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La batalla contra las especies invasoras: un desafío sin solución a la vista

Las especies invasoras que destruyen cultivos, devastan bosques, propagan enfermedades y alteran los ecosistemas se están extendiendo cada vez más rápido en todo el mundo y la humanidad no ha logrado detenerlas, advirtió este lunes un organismo científico internacional.

Redacción Semana
4 de septiembre de 2023
Las especies exóticas crecerán 36% a 2050
Las especies exóticas crecerán 36% a 2050 | Foto: Corpamag

Esta situación está costando más de 400.000 millones de dólares al año en daños y pérdidas de ingresos, el equivalente al PIB de Dinamarca o Tailandia, una cifra probablemente subestimada, indica la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), auspiciada por la ONU.

Las especies invasoras van desde el jacinto de agua que está asfixiando el lago Victoria en África, hasta las ratas y serpientes marrones que eliminan especies de aves en el Pacífico, pasando por los mosquitos que llevan el Zika, la fiebre amarilla o el dengue a nuevas regiones.

En el mundo hay 37.000 especies exóticas, de las cuales algo menos del 10 % pueden considerarse “invasoras” y “dañinas” por los efectos “negativos” o incluso “irreversibles” que tienen en los ecosistemas y en la calidad de vida en la Tierra, según el informe.

Tras el accidente que causó un hipopótamo en carreteras del departamento de Antioquia, el ente de control hizo el pedido al Consejo de Estado (imagen de referencia)
Las especies invasoras destruyen cultivos, devastan bosques, propagan enfermedades y alteran los ecosistemas (imagen de referencia). | Foto: getty Images / Anadolu Agency

El desarrollo económico, el aumento de la población y el cambio climático “aumentarán la frecuencia y el alcance de las invasiones biológicas y los impactos de las especies exóticas invasoras”, indica el informe. Solo el 17 % de los países tiene leyes o regulaciones para hacer frente a este ataque.

Ya sea por accidente o a propósito, cuando las especies no nativas terminan en el otro lado del mundo, es siempre responsabilidad de los humanos, según los científicos.

Su propagación demuestra que la rápida expansión de la actividad humana ha alterado radicalmente los sistemas naturales y ha llevado a la Tierra a una nueva época geológica, el Antropoceno, apuntan los expertos.

Conejos en Nueva Zelanda

En África, el jacinto, que llegó a cubrir el 90 % del lago Victoria, paralizando el transporte y sofocando la vida acuática, fue introducido por funcionarios coloniales belgas en Ruanda como una flor ornamental. Pero en la década de los 1980, se abrió camino por el río Kagera.

Otro caso es el de los Everglades, en Florida (Estados Unidos), llenos de descendientes de antiguas mascotas y plantas de interior, desde pitones birmanas de cinco metros hasta helechos trepadores procedentes del Viejo Mundo. En Nueva Zelanda, los colonos ingleses trajeron conejos en el siglo XIX para cazar y comer. Cuando empezaron a multiplicarse importaron armiños, un pequeño carnívoro, para reducir su número.

Conejo
En Nueva Zelanda, los colonos ingleses trajeron conejos en el siglo XIX para cazar y comer. | Foto: Getty Images

Pero los armiños decidieron atacar aves endémicas, como el kiwi o el chorlito de pico tuerto (‘ngutuparore’ en maorí), que pronto fueron diezmadas. Nueva Zelanda y Australia son “casos ejemplares” de cómo es un error intentar controlar una plaga importada con otra, dijo a la AFP Elaine Murphy, científica del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda.

Sin embargo, en muchos casos, la llegada de especies invasoras es un accidente, como en el mar Mediterráneo, lleno de peces y plantas no nativas, como el pez león y el alga asesina, que viajaron desde el mar Rojo a través del canal de Suez.

Kahului, Estados Unidos | AFP | miércoles 15/08/2023 - 21:45 UTC-5 | 793 palabras


ACTUALIZA CON NUEVO BALANCE

por Paula RAMON

El balance de muertos en el incendio en Hawái, el más mortífero en Estados Unidos en más de un siglo, superó los 100, y podría "duplicarse" esta semana, advirtieron las autoridades, criticadas por su gestión.

"Ya se han perdido 101 vidas", dijo el gobernador de Hawái, Josh Green, en una alocución televisada, en la que añadió que los equipos de rescate habían rastreado ya algo más de una cuarta parte de la zona de búsqueda que tenían que cubrir.

"Durante los próximos diez días, este número podría duplicarse", estimó más temprano este lunes en CNN. 

El saldo va en aumento a medida que los equipos de rescate con perros entrenados avanzan en sus tareas de búsqueda entre casas y vehículos calcinados. 

Sólo un 25% de la zona siniestra ha sido rastreada hasta el momento, explicaron las autoridades el lunes por la noche.

Los rescatistas "probablemente encontrarán de 10 a 20 personas por día hasta que terminen" sus tareas, dijo Green a la cadena CBS.

En Lahaina, una ciudad costera de 12.000 habitantes en la isla de Maui, el fuego fue tan intenso que hizo fundir el metal. 

Los cuerpos recuperados son difíciles de identificar, explicó el jefe de la policía local, John Pelletier. Hasta ahora, sólo tres de ellos pudieron ser reconocidos "por sus huellas", agregó el oficial, por lo que pidió a los familiares de las personas desparecidas someterse a pruebas de ADN.

Las autoridades se plantean limitar el acceso a Lahaina durante todas las operaciones de búsqueda, por precaución ante posibles productos químicos, y por respeto a los fallecidos.

Las autoridades daban cuenta de 1.300 desaparecidos, según Green. La cifra va bajando a medida que las comunicaciones se van restableciendo de forma progresiva en la isla de Maui y que los habitantes logran ponerse en contacto con sus familiares.

- "Falta de comunicación" -
Los múltiples fuegos que se declararon la semana pasada, atizados por los fuertes vientos y la sequía de la isla, siguen ardiendo, pese a los esfuerzos de los bomberos para extinguirlos.

Las autoridades no obstante no parecen preocupadas por la tormenta tropical que debe cruzar el sur del archipiélago en la noche del miércoles al jueves. No tendrá "prácticamente ningún impacto", según el servicio meteorológico estadounidense.

El fuego impactó o destruyó más de 2.200 estructuras en Lahaina, y oficialmente las pérdidas se estiman en 5.500 millones de dólares, sin contar los miles de damnificados que quedaron sin hogar. 

Este es el incendio más mortífero en Estados Unidos desde 1918, cuando 453 personas murieron en Minnesota y Wisconsin, según el grupo de investigación Asociación Nacional de Protección contra Incendios.

El saldo de víctimas fatales sobrepasa el de Camp Fire, ocurrido en 2018, en California, que prácticamente borró del mapa la pequeña población de Paradise y mató a 86 personas. 

Las circunstancias de los repentinos incendios de esta semana siguen sin estar claras. Y el resentimiento de la población contra las autoridades no deja de aumentar.

"La falta de comunicación es abismal, la gente está muy indignada y se siente frustrada. La situación sólo hace que empeorar", dijo a la AFP el pastor Stephen Van Bueren, cuya iglesia quedó destruida.

Durante los incendios, las alertas oficiales en la televisión, la radio y en los teléfonos fueron inútiles puesto que muchos residentes se quedaron sin electricidad o conexión. Las sirenas de alarma no funcionaron.

- Críticas de Trump -
Se ha abierto una investigación para analizar la gestión de la crisis.

"Pensamos que las sirenas quedaron esencialmente inmovilizadas por el calor extremo" que se registraba en Maui, argumentó Green.

Su gestión fue criticada por el expresidente estadounidense Donald Trump en la red Truth Social. "No quiere hacer otra cosa que culpar al cambio climático", dijo.

Muchos residentes de Lahaina contaron que se enteraron del fuego al ver a los vecinos que corrían por las calles o cuando lo vieron por sí mismos.
El incendio que arrasó el mes pasado la localidad de Lahaina, en la isla de Maui, fue alimentado por plantas secas de una especie importada (Robert Gauthier/Los Ángeles Times a través de Getty Images). | Foto: Los Angeles Times via Getty Imag

En gran parte debido a los enormes volúmenes de comercio, Europa y América del Norte tienen las mayores concentraciones mundiales de especies invasoras, definidas como aquellas que no son nativas, causan daños y aparecen debido a la actividad humana, indica el informe de IPBES.

En el archipiélago de las islas Hawái, el incendio que arrasó el mes pasado la localidad de Lahaina, en la isla de Maui, fue alimentado en parte por plantas secas de una especie importada hace décadas para alimentar al ganado que luego se extendió a las plantaciones de azúcar abandonadas.

En diciembre, fue aprobado en Montreal (Canadá) un tratado internacional para proteger la biodiversidad que incluye el objetivo de reducir a la mitad la tasa de propagación de especies exóticas invasoras para 2030.

*Con información de AFP.