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A un clic se compra y vende ganado hoy en Colombia: así funciona la plataforma que revitalizó el comercio ganadero
La transformación digital de la comercialización de ganado viene impulsando la competitividad del sector. La nueva dinámica ha favorecido la rentabilidad de los productores, quienes han emprendido la conquista de nuevos mercados.
La dinámica de comercialización del sector ganadero de buena parte del Caribe colombiano hoy es un referente que llena de orgullo a Córdoba. La historia se remonta a 2010, cuando los expresidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez, rompieron relaciones. Hasta entonces, el país vecino era el principal destino de las exportaciones de carne y de ganado en pie de la región. Esa realidad cambió y tuvieron que reinventarse. La innovación fue la gran aliada en este proceso.
“Ese año se acabaron las exportaciones de ganado, carne, derivados lácteos, huevos y quesos a Venezuela. Nosotros dependíamos en un alto porcentaje de ese mercado. Por ejemplo, todo el comercio de la zona desde Bosconia, por la Ruta del Sol, estaba destinado a llevar productos a ese país. No vendían nada en Colombia”, recordó Eduardo Kerguelen, gerente general de Subastar, una empresa que presta el servicio de comercialización de ganado. Como consecuencia, los precios se desplomaron hasta un 30 %.
Subastar invirtió varios años y recursos para renovarse: desde 2010 hasta 2018 que llegó a los teléfonos celulares, y con esto a todo el país. La apuesta resultó exitosa para todos los actores del sector: antes de la ruptura con Venezuela, el crecimiento del precio del ganado al productor era del 12 %. Para 2019 ya había crecido al 64 %. En 2022 alcanzó el 68 %, precisó Kerguelen para explicar cómo hasta entonces las negociaciones no estaban siendo favorables para todas las partes.
Hoy los enorgullece estar en pie generando unos 10 mil empleos, entre ellos 120 puestos de trabajo directos, con su operación en Montería y Sahagún, en Córdoba; Sincelejo y San Pedro en Sucre; Bosconia en Cesar, y Guamal en Meta. En 2023 sumaron 3.300 clientes activos únicos. “Estamos hablando de 3.100 fincas, que a su vez, dependiendo de las hectáreas y ganado, contratan personal para producir. Además del transporte: entre 90 y 120 camiones circulando a la semana, por sede. En invierno la cifra puede llegar a 130”.
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De hecho, el ganadero es el sector que más ha crecido en el PIB departamental: 227 % entre 1990 y 2022. “Más que el PIB, que ha sido de 192 %, o el café y la construcción. Lo que no quiere decir que es el que más ha aportado”, precisó Kerguelen.
La apuesta
Para llegar a este punto invirtieron entre dos y tres años buscando estrategias que le permitieran al sector recuperarse. La clave estaba en dinamizar el volumen de ganado. Kerguelen emprendió un viaje por Argentina, Uruguay, Brasil, México y Estados Unidos para conocer en detalle las plataformas a través de las cuales se estaba comercializando en estos países. Se encontró con fórmulas de transmisiones de televisión y en hoteles. Finalmente, se decidió por la solución de las subastas en directo y en 2012 estrenaron Subastar TV, y para 2016 ya lo hacían por internet.
“La razón por la cual llegamos más tarde a internet fue exclusivamente por un tema de conectividad. Para esa época la estrategia funcionaba en Bogotá, Medellín o en Barranquilla, pero no en la provincia, donde estaba el ganadero, porque todavía no había llegado el internet de forma óptima”, explicó Kerguelen.
La primera subasta en directo fue en Sampués, en el departamento de Sucre, y a partir de allí Subastar entendió el desafío que suponía transformar tecnológicamente toda la operación.
De acuerdo con Kerguelen, en esa época un kilo de ternera costaba en Sincelejo 2.100 pesos y en Pereira 3.000 pesos, es decir, 900 pesos más. “Los intermediarios encarecían los costos y ganaban más que el criador. Durante la jornada, el precio de la novilla estuvo a 2.600 pesos. Subió 500 pesos al productor y bajó la misma cantidad para el comprador. Se podría decir que ese día comenzó la revolución de la comercialización del ganado en Colombia”.
A la conquista de los jóvenes ganaderos
Subastar se propuso dar el gran salto a los teléfonos celulares. El promedio de edad de los clientes de esta empresa, unas 250 personas, era de 60 años. Kerguelen contó que, de seguir, así en unos 10 o 15 años el negocio iba a desaparecer, principalmente porque los hijos de los ganaderos mostraban poco o ningún interés por este. Además, el promedio de la empleabilidad en el campo está entre los 37 y 45 en ciudades como Montería. La herencia de la tradición ganadera estaba en peligro.
La solución fue avanzar con el desarrollo de una aplicación para móviles. Subastar se reunió con desarrolladores en Medellín, Bogotá, Argentina, Chile y hasta sudafricanos, sin obtener resultados, por los retos de especificidad del negocio. Al final, capacitaron a su líder de tecnología y después de 2 años, en 2018, llegaron a la propuesta final de la App Subastanet.
Cuando llegó la pandemia, Subastar tenía un camino recorrido y eran la única solución digital del sector en ese momento. Durante la emergencia sanitaria comercializaron unos 148.000 animales.
Adicionalmente, la nueva fórmula de subastas atrajo a las nuevas generaciones de ganaderos, que hoy son los mayores compradores. “Los pelaos valoran mucho el tiempo. Ellos compran desde su casa, desde el gimnasio, cuando están de vacaciones: mientras consultan redes sociales, hacen lo de un día en 15 minutos, máximo 1 hora”.
Hito en Ecuador
La idea de la internacionalización es algo que tenían en mente y finalmente materializaron en Ecuador hace año y medio, donde inaugurarán en marzo dos sedes. En la fase de exploración del mercado descubrieron un país con una profunda vocación productora. “Tú vas al supermercado y encuentras una oferta de al menos 30 clases de quesos, de yogur, frutas increíbles, en las calles y en las carreteras. Por ejemplo, un productor con dos o tres hectáreas, cultiva mandarina, mango, lo que le dé la tierra, pero tienen un gran problema de comercialización”, contó Kerguelen.
En Ecuador es posible comprar en cualquier vía una caja de al menos 100 plátanos por cuatro dólares, o una docena de pitayas por un dólar, cuando en un supermercado de Quito solo una puede costar cinco dólares.
La llegada de Subastar al país estimuló a los productores a organizarse a través de la compañía de subastas ganaderas de origen colombiano. Hoy son 150 los accionistas. Ya se realizaron tres eventos oro, con remates de alta genética.