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Así se construye un nuevo Ricaurte
Con vías, alumbrado público solar, una mejor infraestructura educativa, escuelas deportivas y seguridad alimentaria. Este municipio nariñense busca también darles voz a las víctimas y garantizar un mejor futuro a las comunidades indígenas y campesinas que lo habitan.
Ricaurte, un municipio costero del departamento de Nariño, ubicado en la frontera entre Colombia y Ecuador, hoy vive un proceso de transformación que busca traerles prosperidad y desarrollo a sus 20.500 habitantes, la mayoría pertenecientes a la comunidad indígena awá. Aunque es un territorio rico en recursos naturales y con un enorme potencial agrícola, tiene un déficit en estructura vial y social que afecta la calidad de vida de la población y limita su conexión con el centro del país lo que dificulta la comercialización de los productos locales.
Una realidad difícil que la actual administración del municipio trabaja por cambiar a través de una inversión efectiva. La tarea no es fácil, pues debido a su ubicación geográfica, que lo hace un territorio de difícil acceso, algunas obras públicas pueden llegar a costar entre 300 y 400 veces más que en las ciudades capitales. Gilmar Eder Burgos, alcalde de Ricaurte, decidió asumir el reto y propuso un Plan de Desarrollo en el que se detallan los aspectos que necesitan atención prioritaria.
El mandatario presentó proyectos de infraestructura avaluados en más de 130 mil millones de pesos. Entre ellos se encuentran propuestas de energía solar para beneficiar a 800 familias de la comunidad awá, y de alumbrado público solar en zonas rurales. En infraestructura vial, se planteó la construcción de diez kilómetros de vías con una inversión de 43.000 millones de pesos, así como el mejoramiento de 30 kilómetros de caminos ancestrales, que facilitarán la movilidad de los miembros de un resguardo indígena ubicado en la zona fronteriza con Ecuador y la adecuación de varios puentes.
“Durante muchos años, los cultivos ilícitos eran la única alternativa de supervivencia para muchas familias, hoy debemos brindarles alternativas productivas distintas”, explica el alcalde. Para ello también se diseñó un proyecto de seguridad alimentaria que beneficiará a 1.300 familias campesinas e indígenas y que incluye un proyecto de cultivo de peces que impactará directamente a 500 familias del municipio.
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Ninguna de estas estrategias será suficiente para mejorar la calidad de vida de los habitantes si no se hace un gran esfuerzo por fortalecer el sistema educativo. Por eso el Plan de Desarrollo contempla el mejoramiento de la infraestructura de la institución educativa de la comunidad awá, la puesta en marcha de una escuela de música para la cual la Alcaldía ha donado todos los instrumentos y la financiación de cinco escuelas de formación deportiva en fútbol, fútbol de salón, baloncesto, patinaje y natación.
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Reparar a las víctimas
Se estima que en el municipio y sus alrededores viven 11.000 víctimas del conflicto armado colombiano. “Si bien hay fallas estatales, es necesario reconocer el trabajo que ha hecho la Nación para lograr la reparación. El municipio hizo un esfuerzo por lograr el reconocimiento de las víctimas y hay funcionarios dispuestos a atender la problemática de la reparación para llevar a cabo la entrega de los subsidios”, puntualiza el alcalde.
Actualmente se desarrollan consejos de justicia transicional que permiten evaluar la problemática de las familias víctimas del conflicto y proporcionan estrategias para acompañarlas desde la institucionalidad. Adicionalmente, la administración local está cerca de concretar un convenio para iniciar la construcción de la Casa de la Memoria Histórica, un espacio pensado para darles eco a las múltiples voces que habitan el municipio de Ricaurte y cargan las cicatrices y dolores de la guerra.
Finalmente, la administración se concentrará en el tema del mejoramiento al sector salud. Burgos explica que en el municipio se están realizando brigadas médicas en los resguardos para hacerle frente a la pandemia. Así mismo se implementará muy pronto una unidad móvil para descongestionar los centros de salud y evitar que los habitantes tengan que desplazarse a otros lugares para acceder a atención médica. A estos esfuerzos se suma el seguimiento personalizado a los adultos mayores del municipio que sufren hipertensión, una medida con la que se quiere evitar que se agrave la emergencia sanitaria que vive el país por cuenta del coronavirus.