Especial Región Caribe
Inversiones en turismo, agro e infraestructura siguen jalonando el progreso en el Caribe
El cambio de rumbo de los últimos 20 años generó nuevas dinámicas que fortalecieron su economía. La región todavía tiene el desafío de cerrar brechas para garantizar el bienestar de todos sus habitantes.
En las últimas dos décadas la Región Caribe ha sido escenario –y también pista de aterrizaje– de importantes inversiones en infraestructura, turismo, industria, agro, energía, servicios públicos, entre otros sectores. Esta dinámica no solo ha permitido comenzar un proceso de cambio en varias de las principales ciudades capitales de la costa, también contribuyó a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y a trazar el camino de una región más próspera.
Como lo señala un documento de la Región de Administración y de Planificación (RAP) Caribe, hoy la economía de la región es vital para la economía nacional. Tan solo en 2021 representó más del 15 por ciento del PIB del país (más de 180 billones de pesos) y solo el Atlántico aportó cerca del 24 por ciento del PIB del Caribe. Así mismo, de acuerdo con cifras del Dane, entre los diez departamentos con el mayor PIB en el año 2022 estaban Atlántico (63,7 billones de pesos), Bolívar (51,4 billones de pesos) y Cesar ( 37,5 billones de pesos ).
El año pasado el Caribe representó casi un 33 por ciento de las exportaciones colombianas (por cuenta del positivo comportamiento de los sectores minero-energético, agropecuario e industrial). Además, la región puso, en promedio, un 25 por ciento de las ventas externas nacionales entre 2013 y 2021. Adolfo Meisel Roca, rector de la Universidad del Norte y experto en la dinámica económica del Caribe, explicó que la economía de la región se nutre principalmente de tres componentes clave: la ganadería y sus exportaciones; las ventas de la industria local al mundo, y el turismo.
“En la región hay un potencial muy grande en materia de industrias para exportación. Creo que todavía no se ha desarrollado en su totalidad. Si queremos integrarnos como país con el mundo a través de exportaciones industriales hay que localizarse en el Caribe para reducir costos de transporte”, señaló. A su vez, el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, destacó que los grandes avances que se han visto en el Caribe “están íntimamente ligados al hecho de que es la región que conecta a Colombia con el mundo”. Por ello, el desarrollo portuario, de capacidades exportadoras y del comercio exterior, así como el fortalecimiento de la agroindustria, “le han abierto a la región grandes oportunidades”.
En infraestructura, agregó Restrepo, los avances regionales son notables gracias a un trabajo conjunto de los actores empresariales y políticos. Por otra parte, “hay esfuerzos para desarrollar la vocación exportadora de servicios en turismo y de industrias como la petroquímica” y, no menos importante, puntualizó, un trabajo destacado en Cesar y La Guajira para fortalecer la matriz energética regional y nacional con proyectos eólicos y solares.
Desafíos 2035
El ‘Plan estratégico regional para el Caribe colombiano 2023-2035′ enfatiza que debe ser un territorio “convergente en lo social, que supera las brechas socioeconómicas, competitivo al establecer nuevos sistemas productivos y de servicios enmarcados en una transformación productiva que avanza”. Amylkar Acosta, director de RAP Caribe a cargo de la elaboración de este documento, aseguró que la región tiene oportunidades para ser más competitiva “por cuenta de su transformación productiva, del aprovechamiento del turismo y, también, del desarrollo de nueva infraestructura”. A su vez, explicó que el Caribe cuenta con significativas posibilidades en energía, agro, industria y servicios”.
Por otra parte, advirtió que la región debe proyectarse como referente de la educación, la tecnología, el conocimiento y la institucionalidad para lograr una gestión eficiente que favorezca el desarrollo de cada uno de los departamentos. Para el rector de la Universidad del Norte, “la educación es la base de las políticas de largo plazo para la reducción de la pobreza”, pero además sostuvo que la región no debe desatender sus problemas energéticos ni de conectividad con el resto de la nación.
Dentro de las prioridades para 2035, de acuerdo con RAP Caribe, está avanzar en la superación de la pobreza, garantizar la soberanía alimentaria regional, consolidar la identidad cultural, aumentar la participación de la economía de la región en el PIB nacional, robustecer las finanzas territoriales y promover un correcto ordenamiento territorial. Una buena gestión de los nuevos alcaldes y gobernadores será crucial para avanzar por el camino correcto.