Especial Infraestructura

Agua a las Veredas: el programa que benefició a más de 200.000 personas en Cundinamarca

Con una inversión cercana a los 30.000 millones de pesos, la Gobernación de Cundinamarca logró mejorar el acceso al agua potable en la mayoría de los 116 municipios del departamento. La participación de la comunidad fue clave.

Redacción Semana
25 de noviembre de 2023
Especial Infraestructura, Gobernación de Cundinamarca
El modelo de Agua a la Vereda ha favorecido el mejor aprovechamiento de los recursos en estos territorios. | Foto: Cortesía Gobernación de Cundinamarca

Más de 200.000 personas en Cundinamarca se han beneficiado con el programa Agua a las Veredas, una iniciativa que desde 2020 se propuso garantizar la llegada de este recurso a los lugares más distantes del departamento, y que desde entonces avanza de la mano de las comunidades. La idea nació en la administración anterior y tuvo continuidad durante el gobierno de Nicolás García, con el objetivo de brindar un apoyo integral a los acueductos veredales, fortaleciendo sus aspectos técnicos e institucionales, en un trabajo articulado entre el sector público y la gente.

La decisión de no suspender este programa con el cambio de administración permitió llegar a más de 720 acueductos rurales en la mayoría de los 116 municipios del departamento. Solo en los últimos tres años, Agua a las Vereda tenía la meta de llegar a 400 acueductos de Cundinamarca. Sin embargo, con corte a noviembre del año pasado, ya estaban en ejecución 402 proyectos destinados a mejorar el servicio en términos de cobertura, calidad y continuidad. Así lo confirmó Ludwig Ómar Jiménez Peña, director de Aseguramiento de Prestación del Servicio de las Empresas Públicas de Cundinamarca.

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Ludwig Ómar Jiménez Peña, director de Aseguramiento de Prestación del Servicio de las Empresas Públicas de Cundinamarca. | Foto: Esteban Vega

“Nuestro objetivo es fortalecer la gestión administrativa, técnica, financiera y operativa de los acueductos veredales de Cundinamarca, algo que quedó plasmado en el Plan de Desarrollo del departamento. Históricamente, estas inversiones se hacían en las zonas urbanas, generando una brecha con el campo. En este período hemos destinado cerca de 30.000 millones de pesos “, explicó el ingeniero.

Trabajo colaborativo

La participación de las comunidades se organizan a través de convocatorias. Se trata de concursos para lo cual se les exigen unos requisitos mínimos. Los seleccionados acceden a la financiación y la capacitación. Los proyectos elegidos pueden acceder a 41 millones de pesos representados en el pago de insumos como tuberías, de un director de obra y de pólizas. A cambio, los habitantes ponen la mano de obra.

De acuerdo con Jiménez Peña, este modelo ha favorecido el mejor aprovechamiento de los recursos. “Es un programa pionero, que ha evitado que un porcentaje se destine a la contratación de una firma de ingeniería”, precisó, y aseguró que los ahorros se acercan a los 10.000 millones de pesos, “que se han podido invertir en más proyectos, que le llevan más bienestar y mejor calidad de vida a las comunidades”.

Este mecanismo ha permitido que más de 400.000 personas del sector rural en Cundinamarca se hayan beneficiado del programa. De hecho, las inversiones acumuladas ascienden a los 50.000 millones de pesos. Para garantizar la ejecución de la obra, la Gobernación de Cundinamarca se apoya en el Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca (Fondecún), operador especializado a cargo del seguimiento y supervisión de las obras, a través de un grupo de 17 ingenieros distribuidos por el departamento. Entre sus prioridades está garantizar la entrega adecuada, en promedio, a los tres o cuatro meses.

Capacitación a las comunidades

El programa Agua a la Vereda está dividido en dos componentes: técnico e institucional. Este último está enfocado en mejorar la gestión administrativa, legal, financiera y comercial de los proyectos. Con esto también se busca crear un sentido de pertenencia sobre las obras, una apropiación de las mismas, una cultura de pago oportuno, así como capacitaciones a la ciudadanía para el cuidado del medio ambiente, de fuentes hídricas y de la naturaleza en general.

“El acueducto es de los baluartes más importantes que tiene una comunidad, pues sin agua ningún territorio se puede desarrollar”, subrayó el director de Aseguramiento de Prestación del Servicio de las Empresas Públicas de Cundinamarca. Manuel Murillo, representante legal de una asociación rural de un acueducto del municipio de Villeta, aseguró que esta iniciativa les ha permitido mejorar la eficiencia y la calidad del servicio de acueducto en su región. En este proceso, aseguró, ha sido clave el equipo técnico de la Gobernación, que les brinda asesoría en aspectos técnicos y legales.

Murillo tiene muy claro la importancia del cumplimiento de los compromisos adquiridos: con los 45 millones de pesos que recibieron del ente departamental, pasaron de suministrar 5 litros por segundo con la vieja planta a 15 litros por segundo en 4 meses. “Si somos juiciosos, podemos acceder a más recursos. Por ejemplo, en este momento estamos en un 99 por ciento de cumplimiento de lo acordado inicialmente, con lo cual esperamos el siguiente año seguir accediendo a financiación”, precisó.

Esta asociación logró apalancar más de 300 millones de pesos con otras entidades para aumentar la capacidad del sistema de agua potable, y así se logró cambiar el 50 por ciento de la red de distribución. “Un proceso que nos hubiera costado cerca de 700 millones, pero que en el marco del programa terminó costando 400 millones menos”, agregó Murillo.

Julio César Vera es otro representante legal de un acueducto veredal, pero en el municipio de Anolaima. Como en Villeta, recibieron apoyo en materia contable, técnica, económica y social para sacar adelante el proyecto y fortalecer el suministro de agua potable en su zona. En este caso en particular, el desafío era distinto, porque en el sector se presentan deslizamientos constantes por el tipo de terreno. “Poder garantizar el servicio de agua ha sido uno de los gran beneficio para la comunidad. Los deslizamientos dañan las tuberías y gracias al programa cambiamos esos tubos por mangueras de polietileno de alta densidad, lo que nos garantiza mayor posibilidad de tener agua potable continúa”, explicó Vera.

Por su parte, Francisco Bermúdez Niño, representante legal del acueducto de la vereda El Paraíso, del municipio de Supatá, contó que aunque al comienzo a la comunidad se le dificultó entender el proceso, “poco a poco la gente se ha venido informando y apropiando del programa, al darse cuenta las bondades que tiene estar organizados y formalizados”.

Otro de los beneficios que las poblaciones reconocen en el programa es el sanitario. El acceso a agua potable ha contribuido a reducir los problemas digestivos y las infecciones intestinales en las comunidades.

En cifras

Agua a la vereda

  • 402 prestadores de servicios fortalecidos
  • 196.116 población beneficiada
  • 332 proyectos terminados
  • 30.0000 millones de pesos invertido entre 2020-2023

*Contenido elaborado con apoyo de la Gobernación de Cundinamarca.