El Icfes perfecto: así logró Diego Fernando Mosquera tener el mejor resultado del país en esta prueba

El pasado 4 de noviembre la vida de Diego Fernando Mosquera Castaño dio un giro de 180 grados. Para su fortuna, este joven de 18 años alcanzó el máximo puntaje en el Icfes 2023 con 500 puntos, un resultado perfecto que no solo superó sus expectativas, sino que también podrá cambiar su futuro.

Dentro de los 658.000 estudiantes de grado once que presentaron las pruebas Icfes, Mosquera se diferenciaba por una razón: no era la primera vez que se enfrentaba a las 147 preguntas que miden el conocimiento y la calidad de la educación en el país. En 2021 había obtenido 340 puntos. Fue el mejor puntaje de su colegio y estuvo por encima de los 219 del promedio bonaverense y de los 250 de la media de ese año a nivel nacional. Aun así, no le alcanzó para ingresar a estudiar medicina en la Universidad del Valle, la institución a la que quería ingresar. Pero no se rindió.

Comenzó enfermería, pero “tenía una meta clara: ganarme la beca. Por eso me dedicaba en las noches y los fines de semana que tuviera libres a estudiar. Más que verlo como una derrota, comenzar con enfermería auxiliar afianzó mi amor por el área de la salud y por ayudar a las personas”, explicó Mosquera.

Aunque sí esperaba un puntaje mayor a 450 puntos, jamás imaginó quedarse con el primer puesto junto con otra joven bogotana. La clave de su éxito se basó en una técnica de estudio “teórica-práctica”, como él mismo la describe, que consistió en buscar los temarios principales de la prueba y hacer simulacros. Además, se sumó a dos grupos de estudio por WhatsApp (Grupo 500 y Tesos 2.0). La preparación duró más de un año.

“Yo hacía parte de esos dos equipos de estudio en los que jóvenes de distintas zonas del país teníamos un sueño: entrar a la universidad. Fue muy satisfactorio saber que la mayoría de nosotros estuvimos por encima de los 430 puntos”. Dos semanas después de recibir la mejor noticia de su vida, la Gobernación del Valle le otorgó la Orden al Mérito Vallecaucano. En su discurso volvió a agradecer a Mónica Mosquera, su madre, y Winny Espinosa, su hermana.

“Se me han abierto muchas puertas que espero aprovechar para ayudar a mi familia. Estas dos mujeres fueron mi soporte en las largas trasnochadas y lo seguirán siendo hasta el final de mis días. Este logro no es mío, también es de ellas”. Por ahora, este futuro médico pasará su cierre de año revisando las opciones de todas las universidades que buscan tener a una de las mentes brillantes más jóvenes del país. Entre tanto, seguirá aprovechando su poder de difusión pública para demostrar que es posible convertir los obstáculos en oportunidades.

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