Rana
Rana chocolate antioqueña (Hyloscirtus Antioquia). Tomada en Santa Rosa de Osos. | Foto: Andrés Mauricio Forero Cano/TNC Photo Contest 2021

Ambiente

Colombia en miniatura: las impresionantes fotografías de algunas de las especies más pequeñas del país

El biólogo y fotógrafo responsable de estas imágenes también lidera un proyecto para generar conciencia sobre la importancia de protegerlas y preservar su hábitat.

Redacción Semana
21 de junio de 2024

En Colombia hay una gran variedad de especies de animales pequeños. Ranas, sapos, salamandras, lagartijas e insectos hacen parte de este mundo del que aún falta mucho por conocer y estudiar. Justamente ese es el corazón del trabajo del fotógrafo y biólogo Andrés Mauricio Forero Cano, quien se ha especializado en la fotografía macro, permitiéndonos conocer de cerca a estas extraordinarias criaturas.

Su técnica le ha permitido capturar increíbles imágenes de la biodiversidad de una gran parte del territorio nacional. Forero nació en Bogotá hace 36 años, pero su hogar ha sido Popayán, la ciudad que lo acogió desde los 3 años, lo vio crecer y donde se encuentra la mayor parte de su familia. Desde muy niño desarrolló un interés genuino por la naturaleza, especialmente por los anfibios y reptiles.

Estudió primaria y bachillerato en la capital del Cauca, luego volvió a Bogotá para estudiar en la Universidad Nacional, de donde se graduó como biólogo en 2012. Dos años después inició su labor científica y con ella su pasión por la fotografía de naturaleza hasta que decidió estudiar y certificarse en la Escuela Nacional de Fotografía (Enaf).

Saltamontes longicornio o Morfo carmín (Orophus tessellatus). Tomada en Policarpa, Nariño.
Saltamontes longicornio o Morfo carmín (Orophus tessellatus). Tomada en Policarpa, Nariño. | Foto: Andrés Mauricio Forero

Desde entonces recorre el país para retratar las maravillas de la naturaleza. “He estado en Antioquia, el Chocó biogeográfico, los Andes. Conocí los diferentes ecosistemas de Nariño, Cauca, el río Cauca. También recorrí bastante el Valle del Cauca, Putumayo y el valle interandino. He trabajado en los Llanos Orientales y todas esas experiencias las he vivido a través de la fotografía”, detalló Forero.

Para lograr esas fascinantes imágenes tuvo que enfrentarse a todo tipo de ambientes y temperaturas, llenarse de paciencia y ser muy ágil. “Así como hay algunos animales que se quedan quietos por mucho tiempo, hay otros que son muy rápidos y se escapan y no los vuelves a encontrar”, reconoció.

Rana kiki o morfo Guangüí (Oophaga sylvatica). Tomada en Timbiquí, Cauca.
Rana kiki o morfo Guangüí (Oophaga sylvatica). Tomada en Timbiquí, Cauca. | Foto: Andrés Mauricio Forero

En cuanto a la técnica de la fotografía macro, Forero arrancó con un equipo básico: cámara Nikon 5.200 y fue evolucionando. Actualmente tiene una Nikon 7.200 con un lente de 60 milímetros que le permite ampliar sus fotos a 2X. Para garantizar la calidad de las imágenes también son claves la técnica y las condiciones.

“Hay tres modalidades de fotografía macro: fotografía gran angular, que lo que busca es retratar el animal manteniendo el detalle en él, pero con unas ópticas especiales que permiten al mismo tiempo captar un poco del paisaje; foto stacking, para colecciones biológicas en universidades o museos. Las especies están muertas y se busca captar sus detalles y características. Finalmente, está el macro estándar, que es la que hago normalmente con los diferentes sets de fotografía. Para esto hay diferentes tipos de lentes especializados, sobre todo para macro extremo, donde se utilizan lentes microscópicos y para capturar bien los detalles se deben hacer 100 o 120 fotografías”, precisó.

Tucán barbudo (Semnornis ramphastinus). Tomada en Tumaco, Nariño.
Tucán barbudo (Semnornis ramphastinus). Tomada en Tumaco, Nariño. | Foto: Andrés Mauricio Forero

Proyecto Naturphilosophie

Forero comparte gran parte de su trabajo fotográfico, estudios e investigaciones en biodiversidad y herpetología en Naturphilosophie, una iniciativa con la que pretende impulsar la educación ambiental, generar un mayor conocimiento sobre la fauna y la flora, y prevenir el tráfico de especies.

“El nombre del proyecto proviene de una escuela de filosofía llamada Naturphilosophie o filosofía de la naturaleza, que es como la abuela de la biología y surgió en el siglo XIX, después de la Ilustración y el racionalismo que veía a la naturaleza como algo inerte. La Naturphilosophie cambia toda esa dinámica y fue muy importante para establecer a la naturaleza como un organismo global y para instituir a la biología como una ciencia. Eso es lo que pretendemos hacer aquí, darle de nuevo esa importancia a la naturaleza”, señaló.

Abaniquillo de frente ancha (Dactyloa latifrons). Tomada en Buenaventura, Valle del Cauca.
Abaniquillo de frente ancha (Dactyloa latifrons). Tomada en Buenaventura, Valle del Cauca. | Foto: Andrés Mauricio Forero

Por último, reconoció que se siente orgulloso al ver cómo su labor como biólogo y fotógrafo ha ayudado a generar conciencia sobre la importancia de la conservación de las pequeñas especies para los ecosistemas e incluso sostuvo que su trabajo ha servido para cambiar la opinión de las personas sobre especies como reptiles, anfibios e insectos.

Conocer para conservar: ese es el mensaje que quiero transmitir. El conocimiento nos puede ayudar a cambiar la percepción errada que se tiene de algunos de nuestros animales y este trabajo realmente ha sido una herramienta de educación ambiental increíble. Yo he tenido la oportunidad de trabajar con gente de zonas rurales que han aprendido la importancia de conservar. Algunos que antes me decían que encontraban las pequeñas serpientes y las mataban, ahora me dicen que si las ven, les toman una foto, pero ya no las lastiman y las dejan en su hábitat”, finalizó Forero.