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El 2023 será un año retador para el sistema financiero colombiano: presidente de Asobancaria
Jonathan Malagón advierte que este año le exigirá al sector una adecuada gestión de riesgos y decisiones que permitan apoyar a la economía, entendiendo que la dinámica de consumo es menor, así como la tracción de la actividad productiva en todo el mundo.
¿Cuáles son los principales desafíos del sector financiero en Colombia en estos tiempos de alta inflación?
JONATHAN MALAGÓN: Con la pandemia, el sector demostró que podía operar de manera diferente siendo parte de la solución y no de la crisis. Por ello, este año seguirá apoyando a los hogares y las empresas. Se espera que la inflación reduzca su ritmo de crecimiento y cierre el año en cerca de 8,8 por ciento. En ese contexto, estimamos que este año la cartera crediticia crezca 2,1 por ciento. Al final, todo contribuirá a seguir avanzando en la hoja de ruta del sector.
¿Cómo resumiría el pronóstico económico para Colombia en este 2023?
J.M.: Este año exigirá una adecuada gestión de riesgos y decisiones que permitan apoyar la economía, operando de manera contracíclica. Es un año retador, en el que estimamos que el PIB crezca alrededor de 0,9 por ciento, en línea con una menor tracción de la actividad productiva a nivel global y una menor dinámica del consumo de los hogares.
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De acuerdo a ese breve análisis, ¿cuáles son los principales compromisos del sector financiero?
J.M.: Están enmarcados en dos medidas muy puntuales: en primer lugar, como se ha visto recientemente, la reducción de intereses a las tarjetas y de algunas otras tipologías de crédito; y, en segundo lugar, la suscripción a los objetivos del Gobierno nacional en términos de financiamiento a la economía popular.
El déficit cualitativo de vivienda es de 23,5 por ciento, ¿cómo esperan impulsar su financiación?
J.M.: Se ha hecho un esfuerzo por no transmitir todo el incremento del costo del fondeo a los clientes. Además, la financiación de vivienda supone la financiación de los proyectos de construcción. En 2022 esta cartera aumentó casi 3 billones de pesos, al llegar a 14,6 billones al cierre del año. Algunas entidades han tomado la iniciativa de bajar las tasas de los créditos para vivienda de interés social (VIS), buscando apoyar a los hogares de menores ingresos.
En las regiones, ¿cuáles son los aspectos en los que concentrarán mayores esfuerzos?
J.M.: Estaremos concentrados en incluir a más gente desde el crédito. Debemos aumentar la cobertura de tasas subsidiadas, fortalecer esquemas de garantías y promover un mayor acceso a seguros. Todo esto debe complementarse con la disminución de los costos operativos de las entidades a través de instrumentos digitales, que además se reflejan en menores costos para los usuarios.
¿Y cómo planean avanzar en la inclusión financiera?
J.M.: El 33 por ciento de los adultos tiene un producto de crédito, lo que quiere decir que hay mucho por hacer. En esa línea, la meta de aquí a una década es lograr que al menos 12 millones de adultos tengan acceso a un crédito formal, y que la cartera total mipyme y microcrédito alcance el 13 por ciento del PIB.
Finalmente, ¿qué tanto han avanzado en la transformación digital?
J.M.: En el país procesamos más de 25.000 operaciones por minuto y el 72 por ciento de todas las operaciones que se hacen en el sistema son digitales. Las entidades hacen inversiones superiores a los 350.000 millones de pesos anuales por este concepto, y montos muy parecidos en ciberseguridad.