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Atlántico puso el campo a toda marcha para acelerar la recuperación de su economía
A través de este programa se esperan generar más de 5.000 empleos e invertir 120.000 millones de pesos en el fortalecimiento de los agricultores, ganaderos y pescadores.
Después de superar uno de los picos más agudos de la pandemia, el departamento del Atlántico se prepara para una reactivación económica gradual y segura en varios sectores estratégicos, entre ellos el agropecuario, considerado uno de los más importantes debido a la vocación productiva de varios de sus municipios.
Desde el año pasado el equipo de la Gobernación está dividido en dos grupos de trabajo. El primero se encarga de todo lo relacionado con la atención de la emergencia sanitaria. El segundo, planea y ejecuta la estrategia de reactivación para el campo, los negocios, el turismo y la infraestructura. A través de esta última se busca invertir en dos años 2,3 billones de pesos para recuperar y mantener 100.000 empleos en todo el departamento.
Trabajo comunitario
En el sector agropecuario se invertirán 37.000 millones de pesos por medio de un plan de choque que busca apoyar a pequeños y medianos agricultores, ganaderos y pescadores. Estos recursos se invertirán en programas de generación de ingresos rápidos y seguridad alimentaria.
Entre los más llamativos están los patios caseros productivos, que consisten en darles a las familias 35 gallinas ponedoras, su alimento y materiales para que construyan un galpón. A los pequeños y medianos ganaderos se les entregan semillas de pasto, fertilizantes y nutrientes.
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Pensando en el bienestar de los pescadores, la estrategia que se está implementando es la de repoblar los cuerpos de agua que ya no tienen peces. Para ello se han entregado 12 millones de alevines. “Esta iniciativa nos llegó de los mismos pescadores y con ella beneficiamos a 3.000 en todo el departamento”, comenta Elsa Noguera, gobernadora del departamento.
Otra de las iniciativas que ha resultado muy exitosa es la de ‘Semillas de vida’, gracias a la cual 3.000 campesinos que residen en municipios de vocación agrícola reciben semillas certificadas, fertilizantes, nutrientes y asistencia técnica. Los resultados comienzan a evidenciarse. Además de garantizar su alimentación, están comenzando a comercializar el excedente de la producción de productos como maíz, fríjol, papaya, patillas y ñame. Se calcula que en cuatro meses logran obtener ganancias por cerca de 4 millones de pesos.
Héctor Arce, uno de los campesinos de Campo de la Cruz y beneficiario de esta iniciativa, recuerda con orgullo que “el año pasado llegó la gobernadora e hicieron un evento aquí en la finca porque mis cultivos fueron elegidos como los mejores de Campo de la Cruz”.
Arce cultiva tres hectáreas de su finca. Se levanta todos los días a las cinco de la mañana, hace el café mientras su esposa le prepara el desayuno. Luego sale a limpiar el monte, a alimentar las plantas y a vigilar que sus cultivos de maíz, yuca, ahuyama y melón estén sanos. “Aquí todos los días hay trabajo, porque tres hectáreas son mucho terreno para uno solo”, cuenta. En su opinión, los campesinos del Atlántico lo único que necesitan es un poco más de apoyo. “Nuestro lugar está aquí, trabajando la tierra, esto es lo que sabemos, pero necesitamos un empujón”. Lo mismo cree Ibeth Villanueva, campesina de Piojó: “La mayor dificultad con los cultivos es que no tenemos un mercado asegurado, por eso no hemos logrado llegar al nivel de tecnificación que deseamos”, señala. A eso, justamente, es a lo que le apuesta la administración departamental.
Ibeth también recalca la importancia de que las entidades y el Gobierno nacional apoyen a los campesinos pensando en proyectos amplios y a largo plazo: “Si uno siembra poquito no vende mucho, pero si es cantidad se vende bastante y Piojó es un municipio que da para todo”. Ibeth también ha sido beneficiaria de las entregas de la Gobernación. Junto con su familia cultiva yuca, ñame, gandul, fríjol, maíz, millo y ajonjolí. Sus productos han sido destacados en varias ocasiones como los mejores del municipio, un título que no comparte sola, pues asegura que es fruto de un trabajo en comunidad. “No siempre tenemos el poder adquisitivo para pagarles a ayudantes por 30.000 pesos diarios, así que un día voy con mi compañero a trabajar su tierra y al siguiente él viene conmigo y así”.
Empresarios del agro
Noguera es consciente de que los programas a corto plazo garantizan la seguridad alimentaria y la generación de ingresos, pero no solucionan el problema de raíz. “La gran apuesta está en convertir a nuestros campesinos en verdaderos empresarios del agro, algo que lograremos con tres componentes: agua, financiación y asistencia técnica”, afirma, y agrega que son muchas las ventajas que ofrece la región: “Tenemos cuerpos de agua, tierras disponibles, vocación agrícola y conexión vial”.
Desde ya se está empezando a trabajar para garantizar el acceso al agua con la intervención en los distritos de riego que estaban obsoletos. “Queremos habilitar las primeras 10.000 hectáreas de tierra con una operación eficiente donde los agricultores puedan tener agua 24/7”, afirma. Además, comenta que ya arrancó la producción en las primeras 1.000 hectáreas con la cosecha de palma de aceite, limón tahití y plátano.
Pero el plan no estaría completo sin unos sistemas de financiación que se adapten a las necesidades de los campesinos, por eso se trabaja en facilitar el acceso a mecanismos crediticios con un incentivo de capitalización rural, que cubren el 20 por ciento de la inversión. De igual manera se está financiando la asistencia técnica continua para garantizar la calidad de los productos con el fin de asegurar su exportación o colocación en el mercado nacional. Noguera destaca que con ‘El campo a toda marcha’ el Atlántico será un ejemplo nacional de reactivación económica. “De los 65.000 empleos que perdimos a corte de julio de 2020, nos faltan 20.700 por recuperar”.
Pese a los esfuerzos, aún queda un largo camino por recorrer para lograr una reactivación exitosa, en la que la prosperidad se distribuya entre los diferentes renglones económicos, para aprovechar las vocaciones y potencialidades del departamento. El plan para lograrlo ya está trazado. El campo y quienes viven de trabajarlo serán los grandes protagonistas de este nuevo comienzo.
La región renace
La Gobernación del Atlántico concentra también sus esfuerzos en el programa ‘Ven Vive Barranquilla, Vive Atlántico’, una iniciativa conjunta con la Alcaldía de la capital de departamento. Esta promueve cuatro líneas de acción e inversión en la región y constituye una combinación perfecta, asegura Elsa Noguera: “Barranquilla es la ciudad por excelencia de negocios y eventos, a los cuales les podemos ofrecer complemento desde los municipios para generar oportunidades de empleo y emprendimiento que se perdieron por el covid-19”.