Cine
Las producciones animadas inspiradas en Colombia, ideas que impulsan el crecimiento de la industria
El sector de creación de contenidos vive un acelerado proceso de crecimiento en el país. Películas animadas como Tundama, Encanto y series como Juaco versus Paco evidencian su buen momento.
Crecen las expectativas en torno a dos historias animadas inspiradas en la cultura colombiana luego de que se dieran a conocer avances de los próximos estrenos de Tundama y Encanto. La primera, dirigida por los hermanos boyacenses Diego y Edison Yaya, fundadores de Dagamedia Estudio, cuenta en lengua muisca la historia de la conquista en América del Sur; mientras que Encanto, de Disney, narra las aventuras de una joven que nació en una familia del Eje Cafetero colombiano, en la que todos tienen poderes mágicos menos ella. En común, ambas comparten haber sido realizadas bajo técnicas de animación, sin embargo sus procesos de producción han sido muy distintos. Tundama tardó seis años en ver la luz y Encanto solo dos, dado que es un producto externo que rescata el trabajo de artistas locales. Figuras de la industria en Colombia hablan sobre los principales retos de hacer este tipo de películas en el país y el potencial del talento nacional en el cine y en la televisión.
Producciones como Tundama y Encanto permiten la difusión de tradiciones a través del relato de historias que incorporan valores culturales de los territorios en su trama, tal y como ocurre con Los Simpsons y la cultura estadounidense, o el manga con la cultura oriental. En Colombia se abre una puerta para incursionar en ese segmento del mercado.
Juaco y Paco, la primera coproducción colombiana con Cartoon Network, que cuenta una historia dirigida a los niños que son amantes del fútbol, es otra muestra de este propósito. Para Jhon Hernandez, director de Zinco Tools, el estudio de animación colombiano a cargo de este proyecto, Colombia atraviesa por un proceso acelerado en el que se implementan distintas apuestas para el crecimiento de la industria de creación de contenidos. “Desde hace un tiempo en el país nos dimos cuenta de que la animación vale y la pena y ahora necesitamos de un trabajo mancomunado entre las instituciones, el gobierno y los actores de la industria para que entre todos impulsemos este sector”.
Juan Camilo Ramírez, director y realizador audiovisual de la serie animada Fuerzas Invisibles que Canal Trece estrenará en los próximos días, reconoce que llevar a cabo este tipo de producciones es muy costoso, pero se ha convertido en un recurso para atraer a todo tipo de público, no solo el infantil; por ejemplo, documentales animados sobre la guerra y la violencia también buscan que los adultos sintonicen otro tipo de contenidos. Para Ramírez uno de los grandes valores de las nuevas producciones consiste en apostarle a la animación en tercera dimensión, pese a que en Colombia la producción en 2D es la que más se desarrolla, “nos hace falta experiencia y conocimiento para explorar el universo 3D porque el talento ya está en el país”.
En la animación hay una oportunidad para explorar otros mundos, jugar y proponer con la imaginación; permite que los creadores de contenido se planteen nuevas propuestas y representa un recurso económico importante. Solo en Colombia es una industria que mueve, aproximadamente, 3000 millones al año y en el mundo se acerca a un crecimiento de 200 billones de dólares anualmente. Sin embargo, los realizadores y actores consideran que es un género que demanda mucha dedicación y tiempo, que no se corresponde a la retribución económica que al final se percibe.
Oscar Flórez, comunicador social y actor de doblaje, reconoce la importancia de las productoras nacionales en este contexto creativo. Las alianzas con plataformas digitales le abren oportunidades al talento colombiano y promueven la realización de productos animados en canales regionales “La producción local permite el surgimiento de nuevas voces, demuestra que esta escena es importante y le aporta fuerza a los personajes. Tundama, por ejemplo, necesita de actores que reconozcan las tradiciones indígenas para interpretar estos personajes y esa es una oportunidad que posibilita la animación”, comenta Flórez.
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