¿Cuál es el origen de uno de los cafés prémium más consumidos en Colombia?

El éxito del café Matiz es su origen. Pero no se trata solamente de dónde viene, sino de la forma como se cultiva, del progreso que genera en las familias y en sus fincas, y de las experiencias que despierta detrás de cada sorbo. Un origen extraordinario y responsable con la naturaleza, los procesos y las personas.

El peso del café en la balanza comercial y su impacto en la economía de las regiones donde se cultiva hace que los esfuerzos de una marca como esta sean especialmente valiosos en estos tiempos. No solamente porque generan empleo y jalonan el desarrollo de las familias cafeteras, sino debido a su enfoque sostenible entendido a partir de tres dimensiones: prosperidad, planeta y personas.

Como parte de la primera dimensión, se desarrollan y entregan guías a las familias cafeteras para que conozcan y puedan poner en práctica conceptos fundamentales para su actividad, como el manejo de plagas, la gestión de acopio de café y la puesta en marcha de un modelo de registro y control de los costos de producción.

Para la dimensión planeta, el programa ha avanzado en diferentes iniciativas que contribuyen a la conservación de la biodiversidad y al cuidado del medioambiente. Por ejemplo, la siembra de árboles y plantas para captar carbono y mejorar el balance de las emisiones. Por medio de estos programas se han entregado 45.200 árboles y plantas en municipios como Aratoca, San Gil, Socorro, Garzón y Timaná.

”Así promovemos el cuidado de los sistemas agroforestales y protegemos los cuerpos de agua y las barreras vivas”, explicó Francisco E. Gómez Zapata, presidente de la compañía, quien reveló que a través de estos programas realizan “la primera medición de huella de carbono en las fincas de los programas utilizando la herramienta de Cool Farm Tool, una información que será útil para definir acciones que nos permitan mitigar los gases de efecto invernadero”.

Por último, en la dimensión personas, lo que busca el programa es involucrar a las nuevas generaciones con la caficultura. Para ello se ha incentivado la participación de jóvenes caficultores mediante capacitaciones orientadas al desarrollo de su liderazgo. “Lo más importante no es concentrarse en una de las tres dimensiones, sino articularlas para continuar mejorando los procesos de producción, revisar cómo le estamos devolviendo a la tierra lo que nos dio”, aseguró John Éver Pérez Henao, uno de los jóvenes productores y beneficiarios del programa Farallones Productivo y Sostenible, en el suroeste antioqueño.

En los últimos cinco años se han invertido más de 6.400 millones de pesos en los programas liderados por Matiz, impactando a más de 900 familias, que representan más de 2.700 personas en los departamentos de Antioquia, Huila, Cauca y Santander. Este impacto extraordinario se ve reflejado en la calidad superior del café que toman los consumidores de la marca. “Así, desde el grano hasta la taza, estamos construyendo un mundo mejor donde el desarrollo sea para todos”, concluyó Gómez Zapata.

*Contenido elaborado con el apoyo de Matiz.