FAUNA
Más de 50 tortugas marinas regresaron a las playas del Magdalena este año
Luego de recibir una valoración en el centro de atención del Acuario de El Rodadero, 57 tortugas verde, caguama y carey volvieron a su hábitat natural. Casi todas fueron entregadas voluntariamente por los pescadores del departamento.
Las tortugas marinas han recorrido los océanos desde las era de los dinosaurios, unos 200 millones de años atrás. Estas viajeras ancestrales e incansables, contribuyen al balance de los ecosistemas marinos y costeros y nutren las playas de arena con sus anidamientos, donde depositan nutrientes y aportan vida a estas superficies.
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Sin su presencia, diferentes especies y ecosistemas podrían verse perjudicados. Estos reptiles también ayudan al mantenimiento de pastos y corales, limpiando las algas con las que compiten. Se alimentan de medusas y de otros organismos potencialmente peligrosos; la tortuga laúd, por ejemplo, controla las poblaciones de fragata portuguesa, una falsa medusa venenosa que puede incluso matar a los seres humanos.
El departamento del Magdalena es uno de los sitios de anidación más importante para las tortugas marinas en el Caribe. Cuatro especies llegan todos los años a anidar en las playas: las tortugas gogo, laúd, carey y verde.
Cuatro especies de tortugas marinas llegan a las playas del Magdalena a depositar sus huevos. Foto: Corpamag.
“Estas tortugas visitan la mayoría de las playas del borde costero del Magdalena para poner sus nidos, principalmente en zonas como Tasajera, Ciénaga, Santa Marta, el Parque Tayrona, Los Ángeles, Mendihuaca y Don Diego. Luego viajan hacia el norte si logran sobrevivir a las múltiples amenazas que encuentran en su camino”, dice explica Julieth Prieto, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag).
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La existencia de estos reptiles está en grave peligro debido a la acción del ser humano. De las cuatro que hacen presencia en Magdalena, tres están consideradas en peligro crítico de extinción: gogo, laúd y carey, mientras que la verde está en peligro.
“Al parecer, la tortuga verde es la única que visita las playas del Magdalena para alimentarse de los pastos marinos, una especie que es bastante apetecida para su consumo por los habitantes del departamento de La Guajira”, indica Prieto.
Las autoridades rescatan a las tortugas marinas que son atacadas por la población. Foto: Corpamag.
Carlos Francisco Díaz Granados, director de Corpamag, informó que la entidad trabaja permanentemente en la protección de las tortugas marinas por medio de jornadas de sensibilización con los pescadores y varias alianzas como el convenio con el Acuario El Rodadero, donde funciona el centro de atención de fauna marina.
“También generamos investigaciones en torno a las especies con el acompañamiento del programa de conservación de tortugas y mamíferos marinos y adelantamos acciones de educación ambiental en la zona costera del departamento” expresó Díaz Granados.
La tortuga carey está en peligro crítico de extinción. Foto: Parques Nacionales Naturales.
Rescate animal
En lo corrido de este año, Corpamag y el Acuario y Museo del Mar Fospina de El Rodadero han recuperado 57 tortugas marinas de las especies verde, caguama y carey en varias playas del departamento, reptiles que luego de recibir atención y valoración veterinaria en el centro de rehabilitación, regresaron a su hábitat natural.
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La mayoría de estos reptiles fue entregada voluntariamente por pescadores de Tasajera y Ciénaga, quienes han participado en jornadas de educación y concientización por parte de la autoridad ambiental. “Los pescadores aprenden sobre los servicios ecosistémicos que prestan estos reptiles al medio marino, por lo cual muchos realizan de manera voluntaria la entrega de estos animales, que en algunos casos quedan atrapados en las redes de pesca”, dijo Diaz Granados.
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57 tortugas marinas han vuelto al mar este año luego de recuperarse en un hogar de paso. Foto: Corpamag.
En el centro de atención, valoración y rehabilitación de fauna marina de Corpamag y el Acuario de El Rodadero, los expertos atienden, valoran y rescatan a las tortugas, delfines y tiburones que son víctimas de las acciones humanas, sitio donde reciben un tratamiento para poder retornar al mar.
“En este lugar recibimos las tortugas rescatadas por pescadores. Este año, la mayoría corresponde a las especies carey, verde y caguama, reptiles que contaron con un proceso de recuperación que les permitió volver al medio natural. Seguimos trabajando por la conservación del entorno marino”, dijo Ángela Dávila, veterinaria del centro de atención.
Las tortugas marinas son cazadas para el consumo de su carne y huevos. Foto: Corpamag.
Desde 2015, cuando Corpamag se unió con el Acuario de El Rodadero para realizar rescates de fauna marina y crear el centro de atención, han rescatado y rehabilitado más de 300 tortugas marinas adultas, de las cuales el 92 por ciento logró sobrevivir.
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Hace pocos días, las autoridades rescataron una nidada con 70 huevos de tortuga carey que podría ser víctima de la población o el oleaje. “Los huevos fueron introducidos al medio natural, durante una jornada de liberación realizada en la bahía de Inca-Inca”, informó Corpamag.
Expertos dedican su vida a rescatar a las tortugas marinas víctimas de las acciones humanas. Foto: Corpamag.
Un peligro latente
Según el libro de las tortugas y cocodrilianos de países andinos tropicales, durante los años 70 gigantescas colonias de anidación de tortugas gogo arribaban a las playas entre Buritaca y Don Diego, algunas veces superando números de 600 hembras anidantes por temporada. “Lamentablemente, esta población fue exterminada y hoy en día no llegan más de 15 tortugas por temporada de esta especie a anidar en estas playas”, complementa Corpamag.
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Las principales amenazas de las tortugas son el consumo de su carne, la persecución y saqueo de los huevos y la comercialización de sus partes, como es el caso del caparazón de la tortuga carey, utilizado en la elaboración de accesorios y artesanías. “Esta situación ha diezmado sus poblaciones a tal punto de llevarlas casi al borde de la extinción, razón por la cual son especies protegidas y cuyo tráfico está restringido internacionalmente”, menciona la entidad.
El caparazón de la tortuga carey es utilizado para hacer artesanías. Foto: Parques Nacionales Naturales.
Otras de las afectaciones actuales más graves y silenciosas son la instalación de fogatas en las playas, que pone en peligro su anidación, y la proliferación de residuos como bolsas plásticas, que las tortugas confunden con medusas y se las comen, generando inanición y hasta la muerte.
Desde hace 15 años, Corpamag hace parte de un convenio con el programa de conservación de tortugas y mamíferos marinos. En 2015, se unió con el Acuario de El Rodadero para realizar rescates de fauna marina y crear el centro de atención.
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“La alianza entre el Acuario y Corpamag creó el primer centro de atención y valoración marino en el país, donde veterinarios y biólogos le realizan un tratamiento a la fauna marina y luego la reinsertan en su medio natural”, anotó Juan Carlos Ospina, director del Acuario.
Las autoridades le dan una mano a las tortugas para que continúen su viaje por el mar. Foto: Corpamag.
Cada año, las entidades realizan por lo menos tres liberaciones de tortugas grandes rescatadas y dos de tortugas juveniles que nacen en laboratorio, donde luego de ocho meses pueden regresar al mar para continuar con su viaje por el océano.
“Con el Acuario hacemos educación ambiental con las comunidades costeras y las instituciones educativas donde estudian los hijos de los pescadores para llevar el mensaje de conservación”, puntualizó Corpamag.