GRUPO RÍO BOGOTÁ

“Preguntas todo bien”, la campaña de Bogotá para tener un mejor ambiente

¿Qué puedo hacer con el aceite de cocina usado? ¿Qué hacer con las pilas cuando ya no sirven? ¿A dónde llevo un computador que ya no sirve? Estas son algunas de las preguntas que responde la Secretaría de Ambiente para que los ciudadanos cambien sus hábitos contaminantes.

8 de noviembre de 2020
Solo con un cambios de hábitos ciudadanos podrá renacer el río Bogotá. Fotos: Agencia Universidad Nacional. | Foto: Campaña SDA

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.

A diario, en su paso por la capital del país el río Bogotá recibe en promedio 690 toneladas de carga contaminante, entre vertimientos que fluyen por el sistema de alcantarillado, basuras que son arrojadas a las calles, aceites que provienen de las viviendas y arenas.

La agonía del río sagrado de los muiscas, una cloaca de aguas negras y nauseabundas que lo persigue desde mediados del siglo XX, está concentrada en la gran ciudad, donde los comportamientos inadecuados de más de ocho millones de personas lo hacen ingresar a un estado de coma.

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Hábitos tan comunes como arrojar el aceite de cocina usado por los sifones de los lavaplatos, arrojar residuos en el espacio público y no hacer una adecuada disposición de las pilas, baterías y desechos electrónicos, contribuyen en el alto grado de contaminación del río Bogotá, además del deterioro de los ecosistemas naturales que alberga la ciudad.

El aspecto lúgubre del río Bogotá es el reflejo del comportamiento de los ciudadanos. Foto: Nicolás Acevedo Ortiz. 

Ante esto, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) lanzó una campaña virtual llamada #PreguntasTodoBien, la cual busca generar un cambio de hábitos en la ciudadanía a través de consejos prácticos para dejar de contaminar.

¿Qué hacer con el aceite de cocina usado? es la primera pregunta que responde la autoridad ambiental del Distrito. “Dejémonos de vainas, los fritos son ricos, como las empanadas, buñuelos, papitas y alitas. Para hacerlos se necesita mucho aceite que no se puede tirar por el desagüe, porque taparía las cañerías, le haría daño a nuestra ciudad y contaminaría el agua de los ríos”.

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 Para la SDA, los ciudadanos saben que el agua y el aceite no se llevan bien. “Con el aceite vegetal usado en casa, trabajo o negocio tiene la oportunidad de hacer algo bueno por todos en la ciudad. Déjelo enfriar, guárdelo en una botella plástica bien tapada y llévelo a un punto de recolección para que se aproveche como debe ser, y así no termine mezclado con el agua o regado en el relleno Doña Juana”.

El aceite usado de cocina es uno de los residuos silenciosos que más contamina los recursos hídricos. Foto: Agencia Universidad Nacional.

La entidad cuenta con 13 puntos habilitados en varias localidades para que la ciudadanía lleve el aceite usado recolectado, los cuales pueden ser consultados en el siguiente link: Aceites usados.

El aceite vegetal usado se genera durante la cocción y fritura de alimentos, donde se modifican sus características organolépticas y fisicoquímicas debido a las altas temperaturas a las que es sometido. “La falta de regulación sobre este residuo ha fomentado problemas como la afectación a la salud pública, al ser sometido a procesos de blanqueo, reenvasado, comercialización ilegal y reutilización para consumo humano”, menciona la entidad.

La SDA cuenta con 13 puntos donde los ciudadanos pueden llevar el aceite de cocina usado.  

Sumando a esto, la disposición inadecuada de este residuo, para muchos silencioso, contamina los cuerpos hídricos y el suelo y genera el taponamiento del sistema de alcantarillado y altos costos de mantenimiento.

“Las personas naturales o jurídicas que realicen actividades industriales, comerciales o de servicios y generen aceite vegetal usado en el Distrito, así como aquellas que realicen actividades de transporte o gestión con este, deben realizar el registro ante la entidad”.

¿Y las pilas?

Las pilas, baterías y desechos electrónicos, por tratarse de residuos especiales, deben disponerse de una forma especial. “Cuando se le acaben las pilas o se le dañen los aparatos eléctricos, computadores, impresoras y esas cosas, las debe llevar a uno de los puntos de recolección autorizados”, asegura la SDA.

Para la entidad, si toda la ciudadanía hiciera una adecuada recolección, estos residuos no terminarían en el relleno Sanitario Doña Juana, donde se genera una afectación al ambiente. “Tome esta oportunidad y ayude a que esos residuos sean aprovechados”. 

Las pilas no deben ser dispuestas en las bolsas de basura con residuos orgánicos. 

Las pilas, baterías y desechos electrónicos pueden ser llevados a los 13 puntos habilitados por la SDA (Pilas y residuos electrónicos).“Si en tu empresa o institución tienes residuos de pilas o acumuladores y deseas hacer su disposición final y recibir el certificado por esto, puedes enviar un correo electrónico a reciclaton.bogota@ambientebogota.gov.co, especificando el tipo de residuo, la cantidades de unidades y el peso. Un equipo de la entidad se encargará de la gestión con el programa posconsumo para hacer el proceso”, informó la SDA.

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En cuanto a las bolsas plásticas, la campaña de la Secretaría de Ambiente recalca que lo correcto es comprar una bolsa de tela y siempre llevarla cuando vaya a mercar. “No pida bolsas en las tiendas. Quienes tengan negocios, recuérdenle a la clientela que las bolsas plásticas afectan el ambiente y nos perjudican. Por eso, debemos reducir su uso y esa oportunidad la tenemos todos”.

Bici por carro 

Las fuentes móviles, es decir los vehículos particulares y del transporte público, son responsables del 60 por ciento de la contaminación del aire en Bogotá, bocanadas de polvo, hollín y humo que además afectan la salud de la población.

Al usar la bicicleta también respira el ambiente de la ciudad. Foto: archivo Semana. 

“Andar en bicicleta da felicidad. Si usted usa la bici se da cuenta de lo bien que se siente cuando se hacen cosas buenas para la salud y para el ambiente de la ciudad. Si puede hacerlo, usted y Bogotá se fortalecen con cada pedalazo. Deje el carro en casa y váyase en bici”, indica la SDA.

La entidad expresó que las ciclorrutas en la capital cada vez son más amplias y ahora es mucho más fácil moverse en bicicleta por la ciudad. “Además, así aprovecha y ahorra consumos innecesarios de energía, combustible, emisiones del carro y hasta plata”.