Contenido en colaboración
Comunidades de la Amazonia colombiana generan negocios sostenibles a partir de productos naturales de la selva
Guiadas por el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI ya han conseguido 12 nuevos registros del Invima para comercializar productos que incluyen ingredientes como el asaí, copoazú o el arazá. La transferencia de conocimiento para darle valor agregado a sus negocios, ha sido clave.
Aunque el asaí, el copoazú y el arazá son los productos más conocidos de la Amazonia colombiana, existe una riqueza infinita de especies vegetales y microorganismos. El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI adelanta procesos de innovación y transferencia de tecnología, bajo criterios de sostenibilidad, que permiten a la región ser proveedora de ingredientes naturales destinados a las industrias, principalmente de alimentos, dermocosmética y textil.
La transferencia tecnológica no solo implica enseñarles a las comunidades a desarrollar los productos, también apoyarlas en el mejoramiento de la infraestructura disponible para la transformación de las materias primas y para que puedan acceder a registros sanitarios que permitan su comercialización.
“Sin conocimiento científico hacer un desarrollo sostenible para la región amazónica es muy difícil. Entonces lo que hacemos es generar el conocimiento y transferirlo a las comunidades. De esa manera, estas pueden darle valor agregado a través de encadenamientos productivos, tener una ganancia económica y al mismo tiempo, conservar las especies”, destaca Luz Marina Mantilla Cárdenas, directora general del Instituto SINCHI.
La selección de las especies se realiza teniendo en cuenta dos condiciones principales: que existan comunidades asociadas que puedan hacer uso y aprovechamiento sostenible de las especies y que haya una demanda de mercado de los diferentes productos o ingredientes que se pueden obtener a partir de estas.
Lo más leído
“Trabajamos con las comunidades que se encuentran alrededor del recurso natural y hacemos una caracterización fisicoquímica de especies vegetales, para identificar el potencial, cuáles ingredientes se pueden obtener y cuál sería su aplicación o uso”, explica Marcela Carrillo, investigadora del Programa de Sostenibilidad e Intervención del Instituto SINCHI.
Teniendo en cuenta las demandas del mercado, se han desarrollado pigmentos que son utilizados para la fabricación de bebidas gasificadas, grasas de copoazú para la formulación de productos cosméticos, aceites para el desarrollo de emulsiones usadas en salsas o cremas, entre muchos otros productos.
“Recientemente incursionamos también en la investigación de microorganismos para conseguir ingredientes que respondan a las necesidades del mercado. Por ejemplo, nos piden antioxidantes o una molécula que pueda ayudar a que un producto sea más viscoso”, cuenta Juliana Cardona, investigadora del Programa de Sostenibilidad e Intervención del Instituto SINCHI.
Los nuevos productos a partir de especies vegetales y microorganismos conforman un encadenamiento productivo entre empresas amazónicas que se comprometen a hacer un uso sostenible y responsable del recurso. Unas los cultivan y otras los transforman en productos comerciales.
Kattalei, una empresa familiar que nació Mocoa, Putumayo en 2017, fabrica productos biodegradables de cuidado natural y cosmética con ingredientes naturales de la Amazonia colombiana. María Esperanza Quitián, su fundadora, cuenta que a través del SINCHI se acercó al copoazú y desarrollaron una línea capilar de champú, acondicionador y una mascarilla con este ingrediente. “Nosotros veníamos haciendo la comercialización de manera informal, pero sin Invima tú no puedes crecer. Entonces con el apoyo del SINCHI y su acompañamiento técnico conseguimos construir nuestra planta de producción y obtener los registros sanitarios”, explica Quitián.
De esta manera, en 2019 incursionaron en el mercado hotelero en San Agustín, (Huila) y en Cartagena. Actualmente, su producción es de 176.000 unidades y estiman que en su nueva planta llegarán en cinco años a las 800.000 unidades; para lo que requerirán aproximadamente de 22 toneladas de ingredientes naturales amazónicos.