Así se convirtió Bucaramanga en una Biodiverciudad

Uno de los páramos de los que más se ha hablado en Colombia durante la última década es Santurbán. La importancia ecológica de este macizo montañoso ha despertado el sentimiento de las comunidades cercanas y los ambientalistas de todo el país por defender y proteger este territorio. Santurbán es una área natural estratégica, en la que nacen varias fuentes hídricas que sirven como zona de recarga y regulación de agua para 48 municipios de los departamentos de Norte de Santander y Santander, entre ellos Bucaramanga.

Así mismo, este páramo es rico en árboles, frailejones y musgos, que forman un colchón para la regulación de las cuencas hidrográficas de los dos departamentos. También es hogar de especies de aves, muchas en peligro de extinción, como el Chirriador, el Pato Zambullidor y el Pato de Páramo.

Debido a la importancia de este ecosistema, en los últimos años la Alcaldía de Bucaramanga lideró una serie de acciones para garantizar su protección y conservación. “La gran defensa del Páramo de Santurbán ha sido uno de nuestros grandes logros ciudadanos, esto ha representado un sentimiento de los bumangueses y de los santandereanos. Hemos comprado más de 600 hectáreas, donde nacen realmente estas fuentes hídricas, hemos implementado el Pago por Servicios Ambientales para que los campesinos protejan las fuentes hídricas y no deforesten, precisó el alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas.

La adquisición de estos terrenos permite preservar la integridad del páramo y evita la alteración de su funcionamiento hidrológico, pues al proteger la vegetación nativa se asegura la no interrupción de procesos naturales de filtración y retención de agua.

Así mismo, se ha podido establecer un mejor control de la zona para impedir la explotación minera por parte de empresas extranjeras.

A todo esto se suma la siembra de más de 2.000 frailejones para el repoblamiento de la especie Espeletia standleyana, catalogada como especie vulnerable debido a la deforestación generada por el desarrollo de actividades agropecuarias.

Además se han invertido más de 500 millones de pesos en el Pago por Servicios Ambientales (PSA) a 41 familias campesinas de los municipios de Tona y Charta, quienes se han encargado de la protección de más de 400 hectáreas de bosques primarios y ecosistemas endémicos en los que se encuentran las microcuencas de los ríos que abastecen al Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.

Bucaramanga, más sostenible

Además del cuidado y preservación del páramo de Santurbán, la ciudad implementó otras acciones como la instalación de 200 paneles solares en el palacio municipal, con el propósito de reducir los efectos del cambio climático, ahorrar electricidad y dar un primer paso hacia la transición a energías limpias.

“También hemos desarrollado algo muy importante que es actualizar el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos Regional (PGIRS). Y, por primera vez en la historia, Bucaramanga tiene el censo arbóreo, sabemos donde está ubicado cada árbol, en qué condiciones, y de este estudio y trabajo va a quedar en una agenda muy importante. Además cambiamos la forma de ver nuestra fauna y flora, y dejamos Manuales de Silvicultura para que realmente las especies nativas vuelvan a adornar nuestra ciudad”, afirmó el mandatario de los bumangueses.

Todos estos esfuerzos por convertir a Bucaramanga en una ciudad más sostenible y la construir una política pública para proteger su entorno natural, la han hecho merecedora de algunos reconocimientos, entre ellos, fue escogida como finalista en los premios del Smart City Expo Latam Congress, en la categoría de Desarrollo Urbano Sostenible. Igualmente, ha sido reconocida como una ecociudad y hace parte de la Red de BiodiverCiudades de Colombia, liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y coordinada por el Instituto Humboldt y el Foro Económico Mundial.

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