Cambio Climático
El gas natural sería la clave para una transición energética exitosa
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas (Asociación Colombiana de Gas Natural), asegura que continuar con la exploración es fundamental para garantizar la seguridad energética del país. Además, recalcó las cualidades de este hidrocarburo para contribuir a la sostenibilidad.
¿Hay tranquilidad con las reservas de gas natural en el país?
Luz Stella Murgas: Es importante distinguir entre los tipos de reservas. De acuerdo con el último informe, Colombia cuenta con reservas totales para 11.4 años de autosuficiencia. De estos, hay reservas probadas por 8 años; el resto son reservas probables o posibles, que dependen de algún trámite.
En cuanto a recursos prospectivos, los reportes indican que tenemos un recurso con potencial de reservas de hasta 100 años de autosuficiencia. Por eso es necesario que el gobierno ayude a acelerar los permisos o trámites de las reservas probables y mantener la actividad exploratoria para poder convertir esos recursos en moléculas de gas disponibles.
Europa está viviendo una crisis de desabastecimiento y alza en los precios del gas natural, ¿hay riesgo de que en Colombia ocurra algo similar?
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L. S. M.: Los países europeos hace unos años decidieron no continuar con la exploración de gas natural para migrar a la generación eléctrica con energías renovables como la solar y eólica. Sin embargo, en la pospandemia, con la reactivación industrial y la época invernal, la demanda energética se disparó y esas energías renovables no fueron suficientes para satisfacer la demanda. No tuvieron una energía de respaldo. Ante la escasez y su dependencia del gas ruso, los precios subieron notablemente.
En Colombia, el ciento por ciento de gas que se consume es producido nacionalmente. Como aquí no importamos ni exportamos gas, los precios se forman en el mercado nacional, sin importar las fluctuaciones internacionales.
Como comparativo, hace un mes, la misma molécula de gas que en Colombia se negociaba a 5 dólares por MBTU, en Holanda se negociaba a 81 dólares. Es un privilegio que debemos mantener. La única manera es acelerando la exploración para consolidar nuestra seguridad energética y no depender del gas de ninguna parte del mundo.
El parlamento europeo determinó este año dar la etiqueta verde al gas natural, por ser una actividad sostenible en materia medioambiental. ¿Qué impacto tiene para la industria esta resolución?
L. S. M.: Los atributos ambientales y económicos que tiene el gas natural hacen que sea un habilitador de la transición energética, pues permite una reducción de material particulado fino hasta de un 99 por ciento, y tiene una reducción de óxido de azufre y de nitrógeno del 75 por ciento. Además, en vehículos representa una disminución de entre el 30 y el 50 por ciento de CO2 en comparación con combustibles fósiles. Por eso Europa decidió clasificarlo en la misma lista de energías renovables. Buscan que las inversiones en este energético sean prioritarias.
Hace poco tuvimos la visita de un diputado europeo que nos hizo caer en cuenta de que las necesidades de Colombia son distintas a las de Europa. Por eso, es necesario una transición energética a la colombiana. Eso implica un modelo gradual que paralelamente aproveche todos los energéticos disponibles.
Los combustibles fósiles no van a desaparecer de la noche a la mañana, lo que hay que buscar es el crecimiento de las energías renovables y tener un respaldo. Ese respaldo, sin duda, es el gas natural.
Pero además tiene un rol importante en aspectos sociales…
L. S. M.: Sí. Su rol es determinante en la reducción de la pobreza y el cierre de brechas de desigualdad. Cada vez que una familia vulnerable tiene acceso al gas natural se le lleva una mejor calidad de vida y libera su capacidad de recursos para cubrir otras necesidades y bienes básicos.
Además contribuye a tener seguridad alimentaria. El principal insumo para la producción de urea [un fertilizante utilizado en la agricultura] es el gas natural. El 70 por ciento de este insumo en el país es importado, principalmente de Rusia. Con la guerra, los suministros se han visto interrumpidos y si verdaderamente queremos luchar en Colombia contra el hambre, podemos abaratar el costo de los alimentos usando el gas que tenemos disponible para ser autosuficiente en la producción de este tipo de insumos.
Por otro lado, si queremos acelerar el proceso de industrialización agrícola, los pequeños, medianos y grandes campesinos deberían usar un energético asequible y accesible. De lejos, el gas natural es el más económico en el país y el mundo.