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Así se transformó la estrategia para el bienestar de la primera infancia en Medellín
Durante este cuatrienio se logró la disminución de la desnutrición aguda y la desnutrición crónica en la ciudad y aumentó la cobertura del programa a su máximo histórico.
La estrategia insignia de Medellín en atención a la primera infancia ‘Buen Comienzo’, logró incrementar a más de 90.000 niños su cobertura en la ciudad (6.000 más que en 2019), en los últimos cuatro años. Gracias a esto, la desnutrición crónica en la ciudad pasó de 7.4 por ciento en 2019 a 7.1 por ciento en 2022. Por su parte, la desnutrición aguda bajó del 0.5 por ciento en 2019 a 0.2 por ciento en 2023; y la global de 3,1 por ciento a 2,4 por ciento.
Además, las raciones alimentarias anuales del Programa de Alimentación Escolar (PAE), aumentaron en 800 mil; mientras que 71 mil niños que recibían un vaso de leche ahora se benefician de una ración complementaria completa.
Como parte de la gestión de este programa, la administración ha priorizado la eficiencia y de esta forma ha garantizado el ahorro de recursos por más de 1.600 millones de pesos, durante el cuatrienio 2020-2023. La Contraloría General de la República respaldó esta gestión con un dictamen limpio para los estados financieros.
Recuperar la confianza y el poder del programa ‘Buen Comienzo’ se convirtió en un desafío. Hubo que prescindir de operadores y contratistas que habían sido cuestionados por prácticas ilegales frente a los recursos de la primera infancia y se mejoraron los procesos de contratación. Así, ‘Buen Comienzo’ pasó de ser un programa para convertirse en una Unidad Administrativa Especial, con asiento en el Consejo de Gobierno de la ciudad.
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“Al principio cualquiera podía estar o participar en los procesos de Buen Comienzo. Por eso, decidimos que debíamos ser más exigentes y adecuarnos al lineamiento nacional. Ahora los operadores deben estar inscritos en el Banco Nacional de Oferentes del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)”, explicó Manuel Riaño, director de la Unidad Administrativa Especial de Buen Comienzo.
Transformación curricular desde los cero años
Otro de los logros que se reportan en Medellín en estos cuatros años es la construcción de un marco curricular que transforma la educación desde la primera infancia, un modelo que se basó en experiencias exitosas en Chile, Ecuador y Finlandia. Por eso, desde ‘Buen Comienzo’ ya no se habla solo de tener una guardería y alimentos, sino de ofrecer formación especializada desde los primeros años de vida.
“El gran reto de la siguiente administración será tener más jardines y centros infantiles con modalidad flexible, porque los horarios laborales ya no son solo de 8 a 5, y además algunos padres de familia siguen sus estudios sin dejar de trabajar”, agregó Riaño, quien también advirtió sobre la necesidad de seguir trabajando por mejorar la infraestructura de los centros educativos, continuar con proyectos claves para el programa como ‘Buen Comienzo Sin Barreras’ y mantener los estándares de calidad que se han acogido bajo los lineamientos del ICBF porque así garantizarán un equipo cualificado.
De esta forma, una ciudad en Colombia (y una de las pocas en América Latina) definió un marco curricular que va permitir que los niños, desde los cero a los cinco años no solo vayan a un lugar para que los alimenten y los cuiden, sino que van a aprender matemáticas, a crecer hablando dos idiomas y estarán conectados con actividades STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Transparencia como clave de la política paisa
Medellín ha tenido una posición firme en la protección de los recursos. Además de evitar la corrupción en programas como ‘Buen Comienzo’ ha marcado hitos en la gestión pública, por ejemplo, con la denuncia contra los contratistas de Hidroituango, que ha resultado en la recuperación de 4,3 billones de pesos en recursos públicos.
“En el caso de ‘Buen Comienzo’, la alcaldía no sólo impulsó el proyecto, sino que se centró en ejercer un mayor control de los recursos y propiciar procesos más eficientes. De hecho, creó una unidad que se encarga únicamente de la administración del programa”, afirmó Óscar Hurtado, alcalde de Medellín.
Gracias a este tipo de estrategias la ciudad ha mejorado los índices de transparencia de 94,0 en 2019 a un 98,8 en la presente administración, según la Procuraduría y el Departamento Administrativo para la Función Pública.
“Nuestra alcaldía desde un principio se puso en la tarea de darles acceso a la información a los ciudadanos y promover su participación activa en las estrategias que se desarrollan en pro de la claridad de los procesos administrativos porque solo así se consigue una verdadera transparencia”, agregó Hurtado.