Especial Norte de Santander
Cóndor de los Andes: en este refugio natural de Chitagá se puede avistar hasta el ave insignia de Colombia
En el municipio de Chitagá se esconde un refugio rural hasta el que llegan avistadores de aves, biólogos, investigadores y viajeros fascinados por el entorno natural.
En la vereda Presidente, en el municipio de Chitagá,puede ver desde su casa la laguna Comagüeta, la cascada del mismo nombre, y el páramo de El Almorzadero. Incluso, hay días en los que sobrevuela el cóndor de los Andes. Justamente la imagen de esta majestuosa ave es la que da la bienvenida a todo el que decide parar en este hospedaje rural, que como aclara la misma Luz Marina, no es apto para quienes buscan descansar frente a una pantalla plana, agua caliente y wifi. Aquí el encanto es oír pájaros, dejarse envolver por la niebla y respirar aire fresco.
Esta es quizá la razón por la cual se ha corrido la voz de que el Rincón de Comagüeta, en Chitagá, es el lugar perfecto para interactuar con la naturaleza en su máxima expresión. Investigadores, biólogos, ambientalistas, fotógrafos y amantes de la naturaleza, en general, coinciden en sus espacios, sin haberlo acordado. Gracias a ello Luz Marina es hoy una experta más en asuntos medioambientales. Su interés por desarrollar un proyecto turístico en sintonía con el entorno la motivó a capacitarse y evitar dar pasos en falso que pongan en riesgo el ecosistema.
Hoy parte de sus días los pasa frente al fogón de leña preparando café o aguapanela para los exploradores del páramo; más tarde el almuerzo y si deciden quedarse hasta la cena. Las largas tertulias con Luz Marina son parte de la experiencia. En agradecimiento, los pajareros de Birding Norte de Santander pintaron las paredes de la casa con aves representativas de la región.
Antes de llegar a su pedacito de paraíso en la tierra, Luz Marina dirigía un negocio propio como estilista en la ciudad de Bucaramanga. “Mi vida tuvo un giro interesante, principalmente porque aprendí a conocerme. Por ejemplo, que los seres humanos a veces insistimos en persistir, en permanecer en lugares donde no nos conectamos o no se nos dan las cosas. En la ruralidad encontré la felicidad y descubrí la capacidad que tenía de lograr cosas impensables”, aseguró.
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Lo que hoy es el Rincón de Comagüeta estuvo en venta durante unos 15 años, y seguía disponible cuando Luz Marina llegó al lugar durante unas vacaciones en 2008. “La gente lo percibía como un encarte, un lugar imposible de habitar, por muchos factores, como el clima o la seguridad”, precisó. Emprender en la zona fue desafiante. Cuando llegó no había conectividad y las carreteras no estaban en buen estado. “Han mejorado, pero aún hay mucho por hacer”, señaló. Tampoco había alcantarillado ni electricidad. Pero ahora cuando mira a su alrededor confirma la mujer capaz, valiosa y emprendedora que surgió en el corazón del páramo El Almorzadero. “Tengo la certeza de que puedo ayudar a la transformación del territorio y ser un ejemplo, principalmente, para otras mujeres”, comentó.
La oferta turística del Rincón de Comagüeta se centra en hospedaje rural, un restaurante de comida típica colombiana, ambos enfocados en resaltar los saberes y sabores de la zona. También se ofrecen caminatas y guianzas por el páramo, especialmente para el avistamiento de aves. “Para nosotros representa también una forma de contribuir con la ciencia y la investigación, pues a este lugar llegan desde estudiantes hasta doctores. Sin embargo, está abierto a todo el que quiera conocer este paraíso, la belleza oculta de la ruralidad nortesantanderena”, concluyó Luz Marina.