Cultura
Elena Cala, la bailarina cubana que se enamoró de Cali
Después de 20 años en la Escuela Cubana de Ballet llegó por dos años a la capital del Valle del Cauca, pero terminó quedándose y convirtiéndose en maestra y guía de varias generaciones de talentosos bailarines.
“Me enamoré del trabajo y de los logros que se iban alcanzando y sin darme cuenta pasaron los años y aquí me quedé”, confiesa Elena Cala, una bailarina de ballet que llegó a Colombia en el año 2000 por invitación de la maestra Gloria Castro, quien le ofreció un contrato de trabajo durante dos años como maestra y asesora metodológica de ballet clásico en el Instituto Colombiano de Ballet (Incolballet), ubicado en Cali. Antes, había estado durante 20 años en la Escuela Cubana de Ballet.
Colombia se convirtió en un reto para ella. Aquí llegó para ayudar al desarrollo del ballet, aportando su conocimiento y experiencia. Elena Cala ha graduado generaciones de jóvenes y talentosos bailarines colombianos a quienes apoya en sus preparaciones para participar en eventos y concursos internacionales. “Mis 21 años en Colombia han sido prolíficos, siento que no he parado desde que llegué, me he podido desarrollar artísticamente, he conocido muchas ciudades y he viajado con la Compañía Colombiana de Ballet a países de Europa y Asia con resultados para la Institución y para mí muy satisfactorios”, y destaca que su trabajo ha sido gratificante pues Incolballet “es una de las pocas escuelas de danza en América del Sur que tiene, como en Cuba, un respeto por el ballet como profesión artística”.
De la ciudad que la acogió, Cali, destaca su calidez y similitudes con los cubanos. “Los caleños llevan el ritmo en las venas, su gente es muy parecida a nosotros los cubanos. Somos amigables, sociales, eso no me hace sentir una extraña entre ellos”.
Sin embargo, reconoce que es difícil estar lejos de su país. Extraña sus costumbres, la familia, el mar, la Habana y su vida cosmopolita, el arte y otra vez el mar, insiste. Por eso, planea volver algún día, pero antes, tiene sueños pendientes por cumplir. Le gustaría tener un proyecto propio.
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“Siempre por medio del arte, la danza, la pintura, la música. Poder ayudar a niños con talento a descubrir sus sueños, así como al adulto mayor a trabajar en su calidad de vida”, explica. A pesar de esa nostalgia por Cuba, destaca que ha conocido gente muy linda que le ha brindado su amistad y cariño.
Desde el 2015 es la ‘ballet master’ y sigue colaborando con los procesos de formación en la escuela, también lidera desde lo artístico los proyectos de extensión con las ciudades del Valle del Cauca y es profesora de la Universidad del Valle desde hace seis años.
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