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Expedición médica a las montañas de Ricaurte para atender más de 2.000 indígenas Awá
Un grupo de especialistas en psicología, nutrición, odontología y medicina general caminó durante dos semanas más de cinco horas diarias para llevar atención a las poblaciones más alejadas del municipio nariñense. Un viaje que salvó vidas.
Durante más de 15 años el Hospital Ricaurte E.S.E ha realizado atenciones médicas extramurales en territorios de difícil acceso. La idea de ‘La Vuelta Larga’, como le llaman a este recorrido, es que médicos generales, nutricionistas, odontólogos, psicólogos y enfermeros se acerquen a las comunidades del pueblo indígena Awá que se encuentran en zonas distantes entre las montañas. Su trabajo es indispensable, pues de los 22 mil habitantes que tiene el municipio, el 85 por ciento hace parte del pueblo Awá y viven en zonas remotas, lejos del casco urbano.
SEMANA conversó con el equipo médico multidisciplinario que acaba de regresar después de haber pasado 15 días entre las montañas del Resguardo Nulpe Medio Alto del río San Juan. Edwin Arévalo, coordinador médico del Hospital Ricaurte E.S.E, explica que esos días son retadores para los médicos, pues deben desplazarse caminando por senderos y pasos de difícil acceso durante doce horas para llegar a las comunidades más alejadas.
“Las brigadas visitan los mismos lugares cada año. En las regiones, la organización se hace junto con los promotores de salud y con los gobernadores de los resguardos. En estos días que el equipo estuvo en Nulpe Medio, uno de los resguardos con mayor afluencia de personas, se estima que alrededor de 2 mil indígenas recibieron atención médica”, agrega.
Mario Nastacuaz hace parte de la comunidad Awá y además integra el equipo de la misión médica. Su rol es uno de los más importantes, pues es el traductor encargado de lograr una buena comunicación entre los indígenas, que hablan Awapit, y los médicos. En Nulpe Medio casi el 90 por ciento de la población habla únicamente Awapit, por lo que la experiencias es en realidad un desafío para todos.
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Nastacuaz detalla que debe explicar los tratamientos, los términos médicos que son difíciles de pronunciar y sobre todo, dar la información de manera que los indígenas entiendan y queden tranquilos. “La mayoría escuchan pero no captan la información o las instrucciones que se les da por las diferencias entre los idiomas”.
El primer día de esta brigada extramural, el equipo llegó a la comunidad de Vegas y caminó durante nueve horas hasta la comunidad de Nulpe Medio. Ocho días después, caminaron por cuatro horas hasta la comunidad de Chianmbí y luego de varios días llegaron a Pigualtis. “El camino es muy difícil, hay zonas rurales dispersas, tenemos que caminar montaña arriba durante tres horas y después descender otras cuatro, así llueva o haga sol. Son días exigentes para los médicos que no están acostumbrados a recorrer estas distancias. Nos alojamos en las escuelas y en los salones comunales de los resguardos”, cuenta Jonathan Chicaiza, odontólogo y coordinador del equipo extramural 2021.
Otra de las integrantes del equipo, Tatiana Rodríguez, se encarga de la vacunación contra el covid-19 en la población Awá. “Es un trabajo complejo porque hay muchos miedos, los indígenas tienen una cosmovisión diferente y muchos no entienden para qué funcionan las vacunas. Tenemos que ser insistentes en este tema, entregar toda la información posible, mostrarles los beneficios y educarlos para que ellos estén tranquilos y tomen la decisión de vacunarse”, explica Rodríguez.
Durante los 15 días que duró la misión médica se aplicaron 300 dosis a toda la población. Como no tenían vacunas de una sola dosis, tendrán que regresar pronto a las comunidades para completar el esquema de vacunación y así evitar que las personas que hacen falta por vacunarse no se desplacen al casco urbano donde puede haber riesgo de contagio. En todo el Cabildo Mayor Awá de Ricaurte , que reúne a más de 17 mil indígenas en 11 resguardos, se han vacunado más de 6 mil habitantes.
Debido a que bastantes indígenas se desplazan entre una y dos veces al casco urbano cada año, se alimentan únicamente de sus cosechas. Neila España, nutricionista y dietista del equipo, comenta que esta experiencia les permite realizar diagnósticos y perfilar los casos. “Nos encontramos casos de desnutrición moderada, aguda y severa, por lo que hay un tema de inseguridad alimentaria. Nos centramos, sobre todo, en los niños menores de cinco años”, agrega.
En el resguardo hay familias de hasta nueve hijos. Por esta razón, la atención médica también incluye planificación familiar e información sobre métodos anticonceptivos. Se entregan implantes hormonales subdérmicos, inyecciones y preservativos. Además de realizar procedimientos de urgencias, partos, atender accidentes, picaduras de animales, citologías y salud oral, la brigada brinda atención psicológica. Los resguardos son zonas afectadas por el desplazamiento forzado y la violencia.
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