Economía
El sector agrícola podría ser uno de los grandes protagonistas de la recuperación económica
Las favorables condiciones de suelo, clima y ubicación geográfica de las que goza Colombia son una posibilidad extraordinaria de generar empleo y desarrollo.
Carolina España*
Colombia ofrece grandes oportunidades agrícolas gracias a las condiciones de su suelo, clima y ubicación geográfica. Lamentablemente no se está aprovechando todo el potencial y tampoco se ha logrado que la producción y las exportaciones agropecuarias lleguen a niveles de otros países de la región. Esto se explica principalmente por uno de los problemas crónicos del país y de América Latina: la baja productividad.
En los últimos 20 años la productividad laboral del sector agropecuario colombiano se mantuvo en 15,1 por ciento, por debajo del promedio de América Latina y muy por debajo de países con condiciones similares de suelo y clima como Costa Rica (47,5 por ciento). Esta condición se agudiza con la informalidad en la tenencia de la tierra, que además tiene consecuencias negativas sobre el mercado de crédito e incluso sobre la inversión en bienes públicos. Como parte de los esfuerzos que hoy debe hacer el país por la reactivación de la economía, es fundamental amplificar el rol que puede tener el sector agropecuario en la generación de empleo y el crecimiento económico a largo plazo.
Según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra), la informalidad en la tenencia de la tierra es del 52 por ciento de los predios del país, una realidad que afecta a la productividad agropecuaria a través de tres canales principales. En primer lugar, la ausencia de títulos de propiedad dificulta el funcionamiento adecuado del mercado de tierras, algo crucial para garantizar una asignación adecuada tanto de esta como del trabajo. En segundo lugar, desestimula la inversión de largo plazo porque acarrea incertidumbre sobre la apropiación de los retornos. Y finalmente, el correcto funcionamiento del mercado de crédito para el sector agropecuario se ve restringido.
Tendencias
Para completar la radiografía están las infraestructuras agrícolas. Actualmente, la infraestructura de riego y drenaje solo cubre el 6 por ciento del potencial en el país. Esto tiene consecuencias evidentes que van desde la pérdida de oportunidades comerciales y baja competitividad, hasta la dificultad para integrar a nuestros productos en las cadenas globales de valor. En ese sentido, el uso de instrumentos como las Asociaciones Público-Privadas (APP) son imprescindibles para acelerar la modernización de las infraestructuras agrícolas y posibilitar un desarrollo que incluya al campo.
Entendiendo este contexto, hay dos situaciones que debemos tener en cuenta para el desarrollo rural de Colombia: la oferta de servicios para la formalización de la tierra y el buen funcionamiento del catastro. La Política de Catastro Multipropósito responde a esta necesidad con objetivos muy ambiciosos de cubrir el 60 por ciento del territorio en 2022 y el ciento por ciento en 2025. En medio de las dificultades fiscales y las urgencias de la pandemia, esta política no puede verse como algo ajeno a la recuperación. Uno de los principales retos en la ejecución de la política será su financiación, con una inversión estimada en 5,28 billones de pesos entre 2019 y 2025.
Apoyo de la banca
En medio de este panorama existe un espacio interesante para la banca multilateral. Concretamente, esta puede cumplir un rol fundamental para promover la participación de la ciudadanía en el proceso de levantamiento catastral, siguiendo las políticas públicas que disponen la participación activa de las comunidades en el levantamiento catastral con medios tecnológicos. Para lograrlo, se requiere de estrategias que den a conocer la política y promuevan la apropiación del proceso por parte de las comunidades. Un tercer reto reside en apoyar la transformación digital requerida para un funcionamiento seguro e íntegro del catastro multipropósito.
Entre los esfuerzos que desde CAF hemos llevado a cabo en este sentido está el apoyo a la evaluación de alternativas de financiación al catastro multipropósito, el fortalecimiento de la gestión de riesgos del sector agropecuario o el trabajo con el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en el desarrollo de lineamientos técnicos y metodológicos de política relacionados con Adecuación de Tierras.
Al tiempo que se avanza con la política de formalización de la propiedad, es esencial continuar con los esfuerzos para promover la inversión en riego a través de dos vías. En primer lugar, se requiere formular esquemas concretos para el desarrollo de las APP en adecuación de tierras en el país. En segundo lugar, se ha planteado el cofinanciamiento público de proyectos de riego a través de mecanismos concursales, en los cuales el apoyo con recursos de crédito de la banca multilateral también podría ser clave para lograr los cierres financieros.
*Representante del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en Colombia