Ambiente
Hallazgo científico en Chocó: descubren nueva especie de planta en Nuquí
La especie Myrcia coquiensis es de gran valor para la ciencia y su fruto representa una oportunidad para el turismo gastronómico de la región.
A 68 km de Quibdó, en los bosques húmedos tropicales del corregimiento de Coquí, en el municipio de Nuquí, se descubrió una nueva especie de planta conocida localmente como quinguejo. El hallazgo fue publicado recientemente en un artículo de la revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Y es una noticia importante para la ciencia en nuestro país.
Sin embargo, esta planta de la especie Myrcia coquiensis no es novedad para los habitantes de esta zona del Chocó, de hecho es uno de los ingredientes de algunos de los viches del corregimiento, una popular bebida ancestral del Pacífico.
Fausto Moreno Bonilla, habitante de Coqui y coautor del artículo, precisó que “el quinguejo es un arbusto playero que hemos visto muchas veces en la zona costera y también, en ocasiones, lo hemos visto en las lomas de la selva. Es una planta que yo he visto desde que tengo uso de razón y que en realidad no usamos mucho. Pero esta especie nunca había sido clasificada y nadie se había interesado realmente por ella o por estudiarla”.
Gian Paolo Daguer, ingeniero ambiental y fundador de la iniciativa Frutas de Colombia, advirtió que la Myrcia coquiensis “es una especie que no había sido clasificada taxonómicamente dentro de la botánica. Eso es lo que lo hace una nueva especie identificada por la ciencia, porque a pesar de que ya se conocía y se consumía, no se había hecho una clasificación”.
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El descubrimiento
El estudio de esta especie arrancó en 2019 cuando la antropóloga bumanguesa Alejandra Salamanca fotografió y publicó la fruta. Para ese entonces, Moreno Bonilla ya la usaba como ingrediente del tradicional Viche en festivales gastronómicos.
“Soy cocinero y me interesó ver si salía colorante de esa planta y la semilla, le agregué la fruta al viche y le dio un color muy bonito y un sabor muy bueno al licor. Le conté a un coctelero qué podía hacer con el quinguejo y salió un cóctel muy delicioso. Alejandra vio el color, vio la fruta y la fotografió. Después de publicar la foto, Gian Paolo se puso en contacto con ella, y así empezó todo”, recordó.
Gian Paolo Daguer, coautor del artículo publicado y pieza clave de esta investigación, contó: “Cuando Alejandra publicó la fotografía de esta fruta, me llamó mucho la atención porque aunque se parecía a otras, era única, tenía unas características diferentes y por su nombre común (quinguejo) era muy poca información la que se conseguía”.
Después de iniciar su búsqueda en grupos de identificación botánica, Daguer logró contactar al profesor Carlos Parra, docente y botánico de la Universidad Nacional, quien fue crucial en esta investigación. Él confirmó que la especie pertenecía al género Myrcia.
Posteriormente, Parra solicitó muestras de flores, frutos y hojas para su análisis, y fue Fausto quien recolectó y envió las muestras desde Chocó al herbario de la Universidad Nacional, facilitando así el proceso de identificación. Desde finales de 2021, Parra comenzó a analizar las muestras, comparándolas con especímenes de diferentes herbarios de América y tras un periodo de estudio se completó el artículo científico que reveló la nueva especie, Myrcia coquiensis, nombrada así en honor a Coquí, el lugar donde fue descubierta.
Biología
Según el artículo publicado, Myrcia coquiensis es un árbol que alcanza alturas de tres a nueve metros. Sus hojas son pecioladas, con láminas anchamente ovaladas o elípticas y de color discolor. Sus inflorescencias se presentan en panículas y contienen de 11 a 21 flores por panícula. Sus frutos son globosos, de 1,7 a 2,3 cm de diámetro y de color negruzco cuando están maduros.
“La fruta tiene una piel de color púrpura oscuro y por dentro tiene una pulpa ligeramente transparente, algo morada, que recubre las semillas, tanto la pulpa como la cáscara son las partes comestibles. La pulpa es un poco más dulce y la cáscara un poco más amarga. En mi opinión, tiene un sabor parecido a una fruta que algunos conocen con el nombre de Jabuticaba, muy común en Brasil, pero también en Colombia. Tiene un parecido en algunas características físicas, pero con un sabor más salvaje, más a selva. Puede ser consumida como fruta fresca”, explicó Daguer.
Impulso al turismo gastronómico
Para Daguer, “Coquí se ha convertido en los últimos años en un territorio de aprovechamiento gastronómico en donde diferentes chefs del país han venido a desarrollar experiencias gastronómicas asociadas al turismo. El quinguejo como fruto nativo puede ser aprovechado de manera sostenible en toda esa oferta gastronómica, lo que genera oportunidades, atracción y el encanto de poder visitar una zona para consumir sus productos típicos. Además, vemos en nuestro país los tours de frutas, donde cada vez hay más visitas a las plazas y eso es un atractivo para muchos extranjeros. Este es un elemento que hay que seguir trabajando de alguna manera con las comunidades”.
Conservación
Además de proveer un fruto que puede impulsar la oferta turística, la Myrcia coquiensis, al ser una especie endémica, representa un gran valor en términos de biodiversidad. Esto resalta la importancia de preservar los bosques húmedos tropicales donde crecen. De acuerdo con los investigadores de esta planta, la deforestación, la siembra de monocultivos y la ganadería amenazan el hábitat de esta especie. Por esta razón, se ha categorizado su estado de conservación como ‘En peligro’, según los criterios de la Lista Roja de la UICN.
Según el artículo científico, para garantizar la supervivencia de Myrcia coquiensis y otras especies endémicas de la región, es crucial llevar a cabo acciones de conservación efectivas. Esto incluye la protección de su hábitat natural y estudios adicionales para comprender mejor su ecología y distribución geográfica.
“Para nosotros y especialmente para mí, es un orgullo saber que Colombia y el Chocó son lugares tan biodiversos, y esa biodiversidad, además de ser una plataforma para darnos a conocer como comunidad, también nos recuerda que tenemos mucho por estudiar, por descubrir, y que vale la pena invertirle a la ciencia para poder conocer todo lo que tenemos aquí”, expresó Moreno Bonilla.
Y concluyó con una reflexión: “Nuquí es una comunidad que se ha venido preparando para el desarrollo económico a través del ecoturismo y ese turismo sostenible nos debe servir mucho para tener cuidado con nuestra biodiversidad, para protegerla, para no dañar el bosque y saber que tenemos mucho que podemos mostrarle a los visitantes en el departamento del Chocó”.