Justicia
¿Cómo la fundación ProBono cierra las brechas legales en Colombia?
María Jimena Escandón, socia de Escandón Abogados y Orza, explica el proceso con el que buscan sensibilizar a los abogados del país e impactar a las comunidades más vulnerables para que tengan acceso a servicios jurídicos que mejoren su calidad de vida.
¿Cuál ha sido el impacto de la Fundación ProBono?
María Jimena Escandón: Esta fundación tiene 14 años de operaciones en Colombia. Aquí nos encontramos 50 afiliados -entre firmas jurídicas y empresas- y 1.500 abogados. Nosotros tenemos como propósito cerrar la brecha de acceso a la justicia que tiene la población vulnerable, es decir, las personas que no tienen la capacidad de acceder a un abogado o a una consultoría y necesitan resolver sus problemas. Además de trabajar con personas, también lo hacemos con fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro que requieren una asesoría corporativa. El objetivo anual para cada uno de los abogados es ofrecer 20 horas de trabajo a través de asesorías y consultas gratuitas, en cualquier área del derecho: familia, civil, penal, laboral y migratorio. En mi caso, a través de Escandón Abogados, la participación va por la línea jurídica, laboral y de seguridad social.
¿Cuáles son las líneas estratégicas que maneja la Fundación?
M.J.E: Está el litigio estratégico, una línea desde la que se puede asesorar, por ejemplo, a la Corte Constitucional cuando está haciendo análisis de algunos fallos en temas de derechos laborales, de tal forma que podamos aportar conocimiento y análisis jurídicos en las diferentes investigaciones que se van adelantando. Por otro lado, contamos con ProBono Sin Fronteras, en donde apoyamos a las poblaciones que se han enfrentado al desplazamiento forzado, e inmigrantes. Para esos casos montamos toda una estructura que busca proteger los derechos fundamentales de estas personas, y hacer un acompañamiento en todo ese proceso de integración a la sociedad colombiana.
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¿Cómo es el proceso para que un colombiano pueda beneficiarse?
M.J.E: Existe una plataforma digital, Probono.org.co, donde hay un formulario con unos requisitos, entre ellos que sea una persona plenamente identificada y que tenga un caso viable, en donde alguno de sus derechos sea incierto, y por lo tanto, necesite un apoyo jurídico. Luego de que el usuario ingrese su información en el sistema se hace un proceso interno, primero de selección de casos. Después, a través de una plataforma nos conectamos tanto las firmas como la fundación, para que cada abogado escoja el caso específico en el que quiere trabajar. A partir de eso se trabaja desde la línea que se requiera.
¿A quiénes han impactado a través de estas asesorías?
M.J.E: Buscamos generar un tejido social sólido en torno al acceso a la justicia. En este sentido, trabajamos con Cámaras de Comercio, juzgados, poblaciones vulnerables, trabajadores informales o personas en situación de calle, que en muchos casos no cuentan con los recursos para poder tener una cita presencial, sin embargo, nosotros llegamos a los lugares en los que ellos se encuentren. Al año se presentan más o menos 1.200 casos, de los cuales se atiende el 90 por ciento, lo que demuestra que hay una tasa de efectividad importante. Además, tenemos un impacto significativo en territorios fuera de Bogotá como Córdoba, Quibdó, Putumayo, entre otros. Aparte de atender los casos en diferentes regiones, hacemos capacitación y formación a la población, para que tengan claridad sobre cuáles son sus derechos y cómo es el funcionamiento de los canales y conductos institucionales cuando buscan acceso a la justicia. La información también la difundimos a través de cartillas, videos, cursos de formación, jornadas de educación y webinarios.
¿Cuál es el objetivo a largo plazo?
M.J.E: El objetivo a largo es poder generar una cultura de reconocimiento de la profesión, lo que viene siendo el deber ser y el origen del derecho. Si en todas las firmas existiera esa cultura de poder generar un impacto positivo en el entorno, los abogados podrían hacer cambios significativos en la sociedad, como lo que se ha logrado con la fundación solo a un clic de distancia. No solamente es coger un caso, analizarlo y establecer jurídicamente si existe o no existe el derecho, sino hacerle un acompañamiento a esas personas, que en muchas ocasiones son poblaciones vulnerables con situaciones personales complejas en las que hay inseguridades, baja autoestima, desconocimiento de procesos, confusión. Buscamos generar una cultura ProBono en el ecosistema legal para que los abogados puedan reconocer que la base o la función de la profesión tiene como objetivo principal impactar positivamente la vida de las personas. Incluso el hecho de que se impulsen estas acciones de manera gratuita hace que la satisfacción sea aún mayor.
¿Cómo desde ProBono buscan sensibilizar a los abogados para que puedan hacer un aporte significativo a la sociedad?
M.J.E: Los casos que llevamos allí no se limitan a la relación abogado-cliente, sino que hacen parte de una realidad mucho más humana. Colombia es un país con un grado de inequidad abismal, y parte de esa desigualdad y violencia se debe a que el sistema judicial no funciona. Esto ocurre debido a que hay una distancia enorme en la forma de acceder al derecho, y es ahí donde cobra valor el ejercicio profesional de los abogados, quienes tienen la oportunidad de generar un impacto positivo en poblaciones que realmente lo necesitan, de la manera más humana y amigable posible. Cabe resaltar que muchos de esos casos ni siquiera requieren un camino judicial, sino que se pueden resolver a través de una conciliación, la amigable composición, los mutuos acuerdos, la transaccionalidad, entre otros.
De hecho recientemente realizaron un seminario, ¿cuál era el objetivo?
M.J.E: Sí, el nombre era “Acceso a la justicia: retos y oportunidades para el ejercicio del derecho en las regiones”. Este seminario tenía como objetivo la regionalización del trabajo ProBono. A lo largo de estos 14 años ha tenido una operación en Bogotá muy sólida y fuerte, pero debido a que las necesidades son a nivel nacional, la fundación ya tiene como línea estratégica poder atender a población vulnerable en otras ciudades. En este espacio se compartieron los retos que trae el ejercicio del derecho, específicamente en las regiones, donde hay mayores desafíos con relación a la conectividad, información, etc. En este sentido, estuvimos socializando cómo ha sido el proceso de esta experiencia y los referentes y aspectos por mejorar; siempre haciendo mucho énfasis en la gran meta: sensibilizar a los abogados del país.