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Imputan cargos a mujer que pretendía traficar varias boas en Antioquia
El Grupo Especial para la Lucha Contra el Maltrato Animal (Gelma) de la Fiscalía la acusó de aprovechamiento ilícito de recursos naturales y maltrato animal, tras lo hechos ocurridos en el municipio de Sabaneta.
Justo en el instante en el que pretendía hacer entrega de seis boas constrictor a un comprador fue detenida la acusada.
El hecho se registró en abril de 2020 en el municipio de Sabaneta (Antioquia), luego de que un ciudadano se comunicó con las autoridades ambientales de la región y reportó que la mujer pretendía vender las serpientes.
Tras la denuncia, unidades de la Policía Nacional se movilizaron para verificar la situación y detuvieron en flagrancia a la mujer, quien quedó en libertad, pero vinculada al proceso.
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Finalmente, luego de un arduo proceso y tras la realización de varios peritajes y análisis en los que se logró evidenciar que extraer estas serpientes de su hábitat natural les genera graves afectaciones físicas y emocionales, y que en circunstancias extremas podrían morir, la Fiscalía General de la Nación, a través del Grupo Especial para la Lucha Contra el Maltrato Animal (Gelma), le imputó cargos por delitos los delitos de aprovechamiento ilícito de recursos naturales y maltrato animal.
Ahora habrá que esperar las medidas y la sanción que el juez que atienda el caso le imponga. Las serpientes, entre tanto, fueron entregadas a la autoridad ambiental de la región para su rehabiltación y posterior liberación.
Debido a su rápido proceso reproductivo, las boas pueden proliferan muy rápido en los territorios. Foto: CRQ.
La boa constrictora (Boa constrictor), también conocida como guio en Colombia, puede llegar a medir hasta 5 metros de longitud y es poblable encontrarla desde los Andes orientales hasta la Costa Caribe. Su distribución comprende el continente americano, desde México hasta el centro de la Argentina. Tienen la cabeza triangular y las pupilas verticales como las de un gato
Son reptiles de hábitos solitarios y nocturnos. Pasa el día escondidas entre las ramas de los árboles o en algún tronco hueco y sale a cazar al caer la noche. Suele trepar a los árboles y tender desde allí emboscadas a sus presas. También baja al suelo con frecuencia en busca de agua. Se caracteriza, además, por ser una buena nadadora.
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Su mala visión la obliga a depender de las escamas termosensibles (fosetas labiales) que tiene para detectar a sus presas, entre las que se encuentran: lagartos, pájaros de tamaño moderado, zarigüeyas, murciélagos, ratas y ardillas. No obstante, siente especial predilección por los murciélagos, a los que captura desde los árboles en pleno vuelo.
La cacería ilegal y la pérdida de su hábitat natural por cuenta de factores como la deforestación o el cambio de uso del suelo, son las pincipales amenazas de las serpientes. Foto: CRQ.
A sus presas las sacrifica mediante constricción hasta estrangularlas, de ahí su nombre. La cacería para el comercio ilegal, así como devastación de su hábitat por cuenta de factores como la deforestación o el cambio de uso del suelo, son sus principales amenazas. Y es que en los últimos años, las boas constrictoras han ganado popularidad entre los amantes de las mascotas exóticas en el mundo por su atractiva coloración, consistente en superficies dorsales de tonos rojizos situadas dentro de un fondo que puede ser blanco, rosado, marrón o dorado, dependiendo de la subespecie o los cruzamientos llevados a cabo en cautividad.
Las boas no ponen huevos, sino que paren a sus crías vivas. Para el mes de julio, aproximadamente, las hembras tienen hasta 40 culebritas que salen en busca de alimento, principalmente ratones.
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Las boas son importantes dentro de los ecosistemas por su función como depredadoras, ayudando a mantener el equilibrio. Sin ellas, el número de especies de presa aumentarían a niveles no naturales.
En el mundo existen cerca de 3.000 especies de serpientes y alrededor de 300 se encuentran en Colombia, de las cuales solo 51, es decir, el 17 por ciento, son venenosas.
Las autoridades recordaron que el tráfico de fauna silvestre es un delito que genera penas que van desde millonarias multas hasta la privación de la libertad.