Especial Bucaramanga
Así se ha llevado el agua a sectores históricamente olvidados de Bucaramanga y su área metropolitana
Alejandro Estrada Carmona, gerente general del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, detalla como funciona el sistema de pilas públicas y reflexiona sobre la importancia de proteger los páramos para garantizar el agua de las futuras generaciones.
¿Cuál es el panorama actual del suministro de agua potable en Bucaramanga?
ALEJANDRO ESTRADA CARMONA: El Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb) presta el servicio a tres municipios: Bucaramanga, Girón y Floridablanca. Tenemos 309.000 suscriptores a los cuales les entregamos un servicio en condiciones óptimas de calidad, continuidad y cobertura. El sistema funciona, en su mayoría, a gravedad, y cuando tenemos problemas en las fuentes de abastecimiento, utilizamos el Embalse de Bucaramanga, que se construyó con una inversión cercana a los 330.000 millones de pesos. Hoy nuestra demanda de agua es de 2.350 lps y contamos con una oferta confiable de 3.215 lps, lo cual asegura la expansión a nuevas áreas de los municipios de Girón, Floridablanca y Bucaramanga hasta el año 2050.
El amb ha llegado a lugares a los que anteriormente no había sido posible llegar. ¿Qué acciones les han permitido garantizar el acceso al agua?
A.E.C.: Tenemos un plan de obras e inversiones. Esta administración se propuso el objetivo de tener el ciclo de agua definido, desde la captación hasta la entrega al usuario final, garantizando el acceso universal en las áreas de expansión alineadas con los POT municipales. Los asentamientos humanos que no cuentan con las condiciones técnicas de acceso al servicio individual de acueducto y que son comunidades en estado de vulnerabilidad.
¿Cómo funciona ese sistema?
A.E.C: Las pilas públicas son instaladas, normalmente, a la entrada de los barrios, para atender las necesidades básicas y contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de los asentamientos. Para realizar la medición de su consumo se instala un medidor, el cual se registra en el sistema de información comercial de la empresa como un único usuario, pero en realidad puede haber entre 600 y 700 personas beneficiadas, las cuales deben ponerse de acuerdo para cancelar el servicio. Hay gente que paga y gente que no, lo que puede generar ciertos problemas de tipo social. Por eso, desde hace unos años encontramos esa necesidad de implementar acciones, para que la población acceda al servicio de manera individual, es decir, que cada usuario cuente con un medidor de agua.
¿Por qué en una zona rodeada de fuentes hídricas no todos cuentan con acceso al agua potable?
A.E.C.: Aunque el sistema de abastecimiento del acueducto cuenta con una oferta hídrica que responde a las necesidades del crecimiento urbanístico en el área metropolitana, y adicionalmente con la disponibilidad del embalse de Bucaramanga, las condiciones topográficas, altas cotas, condiciones de uso de suelo y el alto riesgo por amenaza natural limitan la construcción de las redes hidráulicas que puedan abastecer con agua potable a las viviendas ubicadas allí. Llegar por gravedad es una limitante, entonces estamos buscando alternativas conjuntas, con las administraciones municipales.
Una de las estrategias es ‘Agua al Barrio’, ¿en qué consiste?
A.E.C.: Este programa, liderado por el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio del Gobierno nacional, busca mejorar la calidad de vida de las comunidades asentadas en los bordes urbanos, a través del suministro de agua potable y saneamiento básico. En Bucaramanga este proyecto se denominó ‘De Santurbán a Casa’, y apunta principalmente a individualizar a aquellos usuarios de pilas públicas que llevan mucho tiempo con este servicio no convencional, es decir, que tengan su medidor. Esta solución permite que la continuidad en la prestación del servicio mejore considerablemente.
¿Cómo ha sido la articulación con la comunidad y el municipio para garantizar el acceso?
A.E.C.: Ha sido una unión de esfuerzos y voluntades en la que el municipio, el acueducto y la comunidad trabajan mancomunadamente con el propósito de mejorar las condiciones de vida de sectores que históricamente han sido olvidados, y que por su infraestructura y conexión son de difícil gestión. Un primer paso en la ejecución de proyectos que buscan concluir el proceso de individualización de clientes que se surtan de una pila pública, es contar con la participación de la comunidad en la formulación y desarrollo del proyecto.
¿Cuántas personas se han visto beneficiadas por el programa ‘De Santurbán a Casa?
A.E.C.: Desde la implementación del programa, aproximadamente 8.000 personas tienen un sistema individualizado y gozan de la posibilidad de pagar por el agua que consumen.
¿De qué manera avanza esta gestión sostenible del agua?
A.E.C.: Lo que nosotros hacemos es romper paradigmas en la prestación del servicio. Lo importante es satisfacer una necesidad, lograr abarcar las 30 veredas que tiene el municipio y poder tener acompañamiento y fortalecimiento institucional. Lo que tratamos de hacer es generar una conectividad con nuestro sistema del amb y lograr que se beneficien de la economía de escala que trae el Acueducto.
¿Qué retos tienen para continuar la intervención en su área de prestación?
A.E.C.: Existen muchos asentamientos que se sitúan en zonas de alto riesgo. Ahora tenemos cerca de 204 pilas públicas, es decir, que llegamos a casi 21.000 familias. El siguiente paso es individualizar a estas personas.
*Contenido elaborado con apoyo del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.