Mejor Colombia
Con la camiseta puesta: las empresas invirtieron en Colombia una cifra sin precedentes en temas sociales y ambientales
Al menos 151 grandes organizaciones que operan en el país reportaron más de 3,6 billones de pesos en inversión social privada y más de 3 billones de pesos en inversión ambiental durante 2021. Históricamente, esta ha sido la participación más alta de las compañías.
El miedo y la rabia se han tomado a una nación que, según varios estudios, es considerada una de las más felices del mundo. La alegría propia del corazón de los colombianos se ha visto empañada por las heridas abiertas durante años de violencia y las evidentes fallas de un sistema social, económico y político que, aunque ha alcanzado inmensos logros, se ha demostrado inequitativo y excluyente. Como si esto fuera poco, el siglo XXI ha traído consigo una sucesión de crisis que han puesto a prueba a la humanidad y que nos han obligado a repensar el orden mundial: Colombia no ha sido ajena a los efectos de la pandemia, el conflicto entre Rusia y el mundo occidental, la crisis de confianza en la democracia, entre otras.
Nos enfrentamos a una sucesión de crisis que aún no sabemos cuándo superaremos. Podemos decir, sin embargo, que dentro de los muchos retos hay cuatro que deben ser atendidos con urgencia. El primero, es el de la exclusión: el 33 por ciento de los jóvenes no estudia ni trabaja, el racismo sigue vigente en nuestra sociedad, estamos lejos de alcanzar la equidad de género, la discriminación es evidente, la xenofobia se ha tomado nuestras conversaciones y seguimos privándonos de la oportunidad que nos ofrece la diversidad para nuestra sociedad.
El segundo reto es el de la necesidad de construir sistemas agroalimentarios eficientes: mientras que la inflación promedio está alrededor del 10 por ciento, para los alimentos alcanza el 30 por ciento, golpeando particularmente a los hogares de menores ingresos y grupos más vulnerables. El tercer reto es medioambiental: Colombia ya experimenta los efectos del cambio climático en la pérdida de cosechas y las cada vez más frecuentes catástrofes ambientales. Finalmente, el cuarto reto urgente que enfrentamos es el de la crisis de la democracia: acabamos de pasar por un proceso electoral que ha dejado a la sociedad polarizada, incapaz de construir consensos que permitan avanzar en los temas fundamentales.
Ante tantos desafíos es posible paralizarse o, incluso, desatar una indignación que pueda acabar incluso con aquello que ha funcionado. Afortunadamente la rendición no existe en el diccionario de las empresas. Al contrario, cuando los vientos están en contra son ellas las que se vuelcan a la acción para enfrentar los temporales. Y esto lo demuestra el Índice de Inversión Social Privada (ISSP), iniciativa de Jaime Arteaga y Asociados, que logró la más alta participación de compañías en toda su historia: 151 grandes organizaciones que operan en Colombia reportaron más 3,6 billones de pesos en inversión social privada y más de 3 billones de pesos en inversión ambiental en 2021.
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No es una cifra menor: las inversiones voluntarias en acciones sociales de las empresas que reportan en el IISP en 2021 fueron equivalentes a casi la mitad de todo el presupuesto del Departamento Nacional de Prosperidad Social (DPS), y representan el compromiso transformador de los territorios. Estas inversiones, que se enfocaron principalmente en temas de desarrollo socioeconómico, infraestructura y desarrollo rural, han servido para cambiar la vida de personas en situación de pobreza, y niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han sido marginados por un sistema que aún es imperfecto.
Inversiones ambientales
Si bien el 73 por ciento de lo que reportan las empresas está asociado a compromisos contractuales con el Estado (2,2 billones de pesos), y 10 por ciento a compensaciones (290.000 millones de pesos); las inversiones ambientales que son voluntarias equivalen a 1,5 veces el presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente (503.000 millones de pesos). Es importante resaltar que el sector minero-energético no solo aporta el 79 por ciento del total de las inversiones en medioambiente, sino que es el responsable de casi la mitad de las inversiones ambientales voluntarias. Los principales rubros en que se hacen estas inversiones ambientales voluntarias son el de energía y emisiones de gases efecto invernadero.
Los 7,6 billones de pesos que suman las inversiones sociales y ambientales en Colombia son ejemplo de que en la adversidad todos ponen. Estas tienen un efecto de inmensas proporciones que hasta ahora empezamos a dimensionar. Son un componente fundamental en el desarrollo de Colombia y en la medida que se vayan alineando en torno a propósitos comunes, tendrán la capacidad de transformar significativamente los retos que enfrentamos como país: lograr una mayor inclusión de los jóvenes, alcanzar sistemas agroalimentarios eficientes que permitan acceso a la nutrición, proteger la biodiversidad, y fortalecer la democracia. Así las cosas, las empresas nos invitan, como afirmó una vez Albert Einstein, a “acabar de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
Aporte sectorial de inversión social voluntaria
Minero energético 31%
Agroindustrial 20%
Financiero 19%
Industrial 17%
Otros 4%
Tecnología y comunicaciones 3%
Salud 2%
Servicios 1%
Belleza, aseo y cuidado del hogar 0,5%
Automotriz 0,1 %
Fuente: Jaime Arteaga y Asociados
* Director general de Jaime Arteaga y Asociados