Entrevista
Comunidades étnicas, vitales para la conservación de los bosques colombianos
Ana Milena Plata, gerente de Biofix group, habla del trabajo que han liderado con 26 comunidades étnicas para reconocerles sus esfuerzos por la conservación de los ecosistemas y contribuir a mejorar su calidad de vida.
Biofix cumple cinco años de presencia en Colombia. ¿Cómo han aportado al desarrollo social de las comunidades étnicas?
Ana Milena Plata: Durante estos años hemos logrado hacer proyectos en 26 comunidades étnicas del país a través de 11 proyectos localizados en la región del Pacífico y en la Amazonía. También hemos contribuido a generar un financiamiento climático por 20 millones de dólares para que las comunidades lo puedan destinar en 4 líneas de acción: fortalecimiento de gobernanza, infraestructura, salud y educación; monitoreo de la deforestación y reforestación participativa, e implementación de negocios verdes.
¿En qué priorizan los recursos estas comunidades étnicas ?
A.M.P: Ellas son dueñas de los recursos y son libres de decidir en qué invertirlos a través de su autogobierno y bajo sus decisiones autónomas en asamblea. Sin embargo, hemos identificado que empiezan por fortalecer su gobernanza, y luego satisfacer las necesidades básicas de la comunidad en relación con agua potable, energía, o transporte fluvial.
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¿Cómo se puede garantizar que estas comunidades sean respetadas en sus territorios?
A.M.P: Mediante la inclusión, las empresas privadas y las empresas públicas tienen que darles prioridad porque ellos son los dueños del territorio. En Colombia, alrededor del 30 por ciento del territorio colombiano es de las comunidades étnicas, esto significa que están localizadas en donde se encuentra la mayoría de los bosques. Por eso, son los más importantes a la hora de tomar decisiones sobre la deforestación. Desde Biofix hemos involucrado a las comunidades para que reciban una recompensa por su labor en la conservación de los bosques y por mitigar el cambio climático.
¿Qué otras cosas podemos hacer como sociedad para frenar el calentamiento global?
A.M.P: Conservando los grandes sistemas forestales, como los bosques tropicales del Pacífico y la Amazonía. Cuando conservas los bosques, estás evitando que haya más gases de efecto invernadero en la atmósfera. Cuando un árbol crece empieza a absorber CO2 de la atmósfera, que es su alimento, y lo transforma en carbono y en el oxígeno que nos da. Es decir, los árboles, mediante ese proceso químico, limpian la contaminación de la atmósfera y la transforman en oxígeno.
¿De qué manera este trabajo que lideran con las comunidades puede contribuir a la construcción de un mejor país?
A.M.P: Las comunidades étnicas han sido históricamente olvidadas en esa construcción de país. Entonces es importante empezar a involucrarlas, aunque no sea fácil por diferentes razones, como la lengua y el acceso al territorio. Hay comunidades con las que nosotros trabajamos, por ejemplo, en Guaviare, que se encuentran ubicadas a una distancia de 3 días en lancha desde San José del Guaviare. Las comunidades se han involucrado en actividades ilegales porque es la única oportunidad económica que reciben, si se les demuestra que pueden trabajar dentro de la legalidad, podrán cambiar su mentalidad y apostarle a una Colombia legal y formal.
De los proyectos que lideran con las 26 comunidades étnicas con las que trabajan, ¿cuál destacaría por su impacto?
A.M.P: El proyecto de conservación Delfines Cupica REDD+ en Bahía Solano y Juradó, Chocó porque fue nuestro primer proyecto. Aunque fue difícil al principio, ya está bastante avanzado. Sin embargo, el mayor reto es consolidar los proyectos en los resguardos indígenas del Amazonas porque son comunidades que tienen muchas necesidades, y además han hecho bien su labor de conservar, así que merecen ser recompensadas por ello.
¿Cómo surgió el interés en generar incentivos económicos para la conservación?
A.M.P: En el del 2017 salió un decreto donde se le permitía a las empresas compensar a través de créditos de carbono el pago que normalmente se hacía como impuesto al carbono. Entonces nació una demanda, pero no existía una oferta. Ahí decidimos hacerlo nosotros, a través de certificados que están en la conservación de bosques, de los territorios que son de personas negras e indígenas. Esta iniciativa se volvió más genuina y loable porque pagarle un crédito de carbono a una comunidad que está invirtiendo los recursos en agua potable, en educación y en equidad de género tiene un valor mucho más grande que el de mitigar el cambio climático.