En un colegio público de Barranquilla comenzó Anthony Zambrano la carrera que lo llevó a ganarse la medalla de plata en Tokio

Flaco, moreno, alto y con una velocidad envidiable en las piernas, así recuerda el profesor de educación física, Ezequiel Suárez, a Anthony Zambrano. Este educador del colegio María Cano de Barranquilla fue uno de los primeros en descubrir el talento del hoy medallista olímpico.

La historia de Zambrano en el atletismo empezó en 2012, cuando el profesor Suárez recibió una invitación para que el colegio participara en los Juegos Intercolegiados Supérate. En ese momento, como representante de la institución, Zambrano empezó la carrera más importante de su vida. “Nunca antes habíamos participado en esos juegos. Fui salón por salón en busca, inicialmente, de los muchachos con el biotipo ideal para competir, hicimos una selección y él era uno de los más talentosos”, resalta el profesor Suárez.

Zambrano venció a todos. Suárez recuerda que al joven le tocó trabajar y estudiar al tiempo. Cuando no estaba en las aulas, manejaba un bicitaxi. Poco a poco fue cogiendo la fuerza necesaria en sus piernas para lograr subirse al podio de los Juegos Olímpicos en Tokio. “Anthony ganó una ventaja ejerciendo este oficio, pedaleaba llevando a 2 o 3 personas en el bicitaxi y eso le ayudó a desarrollar potencia en sus piernas. Yo digo que eso facilitó su adaptación al atletismo”, destaca el docente.

Su estancia en el colegio María Cano fue llevadera, los compañeros de clases resultaron fundamentales en su formación. De hecho, Ezequiel comenta que “aquí recolectaban sus amigos para ayudarle en la vestimenta e indumentaria para las competencias. Esa amistad y apoyo fue importante para él en todo este proceso”.

En algún momento, cuenta el profesor, tuvieron sus diferencias porque a Zambrano le gustaba el fútbol de salón. “Chocamos varias veces porque yo no quería que se lesionara aquí en el colegio por estar jugando fútbol; quería que fuera un atleta y al final ese fue el camino que eligió”.

Ocho años después de este camino que corrió para pasar de los Juegos Intercolegiados Supérate a ganar la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Tokio, Zambrano resaltó que aunque nació en Maicao, quiere mucho a Barranquilla, la ciudad donde creció y se formó.

En conversación con el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, luego de haber recibido la medalla de plata en Tokio, Zambrano envió un mensaje inspirador a las nuevas generaciones: “El ejemplo que les doy a los jóvenes es que cuando uno tiene un sueño siempre tiene que tener sacrificio, esfuerzo, el apoyo de los padres, luchar por lo que uno quiere. Gracias a Dios he contado con apoyo de la Alcaldía, Indeportes y el Comité Olímpico Colombiano. Barranquilla está acá en Tokio dándola toda”.

Hoy una alegría sin precedentes recorre las aulas y pasillos del colegio donde estudió, ubicado en El Barrio Las Palmas. “Para nosotros es una emoción y satisfacción enorme. Imagínate lo que representa haberlo visto correr y ahora triunfar. Es un motivo de orgullo y alegría. El colegio María Cano ahora está en la historia del deporte mundial, eso es tan espectacular como el remate que hace Anthony cada vez que corre. Es una satisfacción enorme”, dice su profesor.

Este colegio público de Barranquilla continúa impulsando el deporte en los estudiantes y mantiene su meta de lograr más representaciones y medallas.

Mientras tanto, en las instalaciones de las demás instituciones educativas de la ciudad, desde cada clase de educación física se refuerza la formación deportiva con miras a la excelencia profesional y a poder darle a Barranquilla una nueva alegría olímpica.

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