Opinión
El alcalde de Medellín
Para muchos, Daniel Quintero cometió el gravísimo error de ir a ver jugar a Colombia en Barranquilla. A los veedores, concejales e investigadores oportunistas de este caso, les sugiero que trabajen o luchen por causas verdaderamente importantes.
Ni lo conozco ni he hablado con él por algún medio ni tenemos amigos en común. Estoy de acuerdo con algunas de sus peleas contra los más poderosos de su bonita ciudad y me da la impresión de que es un hombre no solo honesto e inteligente sino bien preparado para el cargo que hoy ocupa.
Nunca hubiera escrito sobre Daniel Quintero pero tuve que hacerlo. Y si suena a defensa, lo siento, pero no puedo dejar pasar de largo la profunda ridiculez de algunos concejales y veedores de Medellín que le abrieron investigación por asistir al estadio Metropolitano de Barranquilla a ver el agónico, como extraño a Pékerman, empate de Colombia ante Argentina.
Vale la pena aclararlo: amo a Medellín, sus logros, su ambición, su carácter, y me parece de lejos la mejor ciudad de Colombia, muy bien gobernada por alcaldes como Federico Gutiérrez o Aníbal Gaviria y con un espíritu que se resume en tener el único Metro de Colombia hace más de 25 años, mientras que en Bogotá el panorama, como hace décadas, continúa poco claro.
Pues bien. Para muchos, sin más ánimo de crear debates y discusiones innecesarias como si no nos sobraran todos los días, Daniel Quintero cometió el gravísimo error de ir a ver jugar a Colombia porque daba la casualidad que se encontraba en Barranquilla en una reunión de Asocapitales que, entiendo, fue correctamente citada.
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Que bobada. Que bobos. Que inútiles los que sienten o creen que un alcalde no puede ni ir al estadio ni a ver fútbol. Si los señores concejales de esa ciudad no vieron el partido, que no creo, lo siento mucho por ellos Y si les da rabia porque el alcalde lo vio en el estadio, lo siento más. Eso se llama envidia o como lo insinué anteriormente una verdadera estupidez. Y las estupideces suelen ser innecesarias.
A los veedores, concejales e investigadores oportunistas de este caso, les sugiero que trabajen o luchen por causas verdaderamente importantes. Y si su espíritu de trabajo se limita a ser la sombra de un alcalde que se caracteriza por sacar adelante proyectos y faenas no sólo muy complicadas sino importantes y cotidianas, les sugiero que analicen cuál es su verdadero rol para el que fueron elegidos o contratados.
No pierdan el tiempo, insisto, en bobadas. No desvirtúen el espíritu vanguardista de un Medellín maravilloso y ejemplarizante. No sean protagónicos por tan poco. Avancen más bien en dar ideas e inteligentes consejos y dejen de promover frágiles investigaciones que solo oscurecen el panorama de una Colombia que debe ser mejor.
En lo personal, sus argumentos dan vergüenza. Medellín, más bien, no necesita este tipo de funcionarios que gastan su tiempo, pagado como dicen ellos del alcalde, por los contribuyentes, en proyectos idólatras que nada pero nada le aportan a esta muy bella ciudad. Que lástima por mi amado Medellín y lo escribo como bogotano que algún día quisiera vivir allá.
*Director de Foros Semana y Mejor Colombia.