ECOLOGÍA

La lucha por el último río salvaje de Europa

En Europa queda un solo río que aún fluye libremente en su cauce natural. Pero la demanda de energía hidroeléctrica amenaza su futuro y el de toda una región.

Alianza DW
25 de agosto de 2017
Los manifestantes luchan por proteger la biodiversidad y un antiguo modo de vida

A las orillas del río Viosa se escucha una extraña melodía, a la vez pacífica y caótica. El ruido del agua se mezcla con el cascabeleo de las campanas de las cabras. Y además se escuchan balidos, no sólo de los animales, sino también del pastor Kadri.

“Las quiere animar a cantar”, bromea Eduart, otro pastor que trae sus cabras a beber aquí todos los días. Durante cientos de años, el viento llevó esa cacofonía calmante de una orilla del río a otra.

Kadri y Eduart nacieron en Kutë, una aldea de siglos de antigüedad ubicada en las colinas del valle de Viosa, en el sur de Albania. La mayoría de los habitantes de Kutë y otros pueblos cercanos al río son agricultores que viven de sus cultivos y de la ganadería. Pero este antiguo modo de vida pronto podría terminar.

Flamencos y anguilas

En las ciudades cercanas de Kalivaç y Poçem se planean dos grandes centrales hidroeléctricas. En caso de que se construyan, las presas inundarían miles de hectáreas de pastos y tierras de cultivo, forzando a cientos de familias a abandonar sus hogares.

“Tengo mucho miedo porque no sé nada más que cuidar cabras”, dice Kadri. “La presa cambiará nuestras vidas, cambiará todo”.

También interrumpiría el último y extenso cauce que fluye libremente en Europa, fuera del Ártico.

El Viosa recorre unos 270 kilómetros, desde las montañas del norte de Grecia, a través de las llanuras del sur de Albania, y desemboca en el mar Adriático. La región es rica en cañones, islas y brazos fluviales que le dan su nombre: “el corazón azul de Europa”.

La construcción de la presa de Kalivaç.

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Además de ser una fuente esencial de agua para la agricultura, es también un área importante de biodiversidad, hogar de la anguila europea en peligro de extinción y del flamenco mayor.

Los científicos dicen que puede albergar una serie de otras especies endémicas. Nunca se ha llevado a cabo un estudio biológico exhaustivo, y la construcción de las presas impediría a los científicos estudiar el hábitat en su forma actual.

Fiebre balcánica por la energía hidráulica

En toda la región de los Balcanes, se estima que se planean o ya fueron construidas 2.700 centrales hidroeléctricas. Según un informe de Bankwatch, una red internacional de organizaciones no gubernamentales, cerca de la mitad de estos proyectos se encuentran en áreas naturales protegidas.

El grupo ecológico EcoAlbania ha identificado 45 proyectos de plantas hidroeléctricas a lo largo del Viosa, que transformarían secciones del río en cascadas, interrumpiendo ecosistemas y forzando a miles de personas al éxodo.

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Muchos de los proyectos se remontan a una ola de concesiones para pequeñas centrales hidroeléctricas emitidas a principios del milenio, en parte como respuesta al creciente interés de la Unión Europea por las energías renovables.

La región está plagada de corrupción. Y aunque ya se actualizaron las normas sobre el apoyo financiero a las energías renovables en la UE, los Balcanes Occidentales siguen estando rezagados en cuanto a la reforma.

Demanda histórica

Olsi Nika, director ejecutivo de EcoAlbania, dice que los países europeos más ricos se están tomando demasiadas libertades respecto a estándares ecológicos en “países con marcos legales débiles, donde los niveles de democracia son bajos, y la corrupción es alta”.

Las organizaciones de la sociedad civil han tenido cierto éxito desafiando proyectos hidroeléctricos en áreas protegidas. El pasado mes de mayo, un tribunal falló contra la construcción de la central hidroeléctrica de Poçem, en el primer juicio ambiental de Albania.

Pero la batalla está lejos de terminar. El Ministerio de Energía apeló la decisión. Y pocas semanas después, lanzó una nueva convocatoria abierta para inversores en la segunda presa, prevista en Kalivaç.

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