Para los panelistas, es necesario que las personas se animen a involucrarse en el cuidado del medioambiente de una manera eficaz, persistente y participativa. Foto: CAR. | Foto: río Bogotá - CAR

GRUPO RÍO BOGOTÁ

Recuperar el río Bogotá es responsabilidad de todos

Los diferentes sectores de la sociedad pueden involucrarse en la descontaminación del río Bogotá y ser protectores de los ecosistemas de su cuenca. Esa fue una de las grandes conclusiones del segundo panel del foro del Grupo Río Bogotá de este miércoles.

4 de febrero de 2021

*Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.

Aunque el río Bogotá parece no tener vida, debido al color y la contaminación de sus aguas, lo cierto es que en sus 380 kilómetros de extensión existen unas 542 especies de fauna y 169 de flora, según pudo confirmar el último ajuste al Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del río.

Con el fin de proteger esta biodiversidad y generar conciencia sobre la importancia de cuidar los cuerpos de agua, diferentes entidades, incluidas las organizaciones medioambientales y la sociedad civil, han buscado la forma de desarrollar iniciativas que no solo creen valor en busca de la recuperación del río Bogotá, sino que, además, permitan un país más sostenible.

En este camino, es necesario que la ciudadanía se anime a involucrarse en el cuidado del medioambiente de una manera eficaz, persistente y participativa.

A esta conclusión llegaron Ana Alejandra Jiménez, gerente de Sostenibilidad del Banco de Bogotá, María Victoria Blanco, guardiana del Salto Del Tequendama y Medardo Galindo, defensor del agua como derecho público, participantes del segundo panel del foro ¿Cómo va la recuperación del río Bogotá?, evento virtual organizado por Grupo Río Bogotá este miércoles, 3 de febrero.

En el espacio, María Victoria Blanco, quien lleva unos 27 años liderando la lucha por el reconocimiento del Santo de Tequendama, manifestó que los ciudadanos pueden ser guardianes y protectores de las riquezas naturales del país. “No nos podemos quedar esperando a que sean los otros, las instituciones públicas y privadas, las que tomen acciones. Todos debemos darle la cara al río”, dijo.

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Partiendo desde su experiencia, puso sobre la mesa el trabajo que ha adelantado en el Salto del Tequendama, patrimonio natural de Colombia, pues esta caída de agua había sido considerada durante bastante tiempo y por muchos como un caso perdido, un basurero, a pesar de albergar unas 120 especies de animales y una alta biodiversidad de plantas y flores.

Su trabajo se inició, entonces, con un diagnóstico del territorio. “Lo que hicimos fue empezar a mostrar, con el acompañamiento de la academia, cómo estaba el Salto, sus virtudes, aún con las condiciones de contaminación del río”, dijo.

María Victoria Blanco lucha por conservar la memoria histórica del Salto del Tequendama. Foto: Nicolás Acevedo. 

Así, creó un inventario de flora y fauna que hoy en día es exhibido al público en general. “Esta es una oportunidad de vida, esto no es de sí me gusta o no me gusta. Si no nos ponemos en la tarea de ser sostenibles, no vamos a poder sobrevivir”, manifestó.

En este sentido, Ana Alejandra Jiménez, gerente de Sostenibilidad del Banco de Bogotá, afirmó que desde la empresa privada también hay mucho por hacer, no solo desde la disminución de la huella de carbono y la retribución a las comunidades, sino también desde la generación de conciencia.

Este es el caso, por ejemplo, de Apartamentos el Río, un proyecto ejecutado por la entidad bancaria para generar conciencia sobre la gran cantidad de desechos que van a parar a este afluente.

Bajo la idea de que todos los objetos que lanzan los ciudadanos al cuerpo de agua alcanzan para amoblar un condominio, la entidad bancaria amobló un apartamento con sofás, mesas, cámaras, celulares, camas, electrodomésticos y otros objetos encontrados en el río.

“Lo que quisimos hacer fue mostrar una realidad. Por eso tratamos de hacerlo tangible, simbólico. Nosotros le llamábamos el apartamento modelo que no debe ser modelo para nadie”, destacó.

Apartamentos el Río es un proyecto ejecutado por la entidad bancaria para generar conciencia sobre la gran cantidad de desechos que van a parar a este afluente. Foto: Banco de Bogotá. 

Para que las personas puedan ver estos objetos, Jiménez explicó que la entidad habilitó un sitio web que permite hacer recorridos virtuales. “También hicimos una campaña muy interesante en la que al hacer clic en estos objetos la gente encuentra información de cómo hacer una disposición adecuada, porque muchas veces las personas no saben cómo ni dónde hacerlo".

El hecho de que los privados se unan en la lucha por el cuidado del medioambiente, pero no solo desde lo que se muestra al exterior sino desde el interior mismo de la compañía, hace que exista una coherencia entre las acciones que se emprenden, de acuerdo con la gerente de Sostenibilidad.

“Nosotros tenemos dentro de esta dos pilares: los negocios sostenibles y el medioambiente. Consideramos que es muy importante que desde el interior, desde nuestros trabajadores y colaboradores, seamos conscientes del impacto que tenemos en nuestro entorno para que, al compartir con el exterior todas estas líneas de desarrollo, lo hagamos con coherencia”, destacó.

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Para cerrar este panel, Medardo Galindo, defensor del agua como derecho público, por su parte, aseguró que para cumplir con todas las acciones que ordena la sentencia y lograr el tan anhelado objetivo de limpiar este cuerpo de agua, “es necesario la resolución de las problemáticas que tienen que ver con la articulación de los diferentes instrumentos de planeación, puesto que son inconvenientes que se extienden desde hace 20 años”, dijo.

Galindo hizo un recorrido por las diferentes problemáticas en la articulación de los distintos agentes alrededor de la cuenca, incluso desde la primera presentación de un Plan de Ordenamiento Territorial en 1998.

Aunque el río Bogotá parece no tener vida, debido a el color y la contaminación de sus aguas, lo cierto es que en sus 380 kilómetros de extensión existen unas 562 especies de fauna y 169 especies de plantas. Foto: CAR.

“Han transcurrido más de 20 años desde ese primer POT ante la CAR y continúan los mismos problemas. No se han resuelto, sino que se han agudizado y se han judicializado. Todavía se ve esa inexistencia de una política única relacionada con la recuperación del río que articule a las diferentes entidades, incluida la sociedad civil. Hay también una dispersión de recursos y esfuerzos en materia de información, planeación, recursos tecnológicos y humanos”, describió.

Para Galindo, lo primero que hay que hacer para darle solución a estos inconvenientes es hacer “una articulación de los diferentes instrumentos de planeación y de todas las entidades”.