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Siguen los ataques contra el pueblo awá
Un indígena awá fue asesinado a plena luz del día en el resguardo Magüí, municipio de Ricaurte, Nariño. Esta es la cuarta muerte que se registra de integrantes de esa comunidad en las últimas cinco semanas. Solicitan el apoyo del Gobierno nacional.
El martes 16 de julio de 2019 entrará a formar parte de las fatídicas fechas que conforman la trágica historia del resguardo Magüí, perteneciente Cabildo Mayor Awá de Ricaurte (Camawari), de la comunidad indígena awá en Nariño.
Ese día, hacia las 2:00 de la tarde, dos hombres irrumpieron la tranquilidad del lugar, se dirigieron hacia donde se encontraba Adrian Guanga Guanga y sin mediar palabra le dispararon en repetidas ocasiones, causándole la muerte inmediata. Luego emprendieron la huida.
Hasta ahora las autoridades no han señalado qué grupo pudo haber sido el autor del crimen, sin embargo, en esa zona se dice que hacen presencia las disidencias de las Farc, con el frente Oliver Sinisterra, al igual que el ELN, las Águilas Negras y bandas al servicio del narcotráfico como los Marihuanos, que se disputan el territorio.
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"Desconocemos totalmente las razones de su asesinato porque hemos estado indagando y no registraba amenazas. Se dedicaba a trabajar en la finca junto a su papá", señaló Miguel Caicedo, coordinador binacional de derechos humanos de la Gran Familia Awá.
Se cree que el homicidio de este joven de 21 años, que no tenía hijos, se pudo haber producido como retaliación contra su padre, quien es un líder de ese reguardo e impulsó, en 2018, la declaratoria de 1.580 hectáreas como área de conservación.
"Ese es un territorio muy recóndito donde no hay carreteras ni caminos. Se accede por trocha, por lo que los asesinos huyeron corriendo", mencionó Caicedo, quien recordó que hace unos años la guerrilla de las Farc había asesinado a dos tíos de la víctima en ese mismo resguardo.
En peligro inminente
El homicidio de Adrian Guanga es solo uno de una larga lista que se viene registrando desde hace menos de dos meses. Cinco semanas atrás fueron asesinados tres integrantes de la comunidad awá entre Tumaco y Ricaurte, pertenecientes a la Unidad Indígena del Pueblo Awá, Unipa, una de las cuatro organizaciones que conforman esa gran familia.
Se trataba de Rocío García Pai, Robert García Bisbicus y Leidy Burgos Pai. La muerte de esta última mujer causó gran estupor, pues solo tenía 18 años y hacía parte de la guardia indígena de Unipa. Ella desapareció y un par de días después su cuerpo sin vida fue encontrado abandonado en una zona selvática de esa región.
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Aunque las autoridades aún no han indicado quiénes serían los posibles autores de estos delitos, en el territorio se especula que pudo haber sido obra de las disidencias de las Farc en retaliación a la negativa de los nativos a sembrar coca y permitir el procesamiento de la misma al interior de sus resguardos.
"Hacemos un llamado al Gobierno porque necesitamos garantías en nuestro territorio para conservar la vida, pues hasta ahora ha habido un abandono total del Estado. Necesitamos que hayan proyectos que nos ayuden a salir adelante", expuso Caicedo, quien también le solicitó a los grupos armados al margen de la ley que los dejen vivir tranquilos.
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"Desde hace algún tiempo en un 50% de los 11 resguardos que conforman la organización Camawari se prohibió el ingreso de cualquier grupo armado, tanto legal como ilegal. Ese lineamiento ha sido efectivo, en la medida en que las guardias indígenas se encuentren fortalecidas y bien formadas en temas ambientales. Estamos haciendo ese control, a pesar de las amenazas y hemos notado que ha habido una reducción de las incursiones a nuestro territorio", recalcó Caicedo.
En mayo de 2019, el bloque central del grupo paramilitar Águilas Negras declaró como objetivo militar a los gobernadores, líderes, coordinadores y todos los integrantes de la organización Camawari, por medio de un panfleto. Así mismo, implantó un horario para movilizarse por su territorio ancestral, que comprende entre las 8:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde.