de Salento. En un centro de rehabilitación, expertos harán todo lo posible para que pueda regresar a su hábitat natural.
La acelerada desaparición de los bosques andinos para dar paso a extensos pastizales y cultivos, está dejando sin hogar al águila crestada (Spizaetus isidori), una rapaz grande y robusta con todo su plumaje pintado de negro que sólo habita a lo largo de los Andes, desde Colombia hasta el norte de Argentina.
Según el Libro Rojo de las Aves, esta rapaz ha perdido 60 por ciento de su hábitat natural, una hecatombe ecosistémica que se torna aún más crítica por la cacería, “dado que estas águilas son propensas a cazar aves de corral, lo que las convierte en presa fácil de los campesinos. La destrucción de los bosques y la cacería han reducido su población en más de 50 por ciento en tres generaciones, una tendencia que se mantiene”.
Le puede interesar: Deforestación aumenta el riesgo de extinción del águila crestada en el país
El documento revela que en los bosques de Sudamérica, ubicados entre los 150 y 3.300 metros sobre el nivel de mar, no sobreviven más de 1.400 águilas crestadas, una especie que en Colombia ha sido reportada con casos puntuales en sitios como Norte de Santander, Tolima, Caldas, Quindío, Antioquia, Boyacá y Cundinamarca.
El águila crestada fue encontrada herida por unos habitantes de Salento. Foto: CRQ.
La población de la especie en Colombia está entre los 320 y 640 individuos maduros. Sin embargo, el Libro Rojo estima que esta cifra se reducirá al menos un 20 por ciento durante las próximas tres generaciones, razón por la cual está clasificada como un ave en peligro de extinción. “Cada vez se aproxima más a estar en peligro crítico”.
Salento, municipio del departamento del Quindío, era uno de los sitios del país con mayor cantidad de águilas crestadas, una presencia que se ha vuelto más escasa por la deforestación. Según la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), esta rapaz no era avistada desde hace más de 15 años.
La ausencia de esta águila, de 74 centímetros de largo y una cresta aguda en su cabeza, llegó a su fin esta semana, cuando varios habitantes de la vereda Navarco, en la parte alta de Salento, avistaron a una rapaz tratando de volar por un río de una zona boscosa.
Le puede interesar: El amor de las águilas harpía que peligra por el confinamiento
“El animal se encuentra algo herido. Por eso trataremos de rescatarlo para llevarlo a las autoridades competentes”, informó uno de los habitantes en un video que grabó del avistamiento.
La rapaz es sometida a varios exámenes médicos para establecer porqué no puede volar. Foto: CRQ.
El águila le fue entregada a funcionarios de la CRQ y la Policía Ambiental. “Los médicos veterinarios y biólogos de la entidad le hicieron una primera valoración a la rapaz, la cual arrojó que su salud y sus condiciones fitosanitarias estaban bastante deterioradas. Esta es una especie críticamente amenaza que no veíamos desde hace más de 15 años”, dijo José Manuel Cortés, director de la corporación.
Debido a sus problemas de salud, el ave fue trasladada al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces San Isidro, ubicado en la ciudad de Pereira (Risaralda), donde los expertos harán todo lo posible para sane sus heridas y pueda alzar vuelo en su hábitat natural.
Aún no se conoce porqué la rapaz no puede alzar vuelo. Foto: CRQ.
“En este centro de atención y valoración, la rapaz, que tiene un valor ambiental muy importante, cumplirá con todos los protocolos de rehabilitación; esperamos que le permitan regresar pronto al bosque”, precisó Cortés.
Le puede interesar: La pava caucana, a punto de desaparecer por cuenta de la deforestación
El águila crestada es un ave solitaria que se alimenta de ardillas, perezosos, pavas, paujiles, guacharacas, churucos y en ocasiones aves de corral. “Caza con sobrevuelos a corta distancia del dosel mientras busca sus diferentes presas. Anida en árboles emergentes en bosques bien conservados y construye sus nidos entre febrero y marzo. Los registros actuales documentan la postura de un solo huevo”, afirma el Libro Rojo de las Aves.