Deportes
Así lograron Óscar Caro y su hijo convertirse en el primer equipo de latinoamericanos en correr un Full Ironman, la competencia de triatlón más exigente del mundo
La cita será en agosto, en Alemania. 114 kilómetros deberán recorrer para alcanzar una meta que hoy parece imposible. Este barranquillero ha dedicado su vida a potencializar las habilidades de su hijo a través del deporte. Desde su fundación acompaña a otros padres en el proceso de rehabilitación de sus hijos en condición de discapacidad.
Óscar, Luis David, Karyn y Sara son la familia que conforma el Team Caro Wagner, un equipo que nace para atender las necesidades de Óscar y de su hijo cuando se encuentran compitiendo. Ambos decidieron empezar a hacer triatlón para compartir tiempo juntos y sentirse activos. Esa afición también ha permitido que Luis David potencialice sus capacidades y hoy además de triatleta, toca en la orquesta sinfónica de su colegio, habla inglés, alemán y español.
Con apenas seis meses de edad, Luis David tuvo una infección pulmonar que terminó en dos ingresos a cuidados intensivos y un aparente diagnóstico de muerte cerebral. Ese antecedente y sus consecuencias no fueron un impedimento para que a sus 13 años se interesara por correr la Media Maratón de Bogotá. Su padre lo acompañó y corrieron 10 kilómetros que luego se convirtieron en 21. Más adelante decidieron correr una maratón de 42 y después vino el triatlón.
Óscar y Luis David han corrido los 70 kilómetros en la modalidad de triatlón en Colombia, Grecia, Estados Unidos y Europa. Ahora tienen una nueva meta: competir los 114 kilómetros en el Triatlón Ironman del próximo mes de agosto en Alemania. Para lograrlo, Óscar trabaja en los temas operativos de la Fundación Fidec, entidad que guía a las familias en la atención de personas con discapacidad, entrena 17 horas semanales y está atento a las necesidades de su hijo durante el día.
Pero no siempre fue así. Cuando todavía no era claro qué sucedería con el desarrollo físico y cognitivo de Luis David, se enfrentó a médicos que predijeron el peor escenario, a otros que lo llenaron de falsas esperanzas y no faltaron quienes aseguraron que lo importante era cuidarlo y darle amor. Por eso, Óscar trabaja para que otros padres no pasen por la misma situación de incertidumbre. A través de la fundación que creó junto a su familia busca darles las herramientas para disfrutar de sus hijos como él lo hace durante las competencias. “Luis David siempre está conectado con la carrera, él lleva música, va saludando a la gente, va diciendo vas muy lento o papá vas muy bien, él es un segundo motor, un estímulo muy fuerte para mí”, cuenta Óscar.
Lo más leído
Sara, la hija mayor, confiesa sentirse nerviosa con la competencia de 114 kilómetros porque representa un nivel mucho más elevado de lo que han hecho antes. Sin embargo, también reconoce estar emocionada y orgullosa por el reconocimiento que han obtenido de la gente. “Mi papá es como un héroe con todo lo que hace por mi hermano, eso no es fácil y yo que lo he vivido día a día con ellos me doy cuenta de que es un berraco. Lo que hace por la familia, por la fundación y los demás niños es de admirar”.
Karyn Wagner, mamá de Luis David y administradora de la fundación, detalla que aunque Óscar no era deportista tuvo el ejemplo de su papá y su hermano, que han sido hombres más atléticos. Además del amor, Karyn destaca la importancia de los procesos de rehabilitación en los menores que tienen alguna discapacidad. “A Luis David le gusta sentir la brisa, saludar a la gente, le encanta sentirse famoso, es amigo de todo el mundo. Aunque no hace muchas cosas solo, toca el piano, el chelo y pronto se graduará del colegio”.