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Caterine Ibargüen inspira a toda una generación de su natal Apartadó que hoy ve en el atletismo la posibilidad de una vida mejor
Desde los 14 años la llamada “reina del salto triple” ha sido la mejor en esta prueba dentro de la categoría de saltos. Sus logros han sido celebrados y sentidos como propios por la comunidad del Barrio Obrero que la vio crecer y desarrollarse como atleta.
En 2013, Caterine Ibargüen se convirtió en la primera atleta colombiana en ganar una presea en campeonatos del mundo. Era el Mundial de Daegu y ella se alzó con el bronce. Allí comenzó su carrera hacia la cima de los número 1. Desde entonces, a todos en Apartadó, en el Urabá antioqueño, se les hincha el corazón cada vez que aquella niña prodigio que nació, creció y se hizo atleta en el municipio, participa en una competición internacional, como los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. A Wilder Zapata, su entrenador en la infancia, le brota la emoción cuando relata el orgullo que lo invadió cuando Ibargüen ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Río en 2016, y su calificativo de “reina del salto triple”.
Zapata recuerda a todo el mundo a su alrededor frente al televisor viendo saltar a Caterine, algo que solo se puede comparar con los que ocurre en el país con un partido de la Selección de fútbol. “Eso nunca había pasado antes. La gente se entusiasmó mucho, en especial los jóvenes que quisieron practicar el atletismo. Muchas mamás trajeron a sus hijas y nos decían ‘es que mi hija quiere entrenar el salto triple para ser como una Caterine Ibargüen’”.
Conoció a Caterine a los 13 años y luego de meses de entrenamiento comenzaron a competir en interclubes en Medellín y también en un torneo internacional. En 2003, salió de Apartadó haciendo salto triple, salto alto, salto largo y pruebas de pista. “De hecho ella sale del municipio ese año con 10 récords nacionales, tres de ellos en salto triple, y uno internacional; la primera vez que los hizo en 2002, logró cinco récords nacionales”.
En el tiempo que compartieron juntos, entre 1997 y 2003, Zapata le impartió disciplina y la certeza de que contaba con todas las condiciones para llegar lejos. “Además, su abuela me la recomendó para que me encargara de garantizar que estudiara. Desde niña fue jovial y alegre, pero le gustaba ‘la recocha’ y más de una vez la regañé y me tocó echarla como dos veces del estadio”. El salto triple siempre fue su fuerte. “Tenía todas las condiciones para destacarse, porque ella no era de esas deportistas longilíneas, delgadas y altas. Por lo tanto, no tenía ese biotipo condicionante para ser una deportista de alto nivel, por ejemplo, para la prueba de salto alto”, precisa en exentrenador.
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Hoy en día, jóvenes atletas de Apartadó, a quienes Ibargüen ha inspirado, destacan por su alto rendimiento. María Alejandra Murillo tiene 16 años, y comenzó a entrenar a los 10. Hace menos de un mes se alzó como la campeona Suramericana Sub-20 y repetirá en el Mundial Sub-20. “Yo veo en Alejandra, lo mismo que veía en Caterine cuando tenía la misma edad: la misma mente ganadora y su disposición para entrenar, aún sabiendo que tiene mucho talento”. Su admiración por Caterine supera la lógica deportiva, porque ella vive a una cuadra de la casa donde se crió Caterine en el barrio Obrero, cuenta Sergio Hernández, su entrenador.
Wilder y Sergio coinciden en que después de Caterne Ibargüen no se ha visto una atleta de tanta relevancia y con diferencias tan notables en su grupo como María Alejandra. “Para nosotros ella va a ser el futuro del atletismo de Apartadó, inclusive de todo el Urbará antioqueño. Pensamos que para 2024 ella podrá estar en los Juegos Olímpicos de París”.
El atletismo como promesa
Las condiciones bajo las cuales Ibargüen comenzó su carrera como atleta cuando estudiaba en el Colegio San Francisco de Asís, en comparación a las que ofrece hoy el municipio para niñas promesa como ella hoy son muy distintas. “En esa época, en 1997, se trabajaba con muchas necesidades, pero se resolvía con lo que había. Teníamos una pista en la Unidad Deportiva del municipio en tierra, que con los años transformaron en carbonilla”, comenta Zapata. Actualmente, cuentan con una pista asfaltada en la Unidad Deportiva, donde los jóvenes de Apartadó han entrenado durante años y con un escenario exclusivo para atletismo, que lleva el nombre de “la reina del salto triple”: Parque Estadio Caterine Ibargüen.
La llegada de este escenario a la oferta deportiva de la región se convirtió en una opción para las familias de Apartadó. Los padres comenzaron a manifestar interés en que sus hijos se iniciaran en alguna disciplina deportiva, “entre ellos, atletas de la misma época de Caterine, que se entrenaron con nosotros”.
“Desde 2021, una buena parte de los niños y niñas del municipo quieren entrenar atletismo, hacer el salto triple, ser Caterine, porque ven en ella auna persona que salió del barrrio a ser la mejor atleta del mundo. Ellos están convencidos que todos pueden lograr lo mismo, o mejorar lo que ella a hecho”, comenta Hernández.
Aunque el sector deportivo de Apartadó valora la existencia del estadio y el impulso que le dio al atletismo de la región, considera, que a dos años de su inauguración, ya es tiempo de que se mejore la implementación, “que podamos contar con los tacos de salida, las vallas, la colchoneta de alto y la colchoneta de garrocha. De hecho, cuando tengamos esta última, Urabá va a dominar el salto con garrocha y no nos vamos a demorar dos años para dominar la categoría infantil y menor en Colombia; y con ese grupo de niños alcanzaremos la categoría de mayores”.
Si bien, los logros de Caterine atrajeron la atención hacia Apartadó, Zapata destaca el desempeño internacional de toda una generación de deportistas locales y no exclusivamente en la disciplina de atletismo. “La región de Urabá tiene un cruce de razas impresionante, con una personalidad muy explosiva, y de allí ha nacido el perfil de un deportista fuerte, con resistencia y velocidad, que puede tener un alto desempeño en el atletismo, las pesas, el boxeo y pienso que en un futuro cercano incursionamos en el combate: el karate, yudo, taekwondo y la lucha”.
Otro ejemplo del potencial deportivo del territorio lo evidencia el lanzador de disco, Mauricio Ortega, quien con su actuación de este jueves en Tokio, clasificó a la final. “Es un joven que deportivamente hicimos en Apartadó; ha competido en Europa con destacadas actuaciones con los mejores del mundo. Creemos que con él podemos arañar otra medalla en Tokio”.
Una de las grandes aspiraciones del sector deportivo de Apartadó es posicionar la idea de que el Parque Estadio Caterine Ibargüen no es exclusivo del municipio, sino que pertenece a toda Colombia. “Creemos que puede ser un centro turístico deportivo que permita materializar intercambios con otros países”, concluye Zapata, actual coordinador de deportes del Instituto Municipal de Deporte y Recreación (Imder) de Apartadó.