Ambiente
Científicos, académicos y agencias de turismo unen esfuerzos para proteger el patrimonio biológico de las más de mil cavernas que existen en Colombia
Dar a conocer la riqueza natural que albergan es el principal desafío. Para ello se han preocupado por generar información de interés para autoridades y tomadores de decisión, y por concientizar a los turistas que se animan a recorrer las cuevas a las que es posible ingresar.
Se calcula que en Colombia existen 1.500 cavernas, que se han convertido en importantes refugios para murciélagos, varias especies de arañas, aves y plantas endémicas. Con el propósito de conservar sus riquezas naturales, científicos, geólogos y agencias de turismo han unido esfuerzos para que estas zonas sean reconocidas como ecosistemas interdependientes, es decir, de vital importancia para las especies que habitan dentro y sobre ellas.
Este tipo de formaciones rocosas se encuentran en Antioquia, Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Santander, que tiene más de 200 cavernas, de las cuales solamente tres son seguras para realizar recorridos guiados. A esta conclusión llegaron las empresas de turismo de la región luego de un trabajo de reconocimiento con asesoría de geólogos. Se trata de las cuevas del Indio, de la Vaca y del Yeso.
Alba Luz Salazar, representante legal de Aventura Total, una agencia de viajes del municipio santandereano de San Gil, explica que la espeleología -ciencia que estudia el origen y la formación de las cavernas y las cavidades subterráneas naturales así como las especies de fauna y flora que habitan en ellas- comenzó en el departamento hace más de 20 años. Desde entonces la experiencia de visitarlas se ha formalizado. Aventura Total, por ejemplo, realiza recorridos guiados a la cueva de la Vaca.
“Los visitantes reciben una charla de inducción para que dentro del recorrido conozcan acerca de las formaciones, las plantas y los animales que habitan estos ecosistemas, luego realizamos una caminata de dos horas dentro de la caverna, siempre con grupos pequeños para evitar daños en las formaciones rocosas y para prevenir accidentes ocasionados por las multitudes”.
Juan Manuel Moreno, presidente de la Asociación Espeleológica Colombiana (Espeleocol), entidad encargada del estudio de las cavernas en el país, detalla que la riqueza mineral, biológica y geológica de estos espacios los convierten en verdaderos paraísos naturales. “Las cuevas también dan lugar a importantes procesos de polinización dada la vegetación que se encuentra allí y las fuentes hídricas presentes en el fondo de varias cavernas. Por eso trabajamos con otras entidades en la enseñanza de la espeleología, en explicar que así como se preservan los páramos, las zonas de bosques andinos y las zonas desérticas, las cavernas deben ser cuidadas mediante la educación en todos los niveles”, detalla Moreno.
Lograr el reconocimiento de la importancia ambiental de las cavernas por parte de las autoridades y de la ciudadanía implica de la participación activa de la sociedad en el proceso. Al respecto, Carlos Lasso, líder de la línea de recursos hidrobiológicos del Instituto Humboldt, advierte que “nadie conserva, cuida o protege lo que no conoce. Nuestra primera labor como científicos es generar información que sirva a los tomadores de decisiones, las alcaldías, gobernaciones, ministerios, entre otras entidades. Debemos construir herramientas para que la gente conozca la importancia de este patrimonio biológico, porque si la ganadería, la deforestación y la minería aumentan las espectaculares formaciones rocosas van a terminar por desaparecer”.