Moda
Así llegaron a las pasarelas de Colombiamoda más de cien artesanas de Boyacá y el Valle del Cauca
De la mano de la diseñadora Manuela Álvarez y su marca MAZ, estas mujeres participaron en la confección de las prendas de una nueva colección que exalta la técnica del bordado a mano.
La Esencia, una colección de ropa diseñada y confeccionada por la colombiana Manuela Álvarez y 113 artesanas de Boyacá y el Valle del Cauca es una de las sorpresas de la nueva edición de Colombiamoda que comenzó ayer. Este año, el evento de moda más reconocido de América Latina se une con Colombiatex, la reconocida feria de la industria textil. El objetivo es reunir en un mismo lugar el talento de los diseñadores nacionales y las innovaciones y tendencias en textiles e insumos.
Con sus diseños, Álvarez busca a través de su marca MAZ empoderar a las mujeres. Sus prendas, explica, tienen como valor agregado un proceso de sostenibilidad social y ética. Por ello, además de la alianza con Moda Éxito decidió unirse con Artesanías de Colombia para desarrollar una colección que le permitiera destacar el trabajo de las comunidades de artesanas del país.
Jenny Flores Bermúdez, tecnóloga en gestión empresarial y artesana de Cartago, Valle del Cauca, explica que esta colección visibiliza el arte ancestral del bordado a mano, por eso buscó que madres cabeza de familia, adultas mayores y mujeres en condición de discapacidad se vincularan al proyecto.
Su liderazgo y el espíritu del proyecto contribuyeron a que artesanas de municipios del norte y centro del Valle como Cartago, La Unión, Roldanillo, Ansermanuevo y Riofrío confeccionarán blusas, pantalones, enterizos y faldas con técnicas como ‘pata e cabra’, un cuidadoso arte en cordón plano que puede tardar desde dos horas hasta 15 días dependiendo del tamaño de las prendas. En el caso de la colaboración para la nueva colección de MAZ, por ejemplo, las artesanas se demoraron seis horas en el bordado y montaje de cada prenda.
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Nelly Flechas, una de las artesanas que ha rescatado y preservado la tradición del macramé (el arte de los nudos), cuenta que iniciativas como estas permiten que cada vez más artesanas participen en la confección de prendas de alta costura.
“Esta colección llegó en un momento muy importante para nosotras porque implica un pago justo y un reconocimiento que otras empresas no nos habían dado”, concluye Flechas.