Con el fin de ayudar a los pequeños y medianos productores, desde la alcaldía de Guachené se han unido esfuerzos para aportar maquinaria, productos y asesorías.
Con el fin de ayudar a los pequeños y medianos productores, desde la alcaldía de Guachené se han unido esfuerzos para aportar maquinaria, productos y asesorías. | Foto: ESTEBAN VEGA LA ROTTA

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Guachené, la tierra prometida para la agricultura en el norte del Cauca

El 80 por ciento de su población se dedica a esta actividad. En total son cerca de 3.500 hectáreas sembradas con productos como maíz y caña de azúcar. Facilitar sistemas de riego y un mayor acceso a la tierra son hoy los grandes desafíos.

30 de septiembre de 2021

Cerca de 3.500 hectáreas sembradas, el equivalente a 4.900 canchas de fútbol, están dedicadas a la agricultura en el municipio más joven del departamento del Cauca, Guachené. Caña de azúcar, maíz, sorgo, soya, yuca y frutales dibujan el paisaje rural en el que viven más de 17.000 personas, de las cuales cerca del 80 por ciento se dedica a la agricultura.

En el campo fui nacido / En el campo me críe / Y del campo agradecido, diariamente viviré”, declama Daniel Mancilla, campesino y poeta del campo, que desde hace 62 años vive en el municipio. “Sin la ruralidad no se puede contar Guachené”, agrega Mancilla mientras camina por un cultivo de cacao y plátano.

A su lado va José Darley Banguero, secretario de Desarrollo Agropecuario y Ambiental, quien se suma a esa afirmación. “Aquí hay más de 2.000 agricultores entre pequeños y medianos, con un promedio de tres hectáreas por cada uno”, señala y agrega que uno de los grandes desafíos para el municipio es el acceso a la tierra. “Está en manos del sector agroindustrial que tienen fincas de 500 hectáreas, las cuales eran antes de los agricultores”, asegura.

Las tierras se empezaron a perder en los años 50 y 60, cuando en el norte del Cauca la mayoría eran fincas tradicionales. “Llegó una enfermedad que se llama sigatoka. Esto ocasionó que la gente empezara a vender sus terrenos a los ingenios”, recuerda Banguero. En esa época, Cuba sufría el embargo por parte de los Estados Unidos y era uno de los mayores productores de caña de azúcar. “Ahí la isla pasó a un segundo renglón y Colombia se convirtió en el primer productor, principalmente en el norte del Cauca”, señala.

En la Hacienda Pilamo hay cultivadas 908 hectáreas de piña, caña de azúcar y yuca.
En la Hacienda Pilamo hay cultivadas 908 hectáreas de piña, caña de azúcar y yuca. | Foto: ESTEBAN VEGA LA ROTTA

En la actualidad, la caña de azúcar también es sembrada por pequeños y medianos productores del municipio. “Estos ofrecen la materia prima a los ingenios por medio de contratos a 10 o 5 cinco años donde el ingenio se ve obligado a comprar este producto”, relata Banguero y aclara que a veces esta puede ser una relación desigual. “La caña se compra al precio del mercado internacional, por lo tanto puede ser muy variable el precio”.

Aunque la primera línea productiva de Guachené es la caña de azúcar, el maíz también genera ingresos económicos. “En total son cerca de 3.500 hectáreas sembradas, 2.500 en caña de azúcar, 500 en maíz transgénico y 200 en maíz dulce”, explica Banguero y señala que en la Hacienda Pilamo hay cerca de 908 hectáreas divididas en cultivo de piña, caña de azúcar y yuca.

Humberto Villegas, agricultor, 54 años, se ha dedicado a las labores del campo por herencia familiar y en la actualidad brinda empleo a 30 personas en un terreno de 30 hectáreas. Allí cultiva maíz, caña de azúcar, maracuyá y piña que comercializa en Buga, Cali y Popayán. “Siempre y cuando los terrenos se trabajen bien, la rentabilidad puede ser muy buena”, comenta Villegas.

Una idea similar sostiene Whilton Aponzá, agricultor desde 1998 cuando volvió de prestar el servicio militar. “Esto no nos va a volver ricos, pero sí es un sustento para tener seguridad alimentaria”, comenta. Aponzá cultiva maíz, soya, caña de azúcar y cacao. Aunque cuenta con un terreno, uno de los principales obstáculos para sus cultivos es el acceso a sistemas de riego.

Cuando el verano es muy intenso se pueden perder los cultivos”, afirma Jaider Castro Carabali, agricultor de arroz, maíz, plátano, cacao, yuca. Esto ocasiona un problema que ha sido identificado por el municipio como una ‘sobreproducción’. Banguero explica que como los agricultores no tienen sistema de riego, se siembra una temporada y a los cinco meses hay una sobreproducción de productos que genera un colapso en el mercado regional. “Los comerciantes se aprovechan de eso para pagar a un costo bajo que no compensa el de la producción”, añade.

Con el fin de ayudar a los pequeños y medianos productores, desde la alcaldía del municipio se han unido esfuerzos para aportar maquinaria, productos y asesorías. “Aquí tenemos un banco de maquinaria que presta al agricultor las herramientas a un costo 40 por ciento menos de lo que cobraría un particular”, señala Banguero. “Está administración destina una cantidad importante de recursos para este sector, los cuales llegan en forma de insumos para los agricultores. Aunque es una ayuda, sabemos que no es suficiente”, añade.

El municipio también reconoce que se deben mejorar las condiciones de vida de los agricultores, garantizar la educación a sus hijos, acceso a vivienda, servicios, agua potable. “Para que el panorama cambie se debe hacer un acompañamiento integral al agricultor con subsidios, acceso a la educación, vías, comercialización, industrialización y garantías económicas”, afirma Banguero y aclara que es un trabajo en el que se debe involucrar el Estado. “En la pandemia el sector agropecuario nunca dejó de funcionar, de ahí su importancia en el país”, concluye.